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De 2 euros a 9 millones: los programadores españoles que se han forrado con el bitcoin
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YA VALE MÁS DE 11.000 DÓLARES

De 2 euros a 9 millones: los programadores españoles que se han forrado con el bitcoin

La curiosidad los empujó hace años a interesarse por la criptomoneda. Años después, gracias a sus ansias de saber, manejan una fortuna por la descabalgada cotización de estas divisas digitales

Foto: Un grupo de españoles se ha encontrado con una pequeña fortuna. (EC)
Un grupo de españoles se ha encontrado con una pequeña fortuna. (EC)

“Recuerdo que compré un jersey en Ágatha Ruiz de la Prada para mi hija. Eran como 60 euros. Pagué cerca de 0,20 bitcoins en ese momento”. Era octubre de 2014. Aquel ingenio apenas superaba los 330 dólares de cotización. Este miércoles se llegó a cambiar a 11.500 dólares. “Lo que me gasté en esa prenda entonces hoy serían como 2.500 euros. Vamos, ni un Prada”. Julio bromea cuando se habla del valor de la divisa digital. Es un nombre ficticio, única condición que ha puesto este español para contar a Teknautas con todo lujo de detalles cómo ha amasado toda una fortuna gracias a la criptomoneda más famosa de todos los tiempos.

Foto: Granja de ordenadores para minar bitcoins. (Foto: Marko Ahtisaari/Flickr)

Este ingeniero informático, natural de Madrid, descubrió el bitcoin a finales de 2011. Tenía 37 años. Lo hizo por pura inquietud profesional, “por la novedad de probar una tecnología nueva”. Confiesa que no era consciente de lo que había detrás. “Era todo un experimento. Nadie podía imaginar eso”, recuerda. Las compraba y las minaba “esporádicamente”. Sin regularidad. No prestaba demasiada atención ni a la cantidad ni a la variación del precio. “Por aquel entonces costaban menos de dos dólares y medio”. Ahora, aquella curiosidad se ha convertido en una cartera de criptomonedas que tiene un valor, a día de hoy, de unos 750.000 euros. Algo más de una cuarta parte, 200.000 euros, son bitcoins. Y como él, hay varios españoles.

Revalorización del 1.200% en un año

Hace un mes, la criptodivisa descorchó el champán por enésima vez. Había roto cinco récords en tres meses. Había hollado una cima orgásmica situándose a las puertas de los 6.000 dólares. No era el fin. La cumbre del placer quedaba lejos. Apenas cuatro semanas después, ha doblado su valor. Un 1.200% en un año.

Un caballo desbocado. Sin freno. Algo que ha hecho que aquel grupo tildado recurrentemente como "friquis" —compuesto principalmente ingenieros y programadores— que quisieron fisgonear en los entresijos de esa tecnología se encuentren hoy con una suerte de 'Euromillón' como premio a sus ansias de saber. Fue antes de que las revistas y medios de todo el mundo intentasen descubrir al creador del bitcoin, que se esconde tras el pseudónimo de 'Satoshi Nakamoto'. Fue antes de que especuladores y tiburones varios se lanzasen a sacarle rentabilidad.

La quiebra de MT.Gox

placeholder La quiebra de MT.Gox dejó varios afectados en todo el mundo. (Reuters)
La quiebra de MT.Gox dejó varios afectados en todo el mundo. (Reuters)

“Mi caso no es único. Prácticamente todos los que empezamos por esa época en España tenemos estas monedas en mayor o menor medida, aunque han ocurrido varios incidentes y eso se ha notado en el volumen que cada uno ha mantenido”, cuenta Julio, quien conoce personalmente a algunos. Otros se conocen 'virtualmente'. Y es que la comunidad de expertos de bitcoin en España también se reparte en un buen número de grupos de WhatsApp y Telegram, alguno de ellos muy selectivos, donde mantienen comunicación y comparten información y nuevos avances.

Yo he diversificado y he invertido en ethereum, monero y otros proyectos que me han parecido interesantes”. “En estos años ha habido momentos buenos pero también muy malos”. Uno de los peores, la quiebra de MT.Gox, en 2014, donde perdió gran parte de lo cosechado. Era la principal casa de cambio. “De no haber sufrido aquello, ahora estaría hablando de unos nueve millones de euros”.

De no haber sufrido la quiebra de MT.Gox, ahora podría tener nueve millones de euros

Sostiene que no se le pasa por la cabeza dedicarse a ser bróker profesional. “Sigo como el primer día. Lo hago para mí. No estoy vinculado a ninguna casa de cambio ni a ningún 'trader'. Ni quiero estarlo”. No piensa en jubilarse. Tampoco hace ostentación. Ni siquiera piensa en invertirlo en acciones o inmuebles ni en convertirlo a euros.“Si me canso, ya me iré a una isla desierta”, dice en tono distendido. De momento, sigue explorando este mundo y el del 'blockchain' a través de las aplicaciones que desarrolla su empresa.

"Miné yo mismo, pero no gané un duro"

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Foto: Reuters.

