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Vivir de forma aleatoria: este exingeniero de Google toma sus decisiones con una 'app'
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dos años con una máquina dictando tu rumbo

Vivir de forma aleatoria: este exingeniero de Google toma sus decisiones con una 'app'

El ingeniero y artista Max Hawkins ha viajado por todo el mundo y ha programado su ocio según lo que le dictaba un ‘software’.

Foto:  El ingeniero y artista Max Hawkins, en un restaurante al que llegó por azar en Iowa (Estados Unidos) (Imagen: cedida por Max Hawkins)
El ingeniero y artista Max Hawkins, en un restaurante al que llegó por azar en Iowa (Estados Unidos) (Imagen: cedida por Max Hawkins)

Hace unos tres años, Max Hawkins (Des Moines, Iowa, 1990) era ingeniero de Google en San Francisco, "haciendo las mismas cosas una y otra vez, yendo a los mismos sitios", cuenta a Teknautas. Quería cambiar de vida. Y el cambio que se planteó fue radical: cambiar de trabajo, de ciudad, de alternativas de ocio. Todo un cambio de rutinas. Tan lejos llegó con su idea que decidió que una 'app' se encargara de tomar por él todas esas decisiones.

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Hawkins lleva más de dos años dejando que una aplicación dicte su rumbo: la nueva ciudad a la que mudarse durante unos días, el lugar en el que alojarse en ella o el evento de Facebook al que asistir. Él cumple a rajatabla los designios de este planificador algorítmico, lo que le ha permitido viajar por todo Estados Unidos, Europa (aunque no a España, "por desgracia") y Asia, y trabajar desde allí.

Con ello, Hawkins consiguió salir de la rutina en la que vivía. Y para hacerlo, se sirvió de la propia tecnología con la que trabajaba cada día y de un 'software' que poco a poco fue ampliándose.

En primer lugar, le integró Uber: un coche llegaría y él se montaría, pero no elegiría un destino, sino que la máquina lo haría por él. Más tarde, sumó los eventos públicos de Facebook; la 'app' elegiría a cuál debía asistir. Según cuenta, los anfitriones lo recibían con los brazos abiertos cuando llegaba y explicaba a qué se debía su presencia allí.

Los eventos fueron de lo más variado: yoga, tomar unas copas, un desayuno comunitario, un evento de 'networking'... Incluso pasar la Navidad rodeado de desconocidos: un año el azar lo llevó a la casa de una extraña en Fresno (California); a la dueña del hogar, que estaba festejando con unos amigos, no le importó que Hawkis apareciera con un colega, incluso cantaron canciones juntos. En Iowa, su tierra natal, asistió a la venta de un garaje y a una fiesta de graduación porque allí fue donde lo mandó Facebook.

Con el tiempo, dejó su empleo en la multinacional del buscador y comenzó a trabajar como 'freelance'. Viajaba mientras trabajaba. "Empecé a escoger los lugares donde vivir basándome en este generador aleatorio", con el único filtro de que entraran dentro de su presupuesto, "sin ninguna otra referencia".

A veces me enviaba a lugares que no conocía de nada

"A veces me enviaba a lugares que no conocía de nada", como pequeños pueblos o ciudades. Si no había alojamiento en Airbnb, ha llegado a quedarse con granjeros. Allá donde viajara, el 'software' de Hawkins también le decía dónde comer. Una experiencia "interesante", según sus palabras, que ya dura más de dos años.

placeholder Atardecer en Eslovenia, uno de los lugares que más gustaron a Max Hawkins. (Imagen: cedida por Max Hawkins)
Atardecer en Eslovenia, uno de los lugares que más gustaron a Max Hawkins. (Imagen: cedida por Max Hawkins)


Los viajes dieron para momentos bellos o sorprendentes. De los primeros destaca Eslovenia, una "gran sorpresa" en su periplo europeo, según sus palabras, y donde pudo contemplar un atardecer que, si no fuera por la 'app', de ninguna otra manera hubiese conocido.

De los segundos, además de visitar un cementerio de mascotas, algunos tuvieron lugar en Vietnam. Cuando estaba en allí, pidió al sistema un evento aleatorio. Este lo envió a un concierto donde la mayoría de asistentes eran chicas adolescentes: era el concierto de una estrella del pop local.

