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La abogada del 'software' libre: esta mujer defiende a los gigantes del código abierto
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¿cómo se legisla el código abierto?

La abogada del 'software' libre: esta mujer defiende a los gigantes del código abierto

Mishi Choudhary, fundadora del Software Freedom Law Center nos explica los entresijos de las licencias libres y de código abierto y los conflictos que originan.

Foto:  Mishi Choudhary fue elegida en el 2015 como una de los 30 líderes jóvenes por la organización Asia Society (Fuente: re:publica I Flickr)
Mishi Choudhary fue elegida en el 2015 como una de los 30 líderes jóvenes por la organización Asia Society (Fuente: re:publica I Flickr)

¿Es lo mismo código abierto que ‘software’ libre? Si un programa es libre, ¿tengo que pagar por él? ¿Puedo utilizarlo en el desarrollo de un producto comercializable? Ha llovido mucho desde que el programador estadounidense Richard Stallman diera el pistoletazo de salida al movimiento del ‘software’ libre y apuntalara sus preceptos en los años 80: las familias de licencias han crecido, lo mismo que su repercusión a nivel mundial.

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El léxico relacionado con esta corriente inunda internet, bien en relación a pequeños trabajos o a iniciativas de gran envergadura. La propia red de redes está basada en el ‘software’ libre de proyectos como el del servidor Apache HTTP, lanzado en 1995. Sin embargo, continúa reinando la confusión respecto a sus implicaciones y el verdadero significado de su terminología.

Buena prueba del desconcierto que suscita es que tanto empresas experimentadas como 'startups' recurren a los servicios de abogados que les guían en esta materia. Abogados como Mishi Choudhary. Esta joven de raíces indias afincada en Nueva York es la fundadora del Software Freedom Law Center (SFLC) de Nueva Delhi y directora legal de la sede de la organización en la Gran Manzana.

Choudhary contribuye a la difusión del movimiento y aboga por los derechos de los desarrolladores

Junto con sus colegas, Choudhary contribuye a la difusión del movimiento y aboga por los derechos de los desarrolladores y organizaciones de ‘software’ libre como el sistema operativo universal Debian, la Apache Software Foundation y la herramienta OpenSSL.

Entre sus clientes se encuentra también la Free Software Foundation, a quien representaron y asesoraron durante todo el proceso de consulta pública de la última versión de la licencia pública general de GNU (GNU GPL), una de las más extendidas en el universo del ‘software’ libre y de código abierto (FOSS). Es la heredera de la primera licencia descrita por Stallman.

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Choudhary, que siempre tuvo la programación como ‘hobbie’, explica a Teknautas la filosofía de los principios que defienden: "A diferencia del 'software' propietario, el FOSS permite a los usuarios copiar, modificar y compartirlo con cualquier persona que deseen".

Las posibilidades que admite, no obstante, no siempre se traducen en que una herramienta pueda modificarse y redistribuirse de cualquier forma. Ni tampoco en que sea gratuita. No hay que olvidar que las licencias derivan de los derechos de propiedad intelectual e industrial y pueden mantener algunos de sus preceptos, con implicaciones para las organizaciones, empresas y usuarios.

Una salida para usuarios y desarrolladores

Legalmente, los programas informáticos se consideran en la misma categoría que una obra artística o literaria y, por tanto, están protegidos con derechos de propiedad intelectual o industrial que otorgan a su creador el control sobre lo que puede o no puede hacerse con ellos. "Los propietarios de estos derechos pueden permitir a otras personas copiar o modificar su trabajo", indica Choudhary. "Es lo que se llama licencia".

No hay un solo tipo de licencia de 'software' libre y de código abierto.

El apellido "libre" viene otorgado por el tipo de licencia que un autor usa para distribuir la herramienta: aquellas que utilizan términos que permiten modificarla y compartirla la convierten en un producto FOSS. De esta forma, cualquier persona debería poder ejecutarla para cualquier fin y sin necesidad de ningún permiso extra, analizar el código libremente, modificarlo o mejorarlo completa o parcialmente y compartirlo con otros.

Si bien todas comparten un mismo fin –preservar los derechos de programadores y usuarios–, no hay un solo tipo de licencia de 'software' libre y de código abierto. Algunas de ellas tienen condiciones muy laxas, como las llamadas licencias permisivas y el dominio público, que permiten modificar y distribuir una obra tanto con la misma licencia libre elegida por el autor original como de forma propietaria.

placeholder Las licencias pueden fijar un ‘copyleft’ fuerte o débil, según se apliquen a todos o algunos tipos de trabajos derivados (Fuente: Marcus Spiske I Unsplash)
Las licencias pueden fijar un ‘copyleft’ fuerte o débil, según se apliquen a todos o algunos tipos de trabajos derivados (Fuente: Marcus Spiske I Unsplash)


Sin embargo, las más extendidas son las que incluyen la condición legal conocida como ‘copyleft’, que incorpora y adapta algunos de los preceptos del ‘copyright’. A diferencia de su prima más conservadora, todas las variantes del ‘copyleft’ están destinadas a defender los derechos de los usuarios y no solo de los propietarios de una obra.