“Aquello nos pilló a casi todos los que estábamos metidos con bitcoin”. Esto lo cuenta José Luis —otro experto informático que prefiere no revelar su verdadero nombre—, otro de los miembros tempranos de esta comunidad. Llegó a ella en 2010. Hoy acumula “decenas de bitcoins”, así como otras criptodivisas, por valor de cientos de miles de euros.

“Había muchos proyectos detrás de crear monedas digitales, pero aquello sonaba diferente. Cosas como lo de la descentralización me llamaron mucho la atención”, dice este ingeniero informático de 49 años de edad. “Además de comprar, miné yo mismo las monedas, pero no gané ni un duro. Por lo menos comprendí todo el funcionamiento. Fue todo por puro y mero conocimiento técnico”.

Es muy crítico con los que hablan de burbuja. Dice que a la gente que lo ve como un mero “instrumento de especulación” le faltan datos para comprender esta nueva realidad. “Estamos en el mismo punto que hace cinco años”. Mismas dudas, mismas preguntas, mismos temores. “¡Ojo! Si yo meto en una caja 20 euros y al de un rato salen 200 euros sin que nadie me explique el mecanismo, yo también pensaría que es un timo”. Para reforzar sus teorías, habla de la aceptación y el interés por el bitcoin en Silicon Valley con gente como los gemelos Winklevoss —a los que Mark Zuckeberg indemnizó por 'robarles' la idea de Facebook— a la cabeza.

Bitcoin como medio de pago

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Foto: Reuters.

“No es fe ciega. Me convencí completamente tras conocer todo lo que hay detrás”, justifica. “Me fío más de los algoritmos y de las matemáticas que de las decisiones arbitrarias, por ejemplo, de los que dirigen el euro”, protesta. “El dinero seguirá existiendo, pero se trata de empoderar al individuo frente a los poderes financieros. Los que se han metido aquí para hacer dinero rápido no comprenden lo que realmente significa”.

José Luis lo utiliza regularmente como medio de pago. Viajes, coches, hoteles… “Puedes comprar muchas más cosas de lo que piensas”, nos dice. Julio, en cambio, ha dejado de hacerlo. Llegó a utilizar en alguna ocasión los cajeros del centro de Madrid para intercambiarlos por euros. “Ahora mismo, el bitcoin como medio de pago es imposible. Es como si fueses de compras repartiendo 'lingotitos' u onzas de oro. Se ha convertido en un valor refugio”.

Bitcoin es ahora un valor refugio. ¿Quién se iría de compras repartiendo trozos de lingote para pagar?

Lanza un aviso para navegantes: “No podemos olvidar que esto sigue siendo un experimento. No inviertas nunca más de lo que estás dispuesto a perder. Quién sabe si ocurre algo completamente inesperado y esto acaba con un valor cercano a cero”.

Ethereum, la nueva esperanza

placeholder Vitalik Buterin, durante un evento de Techcrunch. (Techcrunch)
Vitalik Buterin, durante un evento de Techcrunch. (Techcrunch)

“Creo que bitcoin y ethereum siguen siendo muy volátiles, pero cada año que pasa un poco menos”. Esto defiende Raúl Marcos, un joven de 27 años natural de Salamanca,. A él le interesa especialmente la moneda creada por el ruso Vitaly Buterin. “Conocí el proyecto cuando habían completado su 'crowdfunding', luego decidí invertir”. Compró a unos siete dólares. Ahora se acercan a los 500.

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Raúl ha dejado su trabajo como programador —trabajó para Cabify, entre otros— para dedicarse 'full time' al negocio. Va a montar un 'minning rig', la estructura necesaria para ejecutar las transacciones de estas monedas. “No sé si para mí o para alquilarlo”. Son poderosas máquinas que requieren de un desbordante poder de procesamiento y, sobre todo, de energía. No hay que olvidar que solo la 'red bitcoin' mundial consume ya más electricidad que 159 países y la factura asciende a 1.500 millones al año.

“¿Bitcoins? Creo que tengo casi una en un monedero”. Se ríe cuando se le recuerda el valor actual. Habla de “justicia poética”. “Lo mejor de todo es que cuando un fondo de inversión compra bitcoins por valor de cientos de miles de dólares, se lo está pagando a esos friquis que llamó locos por creer en esta alternativa al dinero”.

“Recuerdo que compré un jersey en Ágatha Ruiz de la Prada para mi hija. Eran como 60 euros. Pagué cerca de 0,20 bitcoins en ese momento”. Era octubre de 2014. Aquel ingenio apenas superaba los 330 dólares de cotización. Este miércoles se llegó a cambiar a 11.500 dólares. “Lo que me gasté en esa prenda entonces hoy serían como 2.500 euros. Vamos, ni un Prada”. Julio bromea cuando se habla del valor de la divisa digital. Es un nombre ficticio, única condición que ha puesto este español para contar a Teknautas con todo lujo de detalles cómo ha amasado toda una fortuna gracias a la criptomoneda más famosa de todos los tiempos.

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