'El Tesla de los mares': el buque eléctrico que navegará por los fiordos sin tripulación
"Será algo así como volar un dron desde un centro de mando", explicó el director ejecutivo de Kongsberg, una de las empresas que trabaja en el proyecto
Un barco sin marineros, ese es el proyecto en el que trabajan dos compañías noruegas y que podría revolucionar el comercio marítimo en la próxima década. El buque, cuyo nombre oficial es Yara Birkeland pero ya ha sido bautizado como 'el Tesla de los mares', se utilizará para transportar fertilizantes y va a realizar su primer viaje a finales de 2018, recorriendo 22 kilómetros desde la planta en la que se producen los químicos hasta el puerto de Lavrik.
Detrás de este portacontenedores autónomo se encuentran la compañía de agricultura Yara International y la empresa tecnológica Kongsberg Gruppen, que fabrica sistemas de navegación tanto para uso civil como militar. Al margen de este proyecto inicial, el director de producción de Yara, Petter Ostbo, aseguró a 'The Wall Street Journal' en una reciente entrevista que ya trabajan en nuevos diseños para alargar los trayectos que realicen estos barcos autónomos: "Tal vez incluso podamos mover nuestro fertilizante desde Holanda hasta Brasil [sin tripulación]".
Aunque el buque costará tres veces más que los que se utilizan ahora en estas mismas rutas, en torno a 25 millones de dólares, ambas compañías argumentan que gracias al ahorro en combustible y personal reducirán hasta un 90% los gastos. Además, el proyecto se erige como una forma eficaz de recortar las emisiones de CO2, uno de los objetivos que se planteó en 2016 la Organización Marítima Internacional (OMI) de cara a los próximos años.
Los primeros trayectos que realizará el Birkeland ya están programados para finales de 2018, pero hasta 2020 un técnico viajará a bordo por seguridad. Una vez superada esta fase inicial, tres centros se encargarán de monitorizar todos sus movimientos a distancia. "Será algo así como volar un dron desde un centro de mando", explicó el director ejecutivo de Kongsberg, Geir Haoy. "Se utilizará la navegación GPS y un montón de cámaras para ver lo que está pasando alrededor de la nave".
Más allá de la tecnología, una de las razones por las que el Birkeland tendrá que realizar sus primeros viajes con una persona a bordo responden a la regulación marítima, y es que la OMI prohibe que los buques viajen sin tripulación. Cabe señalar en este sentido el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar, que exige a los barcos estar "suficientemente y eficientemente tripulados". Aunque la propia portavoz de la OMI, Natasha Brown, ha asegurado en los últimos meses que la institución está revisando dicho requisito, por el momento los barcos autónomos no pueden navegar.
A pesar de estos escollos legales, cada vez son más las empresas que ponen en marcha proyectos similares al de Birkeland, entre los que cabe subrayar el de la británica Rolls- Royce Holding PLC. Dicha empresa también está trabajando en una tecnología similar a la de los noruegos que le permitiría lanzar barcos robóticos en 2020 y, aunque en principio está poniendo el foco en los remolcadores, también planea abordar los barcos de mercancías en los próximos años. Según su vicepresidente de innovación de la unidad marina, Oskar Levander, avanzar hacia una mayor autonomía de los buques podría reducir los costes de transporte hasta un 22%.
Un barco sin marineros, ese es el proyecto en el que trabajan dos compañías noruegas y que podría revolucionar el comercio marítimo en la próxima década. El buque, cuyo nombre oficial es Yara Birkeland pero ya ha sido bautizado como 'el Tesla de los mares', se utilizará para transportar fertilizantes y va a realizar su primer viaje a finales de 2018, recorriendo 22 kilómetros desde la planta en la que se producen los químicos hasta el puerto de Lavrik.