En resumidas cuentas, esta condición estipula que una obra puede ser modificada y distribuida, pero siempre bajo los términos fijados inicialmente por su creador. Por eso también se la conoce como ‘efecto hereditario’ o principio de ‘comparte y comparte igual’. “Esta regla de reciprocidad protege a los desarrolladores, que evitan enfrentarse a un competidor propietario de su proyecto”, detalla Choudhary.

En otras palabras: el objetivo de esta cláusula es proteger los programas de intentos de privatización por parte de terceros cuando, por ejemplo, incluyen su totalidad o parte de él en un producto que después se comercializa de forma restrictiva o bajo una licencia de propiedad industrial o intelectual. Cualquier forma que impida que pueda ser compartido.

El valor del ‘software’ libre en el mercado

La familia de licencias con ‘copyleft’ de uso más generalizado son las derivadas de la licencia GNU GPL. Cuando la calificó como libre, Stallman no quería decir gratuita, una confusión derivada de su expresión inglesa ‘free’ (significa gratis y libre, de libertad).

No hay ningún tipo de prohibición a la hora de vender ‘software’ libre y 'open source'

Más allá de las fundaciones como Linux que distribuyen herramientas sin coste alguno para el usuario, numerosas empresas sacan partido de los desarrollos de código abierto. “No hay ningún tipo de prohibición a la hora de vender ‘software’ libre y ‘open source’”, aclara Choudhary.

Un ejemplo es la multinacional Red Hat, que mantiene y distribuye este tipo de herramientas, como Red Hat Enterprise Linux y Fedora –dos adaptaciones del sistema operativo GNU/Linux–.

Su modelo de negocio se basa en compartir versiones con GPL, pero vender programas propietarios que complementan el código de estas herramientas libres. "En 2012, Red Hat se convirtió en la primera compañía basada en el ‘open source’ en superar los mil millones de dólares de beneficios anuales", recalca la abogada. Otras entidades, como Mozilla Foundation, la responsable del buscador homónimo, utilizan diferentes licencias de código abierto para distribuir ‘software’.

placeholder  Linux es un sistema operativo libre y de código abierto: está en tu móvil Android y en muchos dispositivos inteligentes (Fuente: Farhan Perdana (Blek) I Flickr)
Linux es un sistema operativo libre y de código abierto: está en tu móvil Android y en muchos dispositivos inteligentes (Fuente: Farhan Perdana (Blek) I Flickr)


Los productos que ofrecen estas empresas podrían compararse con puzles formados por piezas de código abierto escrupulosamente elegidas, configuradas y procesadas para que el conjunto pueda ser fácilmente instalado, ejecutado y actualizado por los usuarios. Así, algunas partes de este proceso dan lugar a licencias de ‘copyright’, “de la misma forma que la recopilación de obras de una antología genera derechos de propiedad intelectual”, explican desde SFLC.

Pero ciertas piezas continúan teniendo una licencia abierta. Los abogados del centro denunciaron a 14 empresas de electrónica por vender productos que contenían ‘software’ del programa BusyBox sin cumplir con las condiciones de la licencia pública general.

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Esta es solo una de las particularidades con las que deben lidiar las empresas que trabajan con ‘software’ de código abierto y que surgen, principalmente, en la transición entre las partes sin fines comerciales y las que sí los tienen.

Aunque también abundan las guerras de patentes, como las protagonizadas por Microsoft. Los juristas de la SFLC tomaron parte cuando el gigante de Redmon denunció a TomTom por violar ocho patentes en sus sistemas de navegación (basados en Linux), aunque los holandeses le devolvieron la bola con otro litigio que, finalmente, se saldó con un pago.

Otra fuente de conflictos es el origen de una herramienta: ¿qué marca debe llevar, la de su creador inicial o la de su distribuidor? Las reglas que determinan qué nombres pueden ser utilizados en las versiones modificadas de los programas FOSS no están estipuladas en las licencias de ‘copyright’, sino en las licencias de marca registrada de cada entidad.

Casi todas las grandes compañías, como Oracle, Microsoft, Google, IBM y Facebook, tienen desarrolladores que trabajan con FOSS

El principal objetivo de los creadores de una herramienta es preservar su integridad y calidad –un tercero podría modificarla para causar algún daño y, aun así, mantener el nombre de la marca original–. Por eso, en algunos casos, si una empresa modifica y distribuye un programa, puede verse obligada a ponerle un nuevo nombre para evitar que los usuarios achaquen los posibles fallos a su creador original al mantener la marca.

“Casi todas las grandes compañías, como Oracle, Microsoft, Google, IBM y Facebook, tienen desarrolladores que trabajan con FOSS”, señala Choudhary. Desde 2005, más de 11.000 desarrolladores de 1.200 empresas, entre las que se incluyen las citadas por la abogada, han contribuido a mejorar Linux. Pero, pese a que su uso está cada vez más extendido (o quizá precisamente por este motivo), las licencias de ‘software’ libre continúan suscitando dudas de las que no se libran ni sus propios usuarios.

¿Es lo mismo código abierto que ‘software’ libre? Si un programa es libre, ¿tengo que pagar por él? ¿Puedo utilizarlo en el desarrollo de un producto comercializable? Ha llovido mucho desde que el programador estadounidense Richard Stallman diera el pistoletazo de salida al movimiento del ‘software’ libre y apuntalara sus preceptos en los años 80: las familias de licencias han crecido, lo mismo que su repercusión a nivel mundial.

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