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De Steve Jobs a Walt Disney: cuando el fundador era la empresa
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LA DIFÍCIL SUCESIÓN DE LOS MITOS

De Steve Jobs a Walt Disney: cuando el fundador era la empresa

Los liderazgos fuertes facilitan el éxito pero dificultan la transición cuando se marchan. Apple, Disney, IKEA o Microsoft sufrieron cuando llegó la sucesión.

Foto: 40 aniversario de la firma apple
40 aniversario de la firma apple

Steve Jobs y Apple parecían conectados más allá de su pura condición de fundador de la empresa. La cotización bursátil de la compañía llegó a parecer una más de las constantes vitales del de Palo Alto. Cuando se le diagnosticó un cáncer de páncreas, cada rumor sobre su salud impactaba en la línea de flotación del ánimo de los inversores y las acciones se resentían como si estas fuesen una parte más del organismo.

Foto: Ken Segall durante la celebración de WOBI en Bogotá.

La inquietud que se desataba tenían nombre: sucesión. Lo cierto es que el creador de la manzana se había forjado una imagen de genio a caballo entre lo excepcional y la leyenda. La figura de Jobs tenía casi tanto valor como la propia marca. Era un icono. Hace seis años, el 24 de agosto de 2011, anunció que abandonada sus obligaciones en el cuartel general de la compañía en Cupertino porque su salud no le permitía seguir a los mandosde la nave.

La carta que dirigió al consejo de administración y a la comunidad Apple desató las especulaciones. El cariz y el carisma del difunto Jobs fue entonces un arma de doble filo. Y muchos dudaron si el hasta entonces desconocido Tim Cook sería capaz de cargar, gestionar y ampliar el legado de la multinacional.

No es el único caso de este tipo. La historia del emprendimiento está llena de personas que han levantado imperios a la par que se impregnaban hasta los tuétanos del espíritu del negocio. El resultado, el jefe era la empresa y viceversa. Una dependencia que incluso ha puesto en entredicho la capacidad de sus sucesores para ver algo más que sombreros donde sus antecesores veían chisteras de las que sacar conejos.

Apple: las dudas se han disipado, el recuerdo no

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Apple CEO Tim Cook speaks on stage during Apple's annual Worldwide Developer Conference (WWDC) in San Jose, California, U.S. June 5, 2017. REUTERS Stephen Lam

¿Está Apple peor o mejor que con Jobs? Está claro que Cook no es él pero la compañía va mejor que nunca. Cogió los mandos cuando las acciones estaban en 95 dólares y hoy rozan los 160. Es el segundo fabricante mundial de móviles en unidades vendidas, a pesar de tener muchos menos modelos que el primero (Samsung) y el tercero (Huawei).

Cook ha disparado el valor de las acciones y ha mantenido la popularidad de los dispositivos de Apple

Según sus últimos resultados, el iPhone y el iPad suben en ventas. Cabe recordar en este punto que Cook tomó decisiones que contradecían los postulados de Jobs y supo adaptarse al mercado como hizo Su reloj inteligente es el más vendido del mundo. La división de servicios, si fuese una compañía separada entraría en el Fortune 100. Lo cierto es que, a pesar de las dudas iniciales que despertaba, Cook ha sabido mantener firme el timón del barco.

Microsoft: la difícil digestión de Ballmer

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MSN01 REDMOND (ESTADOS UNIDOS) 29.06.08.- El presidente de Microsoft, Steve Ballmer (i), charla con algunos empleados en presencia de Bill Gates, en un evento que celebra el último día de trabajo a tiempo completo de Gates en la empresa multinacional estadounidense, en su sede de Redmond, Washington, viernes 27 de junio de 2008. Gates fundó Microsoft en 1975 y ha ido transfiriendo parte de su fortuna a la fundación de beneficiencia que creó con su esposa Melinda Gates. El empresario quiere dedicar su tiempo a mejorar la salud y erradicar la pobreza en el tercer mundo. EFE/Robert Sorbo. FOTO CEDIDA, SOLO USO EDITORIAL, PROHIBIDA LA REVENTA Y EL USO PARA ARCHIVOS

Cuando Jobs abdicó muchos rememoraron lo ocurrido con Microsoft. Bill Gates, ahora dedicado a la filantropía, decidió que se marchaba en 2000. Colocó en su lugar a un directivo como Steve Ballmer, que nada o poco tenía que ver con sus formas. El cordón umbilical no se pudo cortar hasta ocho años después. Un traspaso de poderes demasiado dilatado en el tiempo. Todo en un momento clave para la compañía, que llegó tarde a una revolución como la de los 'smartphones' y las tabletas.

