Introducción

23 años no son nada...

La demanda mundial de electricidad será un 70% mayor en 2040, según datos de las Agencia Internacional de la Energía. Sin embargo ese aumento de la demanda eléctrica no será homogéno: los países de la OCDE disminuirán su consumo, pero éste crecerá en India, el sudeste asiático, China, América Latina, África y Oriente Medio. Mientras tanto, 500 millones de personas, concentradas sobre todo en el África rural seguirán sin tener sus necesidades energéticas cubiertas.

Uno de los factores determinantes para este aumento de la demanda de electricidad será la transición a un parque automovilístico predominantemente formado por coches eléctricos, al multiplicarse por 100 en apenas 25 años el número de vehículos eléctricos en circulación, pasando de 1,3 millones en 2015 en todo el mundo, a 30 millones en 2025 y 150 millones en 2040.

Las fuentes de energía también cambiarán. Así, el uso energético del carbón caerá de manera drástica en Estados Unidos y la UE (un 60% y un 40% respectivamente), igual que el petróleo. En este panorama, será imprescindible apostar por las energías renovables como base del mix energético.

Las energías renovables al rescate

Con el consumo al alza y las energías fósiles estancadas o en retroceso (excepto el gas natural), las energías renovables están llamadas a ser protagonistas en la generación energética del resto del siglo y es que, al no emitir gases de efecto invernadero para su producción, son el aliado imprescindible en la lucha contra el cambio climático. Por otra parte, son inagotables y autóctonas, lo que asegura la independencia energética y la creación de un sistema sostenible económica y medioambientalmente hablando.

A día de hoy, las energías renovables suponen el 18% del mix energético global, aunque están llamadas a alcanzar el 100%. Este debe ser el objetivo por motivos medioambientales (reducir las emisiones de CO2, controlar el aumento de la temperatura global, evitar el deshielo de los polos, etc), pero también económicos: un país que se alimenta de renovables tiene el control de la energía que consume y no depende de nadie para conseguirla, genera empleo y riqueza en forma de conocimiento, que es la más rentable.

Las renovables suponen el 18% del mix energético global

Duplicar globalmente la cuota de renovables en el mix energético hasta el 36% en 2030 supondría un crecimiento de la economía del 1,1% para ese año, lo que equivale 1,3 billones de dólares, un aumento del bienestar del 3,7% y el aumento del empleo en el sector que pasaría de 9,2 millones en la actualidad a 24 millones ese año.

"Continúa el impulso para acelerar la transformación energética, lo que nos suscita algunas preguntas. La principal es, ¿se mantendrá y apoyará este impulso? Nosotros esperamos que sí. Las energías renovables han demostrado ser un buen producto de mercado", asegura Adnan Z. Amin, director general de IRENA, Agencia Internacional de Energías Renovables en su informe REthinking Energy 2017.

Renovables

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ENERGÍA EÓLICA

La energía eólica es la que se obtiene del viento gracias a aerogeneradores que pueden estar situados en tierra (eólica terrestre) o mar adentro (eólica marina). Es una de las más desarrolladas y eficientes, aunque se trabaja en mejores que amplíen más su eficacia, como turbinas de doble hélice, horizontales o móviles.

ENERGÍA Solar

La energía solar se obtiene del sol de dos maneras distintas. La energía solar fotovoltaica aprovecha la luz del sol para convertirla en electricidad utilizando sensores y células. Por su parte, la energía solar térmica utiliza el calor del sol para cocinar, calentar agua o emplearla como calefacción. Su principal ventaja está en su capacidad de adaptación: los paneles solares a día de hoy son relativamente baratos, eficientes y sencillos de instalar.

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ENERGÍA Hidráulica

La energía hidráulica aprovecha la energía potencial del agua acumulada a cierta altura: al liberarla en un dique o presa, esta hace girar las turbinas que generan electricidad. Se calcula que el 20% de la electricidad global se produce de esta forma.

Biomasa

La biomasa es una fuente de energía renovable muy valorada y segura puesto que se basa en aprovechar un combustible de origen vegetal dentro de su ciclo natural de vida. Existen dos tipos fundamentales: la residual, que obtiene energía a partir de los residuos que se generan en actividades de agricultura, ganadería, forestales, industriales y que todavía pueden ser utilizados, y la que parte de cultivos energéticos (destinados específicamente a la producción de biomasa para uso energético).

