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Más de 100 cazas y bombarderos: el plan de EEUU para crear el ejército del aire más letal
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Más de 100 cazas y bombarderos: el plan de EEUU para crear el ejército del aire más letal

EEUU se prepara para un enorme incremento en el gasto militar. Y las Fuerzas Aéreas centran toda la atención. Piden en total 105 nuevos aviones, desde F-35 a helicópteros Apache

Foto: Decenas de aviones de la USAF KC-10A de repostaje en el aire. (Foto: USAF)
Decenas de aviones de la USAF KC-10A de repostaje en el aire. (Foto: USAF)

Cada año se repite el ciclo en EEUU: tras la presentación por la correspondiente administración del proyecto de presupuesto nacional, que incluye las peticiones al Congreso de partidas para cada una de las fuerzas armadas, estas por ley emiten una petición complementaria. Se trata de las partidas que creen necesitar pero que se han caído del proyecto gubernamental. Una suerte de 'carta a los reyes magos' que da muchas pistas sobre la estrategia de defensa estadounidense. En las peticiones de este año hay una cosa clara: las fuerzas armadas estadounidenses quieren sobre todo aviones, muchos aviones, y algunos helicópteros; hasta tal punto que ni siquiera la Armada pide dinero para nuevos barcos. El presente y el futuro de la guerra está en el aire.

Foto: El HMAS Canberra poco antes de entrar en servicio en 2014. (Foto: Armada Australiana)

En total, los diferentes servicios han pedido dinero extra para sumar 34 cazabombarderos, 24 F-35 y 10 F/A-18 E/F SuperHornet; 17 aviones de transporte Hercules de varias versiones (12 MC-130J, un HC-130, cuatro KC-130J) y seis aviones de patrulla marítima P8A Poseidon. Además se solicitan aparatos utilitarios como seis aviones de transporte (dos C-40A basado en el Boeing 737 y cuatro UC-12W Huron de hélice) y tres aviones de reabastecimiento en vuelo KC-46A. En el apartado de despegue vertical se solicitan seis convertiplanos Osprey (4 CMV-22B, 2 MV-22) y también 16 helicópteros de ataque (siete AH-1Z y nueve AH-64E) y 17 helicópteros de transporte pesados (dos CH-53K Sea Stallion, nueve CH-47F Chinook) y medios (tres UH-60 Blackhawk + tres renovados). Miles de millones de dólares en nuevos aparatos a sumar a los ya previstos en el proyecto formal de presupuesto.

La USAF ha pedido $10.700 millones extra para 14 ejemplares más del cazabombardero furtivo F-35A a sumar los 46 ya solicitados

En los pedidos hay partidas dedicadas a compra de armamento y munición. Además, los diferentes servicios han incluido ampliaciones, reparaciones de cuarteles e instalaciones, mejoras de los estados de preparación (entrenamiento, formación) e incluso programas de investigación de armamento futuro. Todo ello no contemplado en los presupuestos presentados por la administración Trump para su aprobación y que ahora el Congreso deberá decidir si financia o no. ¿Cuáles son las peticiones más destacadas de tecnología militar?

Fuerza aérea

La USAF ha pedido en total 10.700 millones de dólares extra (9.560 millones de euros) que incluyen 1.760 millones para 14 ejemplares más del cazabombardero furtivo F-35A a sumar los 46 ya solicitados en el proyecto de presupuesto, lo que permitiría al fabricante Lockheed Martin alcanzar por primera vez el volumen previsto de 60 ejemplares al año.

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También quiere reactivar el polémico programa KC-X comprando tres aviones de reabastecimiento en vuelo KC-46A Pegasus más para acelerar el reemplazo de los actuales, la mayoría de los cuales son KC-135 Stratotankers con más de 50 años a sus espaldas (el último fue entregado en 1965, aunque han sido renovados). La Fuerza Aérea quiere también 12 ejemplares del MC-130J, la última variante de operaciones especiales del transporte C-130 Hercules a sumar a los cinco ya solicitados en el presupuesto, y un HC-130 de patrulla marítima y rescate más.