Durante el mando de Ballmer se vivieron episodios como el fiasco de Windows Vista, el experimento de Windows 8 o la compra de Nokia. Abandonó la compañía en 2014 -fue sustituído por Sayta Nadella- para dedicarse a los Clippers de Los Ángeles, franquicia de la NBA de la que es propietario. El recuerdo que queda de él, un puñado de excentricidades como sacar la lengua en vídeos corporativos o por el cachondeo cuando se lanzó el primer iPhone: “¿500 dólares por un móvil? No creo que a la gente le interese”.

Ikea: el peso de la herencia familiar

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Ingvar Kamprad, dueño de Ikea

Ingvar Kamprad estaba tan vinculado con sus orígenes que cuando tuvo que poner nombre a su empresa decidió unir sus iniciales a la de la ciudad natal y la granja donde se crió. Aquel baile de letras dio lugar a IKEA, una de las marcas más conocidas del planeta. El imperio del mueble escandinavo ha vivido una de las sucesiones más dilatadas y más surrealistas entre las grandes multinacionales.

El propio Kamprad abandonó la presidencia hace 31 años, en 1986. Sin embargo, no quiso desvincularse y se quedó vigilando y moviendo los hilos desde un puesto de asesor. Intentó ceder el testigo a algunos de sus tres hijos, pero no funcionó, a pesar de que todos ellos trabajan al frente de alguna división de la multinacional.

Se llegó a rumorear que ninguno de sus vástagos quería dar el paso al frente o que el propio Kamprad no terminaba de decantarse por alguno debido a cierta desconfianza en sus capacidades para dirigir la expansión hacia lugares como China o Rusia. Finalmente, en 2013, el veterano empresario anunció que abandonaba su puesto en la compañía y convenció a su hijo menor, Mathias, para que asumiera el mando.

Disney: cuando las esencias se acaban

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FILE PHOTO: The water tank of The Walt Disney Co Studios is pictured in Burbank, California February 5, 2014. REUTERS Mario Anzuoni File Photo

Cuando Walter Elias 'Walt' Disney murió en 1966 se empezó a formar una tormenta mucho más intensa que la leyenda urbana sobre la criogenización de su cuerpo. La nueva dirección consiguió dar continuidad y finalizar con éxito proyectos como 'El Libro de la Selva' (1967) que les sirvió para mantener la cuenta de resultados durante los años consecutivos.

A partir de ahí, cuando se lanzaron los largometrajes ya iniciados antes de su muerto, el tarro de las esencias pareció agotarse. Lo intentó su hermano, su sobrino y su yerno. La fortunas les fue esquiva en mayor o menor grado. La compañía no recuperó su empuje hasta que Michael Eisner llegó a la presidencia en 1984. Se dio la vuelta a todo y en unos pocos años se consiguió retomar la senda ganadora dando paso a la edad más clásica de Disney con cintas como 'La Sirenita', 'La Bella y la Bestia' o 'Aladín'.

Es pronto pero, ¿qué pasa con Bezos, Zuckerberg o Musk?

Ójala les quede una larga historia de éxitos por delante. Pero hablando de este tema es inevitable preguntarse por otros grandes visionarios de nuestra era y que ocurrirá cuando decidan retirarse de la primera línea de mando de las empresas cuya explosión han liderado.

A día de hoy podemos encontrar ejemplos como el de Jeff Bezos, que ha dado forma a Amazon, mayor imperio del comercio electrónico; Mark Zuckerberg; la cara más visible de Facebook; o el hiperactivo Elon Musk. Todos ellos son la cara más visible de sus respectivas compañías y tienden a eclipsar a otras personas relevantes.

Steve Jobs y Apple parecían conectados más allá de su pura condición de fundador de la empresa. La cotización bursátil de la compañía llegó a parecer una más de las constantes vitales del de Palo Alto. Cuando se le diagnosticó un cáncer de páncreas, cada rumor sobre su salud impactaba en la línea de flotación del ánimo de los inversores y las acciones se resentían como si estas fuesen una parte más del organismo.

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