HTC Vive Pro, el mejor visor de realidad virtual, es ahora casi invencible

La Realidad Virtual sigue con paso corto pero firme en su progresión. Muchos llevan años intentando asestarle el golpe de gracia, pero aún hay entusiastas que se resisten a dejar este proyecto de lado. Entre los que siguen empeñados en sacar sus inventos a flote, más allá de Samsung, hay tres competidores claros: Sony, con PlaystationVR, Facebook, con Oculus y HTC, con Vive. El último fabricante acaba de presentar en el CES de Las Vegas el Vive Pro, una versión mejorada del visor de la marca taiwanesa que se había hecho un hueco merecido como el mejor de todos los contendientes. Una actualización algo continuista en el diseño y las formas pero que pule muchos de los fallos se le achacaban a la versión anterior.

Mayor confort, mejora de las sensaciones, ajustes en la resolución... Las gafas han encantado a los que las han podido probar en la feria y todo apunta a que con ellas se lo pondrá muy difícil al resto del sector.

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El nuevo sistema cuenta con dos pantallas OLED de 2880 x 1600 (1400x1600 por ojo y 615 píxeles por pulgada) lo que supone un aumento de un 78% respecto a la versión actual. Una mejora clave que permite mucha más nitidez y claridad que antes, pero que no es el único gran cambio hecho por los desarrolladores.

Buscando acallar las críticas que hablaban de que eran unas gafas pesadas e incómodas, a esta actualización le han añadido un sistema de ajuste trasero similar al de los cascos de bicicleta que te permite mantener el visor pegado a tu cabeza. No es lo único que HTC ha hecho en este sentido, pues también ha reajustado el equilibrio y el peso, dando muestras de la idea de progresión que quieren dar con esta versión.

Los auriculares eran otro de los pasos obligatorios que tenían que dar, y lo han hecho. Son algo simples y no cuentan con bloqueo de sonido, pero sí son discretos y sirven a la perfección para mejorar la importante sensación de inmersión.

Puntos (aún) a mejorar

Aunque los arreglos son notables y los resultados prometedores, lo cierto es que aún hay varios puntos en los que trabajar. Por ejemplo, el cableado sigue siendo un problema para el sistema y no lo han podido corregir del todo, sino que han tenido que sacar un adaptador que se coloca en la parte trasera de la gafa y que sirve para que el dispositivo sea 'wireless'. Además, el campo de visión sigue siendo algo insuficiente y no da la sensación de inmersión total.

Es cierto que lo presentado en el CES aún es solo un prototipo, pero la marca quiere lanzar la versión final al mercado en los próximos meses. Habrá que ver si lo hace con alguna mejora adicional y, sobre todo, a qué precio. Ahora mismo las HTC Vive de primera generación cuestan 700 euros, por lo que no sería de extrañar que la versión Pro suba a los 850-900 euros. Veremos.