Además de estos aviones para sumar a su arsenal, la USAF quiere reactivar el programa Compass Call de guerra electrónica desde Hercules modificados, para lo cual solicita 284,6 millones de dólares (255 millones de euros) de los cuales unos 30 millones servirían para extender la vida útil de los EC-130H y el resto para comenzar el traslado de equipos de los actuales a aparatos nuevos. La mayoría del dinero se gastaría en un nuevo avión con el que desarrollar la tecnología.

placeholder El MV-22 Osprey
El MV-22 Osprey

La aviación estadounidense quiere invertir también 70 millones de dólares (62,5 millones de euros) en la investigación de armas de energía dirigida, en concreto un sistema capaz de deshabilitar la electrónica de un adversario sin daños colaterales por medio de haces de microondas de gran potencia. En el apartado de I+D también se incluye un prototipo de vehículo hipersónico. 131,5 millones de dólares (117,5 millones de euros) se gastarían en diversas modificaciones y adaptaciones de cazas ya en vuelo, y para el ámbito espacial se piden 209,3 millones de dólares en total, además de 125,5 millones para el sistema orbital de detección de lanzamientos de misiles SBIRS.

Armada

La marina estadounidense pide un total de 4.800 millones de dólares (4.300 millones de euros) extra a sumar a los 171.000 millones de dólares (153.000 millones de euros) incluidos en el proyecto presentado al Congreso. Lo más llamativo es quizá que no incluya ni un solo nuevo buque a pesar de la retórica política sobre la necesidad de aumentar la cantidad total de barcos disponibles. Se deja la puerta abierta a aumentar el ritmo de producción de los controvertidos LCS, pero no se solicita expresamente este año.

La Armada de EEUU quiere dedicar $2.700 millones más para comprar 24 aparatos extra. La lista incluye 10 cazabombarderos F/A-18 E/F Super Hornet

Lo que sí se solicita es dinero para "endurecer" los barcos LCS ya construidos; 84 millones de dólares (75 millones de euros) para reforzar las estructuras, electrónica y sistemas de control de cuatro ejemplares para aumentar su capacidad de supervivencia y letalidad. En este último capítulo también se piden 31 millones de dólares (27,7 millones de euros) para dotar de lanzadores de misiles antibuque Harpoon a un segundo ejemplar, tras los instalados en el USS Coronado (clase Independence). Otros 110 millones de dólares (98,2 millones de euros) se dedicarían a crear un centro de formación para las tripulaciones de estos buques.

Pero el capítulo más caro es el de aviación, al que la Armada estadounidense quiere dedicar 2.700 millones de dólares (2.411 millones de euros) más para comprar 24 aparatos extra. La lista incluye 10 cazabombarderos F/A-18 E/F Super Hornet (739 millones de dólares), cuatro Joint Strike Fighters F-35C de la variante de portaaviones (540 millones de dólares), seis aviones de patrulla marítima P-8A Poseidon (1.000 millones de dólares) y cuatro convertiplanos CMV-22B Osprey para reabastecimiento de portaaviones (392 millones de dólares), con 105 millones más en piezas de recambio.

En apartados más convencionalmente navales la marina quiere comprar tres ejemplares extra del sistema de combate para submarinos SWFTS (Submarine Warfare Federated Tactical System) para modernizar otros tres submarinos clase Virginia, además de reparaciones y modernizaciones varias en buques auxiliares como barcos grúa, de apoyo a la aviación y de reabastecimiento de flota.

placeholder El F/A-18 Super Hornet
El F/A-18 Super Hornet

Como gastos de interés se incluyen 17 millones de dólares (15,2 millones de euros) para el fondo de contingencia del Mando Naval de Operaciones Especiales dedicados al combate contra el Daesh. Los famosos comandos SEAL forman parte de este departamento y participan en misiones en Siria, Irak y otras áreas. En el apartado de investigación, la marina quiere 33 millones de dólares (29,5 millones de euros) para acelerar entre seis meses y un año la entrada en servicio de dos drones submarinos ahora en desarrollo: el Orca (Extra Large Unmanned Underwater Vehicle) y el Snakehead (Large Displacement Unmanned Underwater Vehicle).