Pero antes de todo eso, la 'app' también le ayudó a conocer zonas de San Francisco que obviaba desde hacía tiempo. Ahora, instalado en Los Ángeles, le ha pasado lo mismo con barrios como el Eastside, que ha conocido gracias a que una inteligencia artificial lo ha llevado hasta allí.

"Por fortuna", nunca le ha mandado a sitios peligrosos o en los que creyera que su vida estaba en peligro, aunque siempre ha procurado escoger la primera opción que se le proponía: nada de vacilaciones. "Lo que intenté hacer fue diseñar el 'software' para que cualquier opción aportada fuera posible y no hubiera excusas para no ir". La única limitación fue el citado presupuesto, y por ello estaba programada para no buscar destinos o fiestas caras.

Arte y 'apps'

La 'app' ahora funciona a bajo nivel: Hawkins vive en Los Ángeles (el sistema no lo mandó allí, fue decisión suya) y ya no viaja tanto. Está en la ciudad preparando una versión "accesible" de su 'software' para que cualquiera pueda usarla a su antojo. Aunque ya no se está mudando cada dos por tres, sigue utilizándola: "Siempre elijo un sitio aleatorio para almorzar. Intento ir a tantos eventos de Facebook como sea posible", explica.

De hecho, cuando estamos charlando con él, pone en marcha la 'app' para saber qué hacer esa tarde. Le sugiere ir a un partido de béisbol. La idea le gusta: "No he ido a un partido de béisbol en años".

Mientras esa herramienta llega, Hawkins administra un grupo de Facebook en el que más de 4.000 miembros comparten eventos públicos en la red social para que otros asistan, dan consejos para esta práctica y cuentan sus experiencias.

Según dice la propia descripción del grupo, el propósito es "romper esquemas mentales, actuar de manera espontánea, experimentar nuevos mundos y hacer más interesantes los encuentros humanos". También ha creado una lista de Spotify que se actualiza al azar cada día.

Por si todo esto fuera poco, Hawkins es también artista, con una obra en la que se vinculan lo aleatorio y su experiencia viajera. Su obra 'Your Destination' ('Tu destino') es como una de esas máquinas que encontramos en edificios de la Administración y que imprimen tiques para saber cuándo es nuestro turno.

Siguiendo el estilo de vida de Hawkins, pulsamos un botón y recibimos un papel con un lugar aleatorio al que ir y cosas para hacer al llegar allí. Al acudir al a ese destino, "se les pide que encuentren un significado personal a la selección del ordenador".

placeholder ‘Your Destination’, obra de Max Hawkins (Imagen: Max Hawkins)
‘Your Destination’, obra de Max Hawkins (Imagen: Max Hawkins)


En la web también hay disponible una agencia de viajes aleatoria. Escribimos nuestro correo electrónico y otra información opcional, como la fecha en la que queremos viajar o una descripción de un momento en que disfrutamos estando perdidos. Otra opción es suscribirnos a su OffBot Beta, que lleva a nuestro móvil actividades o empresas que probablemente no conocemos.

Y quien quiera experiencias aún más aleatorias que se suscriba a Call in the Night. Al darse de alta, los usuarios reciben una llamada entre las 2 y las 5 de la madrugada que les conecta con otra persona suscrita y desconocida. Entonces podrán hablar de lo que deseen. De momento, el servicio solo ha estado disponible en algunas partes de Estados Unidos y Canadá.

No hace falta cambiar de vida para someterse a los designios de una ‘app’

No hace falta cambiar de vida para someterse a los designios de una 'app'. Hawkins, consciente de lo que a él le pasó con algunos barrios de San Francisco y Los Ángeles, recomienda esta práctica también para aquellos que no van a salir de su urbe: "Cuando vives en un lugar durante mucho tiempo, hay partes enteras de la ciudad que excluyes de tu mapa mental", por las razones que sean. Él sigue trabajando para que otras muchas personas se unan a su grupo de fans de lo azaroso.

Hace unos tres años, Max Hawkins (Des Moines, Iowa, 1990) era ingeniero de Google en San Francisco, "haciendo las mismas cosas una y otra vez, yendo a los mismos sitios", cuenta a Teknautas. Quería cambiar de vida. Y el cambio que se planteó fue radical: cambiar de trabajo, de ciudad, de alternativas de ocio. Todo un cambio de rutinas. Tan lejos llegó con su idea que decidió que una 'app' se encargara de tomar por él todas esas decisiones.

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