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Probamos el Meizu Pro 7: una semana con el móvil estrella chino de doble pantalla
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No llega a los 500 euros

Probamos el Meizu Pro 7: una semana con el móvil estrella chino de doble pantalla

Se agradece que la marca china haya roto la monotonía del mercado, pero necesita pulir el sistema operativo para que la doble pantalla sea más que un elemento para fardar

Foto: El nuevo Meizu Pro 7 (Foto: Zigor Aldama)
El nuevo Meizu Pro 7 (Foto: Zigor Aldama)

La primera impresión siempre es importante, y la que ofrece el Meizu Pro 7 no puede ser mejor. La caja en la que se esconde deja claro que se trata de un terminal muy especial, mimado hasta el último detalle. De hecho, es la mejor presentación que hemos visto hasta el momento. Se trata de un bloque rectangular de plástico rígido negro en dos estilos, mate y brillo, que se abre por la parte superior para dejar a la vista lo que parece un libro. En su interior se guarda el último buque insignia de Meizu.

Foto: El Nubia Z17 es la gran sorpresa de esta primera mitad de 2017. (Z. A.)

Y el embalaje no resulta engañoso, porque el Pro 7 es uno de los teléfonos móviles más llamativos del año. Todo gracias a su segunda pantalla, ubicada en el cuarto superior izquierdo del cuerpo, justo debajo de la cámara dual. Tiene un tamaño de 1,9 pulgadas, utiliza tecnología AMOLED, y es táctil. Eso último convierte al ‘smartphone’ en el primero que cuenta con dos pantallas con las que podemos interactuar.

Antes de entrar a valorar su utilidad, durante la semana en la que lo hemos probado en Teknautas, se ha hecho patente una cosa: llama mucho la atención. La gente se queda mirando con interés, sobre todo cuando usamos esa pantalla secundaria para hacernos ‘selfis’. Así que no hay duda de que, al menos para fardar, funciona.

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(Foto: Z. A.)

Alternativa para las autofotos

Claro que el éxito comercial del ‘smartphone’ dependerá de que sirva para algo más que eso. Y ahí es donde nos asaltan algunas dudas más que razonables. La función más interesante es la de poder utilizar la segunda pantalla para autorretratarnos con la cámara dual, que utiliza dos sensores de 12 megapíxeles -uno de color y otro monocromo- emparejados con sendos objetivos de seis elementos que tienen una luminosidad f2.0. El hecho de que nos podamos ver en la pantalla -a pesar de su reducido tamaño-, nos permite encuadrar bien la imagen y obtener fotografías de gran calidad.

Debajo puedes ver varios ejemplos de fotos tomadas con el Meizu Pro 7:

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(Foto: Z. A.)
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(Foto: Z. A.)
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(Foto: Z. A.)
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(Foto: Z. A.)

En este modo, podemos elegir entre tres tipos de foto: normal, belleza -en el que se aplica un filtro para suavizar y aclarar la piel-, y retrato -que utiliza un algoritmo para resaltar a los sujetos principales difuminando el fondo-. Se puede disparar la cámara tanto con el botón del volumen como con un toque en la pantalla secundaria. En ese último caso se pone en marcha una cuenta atrás de tres segundos que reduce las vibraciones propias de apretar el botón. Los resultados son excelentes incluso en condiciones de poca luz, algo que no sucede con la cámara frontal -la de los selfis tradicionales-.

Esa última tiene 16 megapíxeles y una óptica de la misma luminosidad, pero el hecho de que el sensor sea más pequeño y que el objetivo que monta cuente con cinco elementos y carezca de la cámara monocroma para captar más detalles hacen que el resultado sea peor. Claro que eso no quiere decir que la cámara frontal no esté a la altura de la de cualquier otro buque insignia. Lo está.

Además de la función de ‘selfi’, la pantalla secundaria nos permite ver la hora, el tiempo, los pasos que hemos caminado -incluye un podómetro-, y las notificaciones de algunas aplicaciones. Cuando se recibe una llamada, por ejemplo, aparece el nombre y la fotografía -si la hay- de quien llama. También recibimos el aviso de llegada de mensajes, tanto SMS como de aplicaciones de mensajería instantánea.

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(Foto: Z. A.)

Pero el resto de notificaciones llega en forma del dibujo de una campanilla, sin más información. Además de accionarse cada vez que hay una notificación, la ‘ventana’ del móvil se puede encender al voltear el terminal o con un doble toque sobre la misma. Por lo tanto, no utiliza el modo ‘always on’, como sucede en otros terminales.

Hay que mencionar que el terminal que hemos probado utiliza la versión global de la capa Android de Meizu -Flyme 6, basada en Android 7-, que todavía está siendo desarrollada. El terminal llegará a Europa de forma oficial en septiembre, y esta versión del sistema operativo todavía no cuenta con algunas funciones que sí están disponibles en la que se comercializa en China. Pero desde Meizu nos aseguran que la actualización con la que se venderá el móvil en España sí permitirá poner un salvapantallas en la pantalla secundaria, utilizar la pantalla partida, o entrar en el modo ‘solo música’ que convierte el teléfono en un MP3 -sobre todo útil para países en los que ni siquiera se permite volar con el ‘modo avión’, como es China-.

¿Está a la altura?

El resto de las características convierten al Meizu PRO7 en un ‘smartphone’ sólido, aunque quizá no a la altura de los primeros espadas de sus competidores (bastante más caros, eso sí). La principal pega está en el chip que ha elegido para la versión europea: el Mediatek Helio P25 es un procesador notable con 8 núcleos que alcanzan una frecuencia de 2,6 Ghz. Sin embargo, es el chip que monta la versión más básica del terminal en China.