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Sectores

Ante unos EEUU reticentes a la lucha contra el cambio climático, Europa quiere liderar la batalla por la implantación de las renovables y la lucha contra el calentamiento global, a raíz de la Cumbre de París. Para 2050 Europa se ha comprometido a reducir entre un 80% y un 95% sus emisiones de gases de efecto invernadero, que mayoritariamente proceden de la quema de combustibles fósiles. Para alcanzar esa meta, la UE tendrá que avanzar de manera sostenida hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono, en la que las tecnologías limpias desempeñen un papel fundamental.

Transporte

La UE calcula que se pueden reducir las emisiones del transporte hasta un 60% de aquí a 2050. A corto plazo, los esfuerzos deben centrarse en hacer los coches con motores diésel y gasolina todo lo eficientes posible.

A medio plazo, hay que hacer incapié en los coches enchufables, tanto híbridos como eléctricos.

Los biocombustibles serán la tercera parte de este esfuerzo como alternativa a los vehículos que no sean eléctricos.

Producción y distribución de electricidad

El sector eléctrico es uno de los que más potencial presenta en la reducción de emisiones, apostando porque los combustibles fósiles pueden ser sustituidos progresivamente por una combinación de energías renovables (eólica, solar, hidráulica y marina según las condiciones geográficas de cada lugar).

Agricultura

El aumento de la población y la necesidad de generar alimentos para todos hará que en 2050 un tercio de las emisiones de la UE correspondan a la agricultura.

Pero también aquí se pueden reducir las emisiones. Por un lado mejorando la gestión de las que generan los fertilizantes, el estiércol y el ganado. Por otro, gracias al uso del suelo para almacenar dióxido de carbono.

Promoviendo una dieta más sana, con menos carne y más verduras, también se reducirán las emisiones.

Industria

Las industrias de alto consumo energético también tienen un gran potencial en la reducción de emisiones (un 80% de aquí a 2050).

Las previsiones son que de aquí al 2030 disminuyan las emisiones industriales por los avances en eficiencia energética, y que a partir de 2035 el esfuerzo continúe con la aplicación de tecnologías de captura de dióxido de carbono.

Edificios

Los edificios residenciales y las oficinas pueden reducir sus emisiones casi completamente, hasta un 90%, hasta 2050.

Para ello hay que aplicar tecnología enfocada a la eficiencia en los edificios de nueva construcción, así como renovar los ya construidos.

Por otro lado, es clave la sustitución de los combustibles fósiles por energías renovables para la generación de electricidad de consumo casero, la climatización de casas y oficinas y la preparación de los alimentos.

Las renovables superan sus obstáculos

El principal reto de las energías renovables hasta ahora ha sido la brecha existente entre producción y consumo: el sol, el viento o las mareas ocurren cuando ocurren, y se consideraba que, al poderse ajustar producción y demanda, no podían ser la base del mix energético. Además, las plantas de renovables necesitan unas condiciones geográficas concretas que limitan su situación.

Sin embargo, el almacenamiento, la mejora de interconexión y el transporte de la energía, así como la tecnología que hace que la producción sea predecible, han acabado con esos hándicaps.

El desarrollo y perfeccionamiento de baterías tanto a gran escala como a escala doméstica permite acumular la energía que las renovables producen en sus momentos de máxima actividad (por ejemplo, aerogeneradores en la costa durante el día) y aprovecharla en los momentos y lugares donde es necesaria (en nuestras casas por la noche).

Las baterías permiten acumular la energía de las renovables

Además de las baterías, también es importante el empleo de tecnologías de la información para maximizar el aprovechamiento de las renovables: desde sistemas de monitorización meteorológica que nos permitan saber dónde y cuándo funcionarán las plantas a pleno rendimiento hasta el internet de las cosas para optimizar el consumo energético con la mayor eficiencia.

Así, existen ya centros de control desde los que las compañías energéticas gestionan todas sus instalaciones de generación con energías renovables. La más grande del mundo está en Navarra y pertenece a Acciona. Este Centro de Control de Energías Renovables (CECOER) está operativo 24 horas al día todos los días del año y desde allí se controlan instalaciones situadas en 19 países del mundo. Reciben en tiempo real unas 250.000 incidencias al año y aproximadamente la mitad son resueltas en remoto desde el centro, una forma de asegurar la continuidad del servicio con menores costes.

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