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(Foto: Z. A.)

Existe también otra que incorpora el nuevo Helio X30, un cerebro que suma dos núcleos más y que ha sido fabricado con tecnología de 10 nanómetros. Ese sí que es un procesador a la altura de los últimos Qualcomm Snapdragon o Samsung Exynos, pero se utilizará solo en la versión china del PRO7 y en el PRO7 Plus, cuya comercialización en España todavía no se ha confirmado.

Los 4 GB de memoria RAM que monta el PRO7 también saben a poco, aunque es cierto que son más que suficiente para realizar de forma fluida todas las tareas habituales. En cualquier caso, teniendo en cuenta que pesos pesados como el iPhone 8, el Samsung Galaxy Note 8 o el Huawei Mate 10 están al caer, Meizu debería haber apostado por los 6GB que sí ha incluido en la versión Plus -que aumenta el tamaño de la pantalla principal hasta las 5,7 pulgadas-.

Entre los puntos menos afortunados del aparato hay que mencionar también un elemento que deja un sabor agridulce: la cámara principal. Por un lado, es magnífico poder utilizarla para hacerse ‘selfis’, pero, por otro, da la sensación de que Meizu ha gastado muchos recursos en la segunda pantalla y se los ha restado a la cámara. El porqué de esta observación se explica en dos puntos: por un lado, la óptica utilizada no es tan luminosa como la de otros -OnePlus 5, Huawei P10, o Xiaomi 6-; y, por otro lado, carece de un estabilizador óptico que equilibre la balanza. Así, a pesar de incluir un sensor monocromo extra, en condiciones de poca luz los resultados se resienten un poco. No obstante, siguen siendo más que aceptables para un ‘smartphone’ que costará menos de 500 euros.

Da la sensación de que Meizu ha gastado muchos recursos en la segunda pantalla y se los ha restado a la cámara

En condiciones normales de luz, las fotografías son notables, y el algoritmo de retrato hace perfectamente su función. También se agradece la posibilidad de crear archivos GIF, y la opción de ‘maquillaje’ -sobre todo en mujeres- resulta incluso un poco aterradora de lo bien que funciona. Le falta, de momento, la posibilidad de capturar imágenes en formato RAW para su posterior edición con menor pérdida de calidad.

Buena batería, diseño correcto

Los demás componentes del terminal sí que están a la altura de los mejores móviles. Tanto el Bluetooth como el Wifi son mucho más rápidos que los de Xiaomi o Huawei, el lector de huellas es preciso -aunque no el más rápido- y cuenta con la ventaja de aglutinar las funciones de los tres botones característicos de Android. En nuestra prueba, la carga rápida M-Charge 3.0 ha logrado un 49% de la capacidad de 3.000 mAh. en 30 minutos, un 68% en 45 minutos, y el 100% en 82 minutos. La optimización del sistema nos ha permitido utilizar el móvil durante día y medio. Por su parte, la pantalla AMOLED de 5,2 pulgadas ofrece buenos resultados en todas las condiciones de luz. Quienes tengan manos pequeñas también agradecerán el tamaño más moderado.

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(Foto: Z. A.)

Finalmente, el diseño no decepciona a pesar de que, salvo por la parte trasera, resulta excesivamente continuista. El panel frontal podría ser un Meizu lo mismo que un Xiaomi o un OPPO, ya que pocas cosas se hacen para diferenciarlos. Pero es evidente que la calidad de los materiales utilizados es muy buena. Su apariencia en el color negro es elegante y estilizada.

¿El Meizu definitivo?

Donde se rompe con la monotonía es en la tapa trasera. La segunda pantalla crea en un principio una sensación extraña, sobre todo cuando se agarra el cuerpo metálico del terminal y el dedo toca el cristal. Pero es fácil acostumbrarse, y, al final, incluso se le coge cariño al diseño. Meizu ha arriesgado y, sin duda, llama la atención. Pero, ¿es el PRO7 lo que la marca china necesita para despegar después de un año lleno de baches en el que la serie PRO ha contado con tres terminales -el PRO6, PRO6s y PRO6 Plus- que no han logrado destacar entre el resto?

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(Foto: Z. A.)

Resulta difícil pronunciar un veredicto sin haber probado el sistema definitivo (hemos pedido la versión china para probarla y actualizaremos este texto si así lo merece). La segunda pantalla es un acierto de diseño, pero su funcionalidad parece escasa para justificar haber invertido más de 2 millones de euros en su desarrollo. También da la sensación de que ha comido recursos que se podrían haber destinado a utilizar un chip Qualcomm o Exynos en vez de un Mediatek.

Sin duda, es un móvil que no defrauda, potente y con un sistema operativo tan intuitivo como personalizable. También es uno de los pocos terminales que llaman la atención y son fácilmente identificables. En general, la relación calidad-precio parece óptima. Pero el conjunto deja al PRO7 en tierra de nadie: por delante de la gama media, pero a un paso de la gama alta.

La primera impresión siempre es importante, y la que ofrece el Meizu Pro 7 no puede ser mejor. La caja en la que se esconde deja claro que se trata de un terminal muy especial, mimado hasta el último detalle. De hecho, es la mejor presentación que hemos visto hasta el momento. Se trata de un bloque rectangular de plástico rígido negro en dos estilos, mate y brillo, que se abre por la parte superior para dejar a la vista lo que parece un libro. En su interior se guarda el último buque insignia de Meizu.

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