El cuerpo de infantería de marina, o Marines, forma parte de la Armada, aunque en el sistema estadounidense goza de un amplio grado de autonomía y envía su propia petición independiente de la de su servicio superior. Nuevamente la 'carta a los reyes magos' de los Marines consta, sobre todo, de vehículos aéreos; hay que tener en cuenta que este servicio es el único completamente integrado en las fuerzas armadas estadounidenses, ya que dispone de su propia aviación (de ala fija y rotatoria) además de infantería, blindados y artillería.

La lista de la compra de los Marines incluye seis ejemplares del JSF; cuatro F-35Bs de despegue vertical (que fueron diseñados específicamente para este servicio) por valor de 617 millones de dólares (551 millones de euros) y dos F-35C, variante de portaaviones, por 260 millones de dólares (232,2 millones de euros). También se solicitan cuatro aviones de reabastecimiento en vuelo KC-130J Hercules (356 millones de dólares, 318 millones de euros), dos transportes a reacción C-40A Clipper basados en el Boeing 737 (228 millones de dólares, 203 millones de euros) y cuatro pequeños transportes de hélice UC-12W Huron (67 millones de dólares, 60 millones de euros).

placeholder El helicóptero CH-53K King Stallion
El helicóptero CH-53K King Stallion

En el apartado de aparatos de despegue vertical y helicópteros, los ‘leathernecks’ quieren dos convertiplanos MV-22 Osprey (181 millones de dólares, 161,7 millones de euros), dos transportes pesados CH-53K King Stallion (288 millones de dólares, 257,2 millones de euros) y siete nuevos helicópteros de ataque AH-1Z Viper (221 millones de dólares, 197,4 millones de euros). Para su función de desembarco, los Marines han pedido también cinco ejemplares de los nuevos Ship to Shore Connectors, hovercrafts de carga para llevar material desde los buques de desembarco a la playa por un valor de 312 millones de dólares (278,7 millones de euros).

Ejército de Tierra

A diferencia del resto de las fuerzas armadas, la US Army ha optado por priorizar en su carta de deseos no financiados un aumento del número de sus componentes en lugar de nuevos cacharros. La mayor partida incluida en su petición complementaria de 12.700 millones de dólares (11.343,3 millones de euros) son 3.100 millones de dólares (2.768 millones de euros) para aumentar en 17.000 el número de sus efectivos. Esta cifra total se desglosa en 10.000 nuevos soldados para la fuerza activa, 4.000 para la Guardia Nacional y 3.000 nuevos reservistas.

La cifra incluye tres nuevas brigadas de asistencia a las fuerzas de seguridad (que liberan a las fuerzas de combate de las tareas de formación y asistencia a aliados), dos batallones SHORAD (Short-Range Air Defense, defensa antiaérea de corto alcance), dos batallones de lanzacohetes MLRS (Multiple-Launch Rocket System), fuerzas de cibercombate, un cuartel general de mando multidominio y cuarteles de mando de nivel división y cuerpo, lo que añade un batallón de apoyo de combate, una compañía de camiones pesados y otra de mantenimiento. Con el dinero se entrenarían, mantendrían y equiparían estas nuevas fuerzas.

placeholder  22 aviones de carga de la USAF, en formación (siete C-17 Globemaster, once KC-10 Extender y cuatro C-5B Galaxy)
22 aviones de carga de la USAF, en formación (siete C-17 Globemaster, once KC-10 Extender y cuatro C-5B Galaxy)

En total 4.900 millones de dólares extra (4,377 millones de euros) serían para vehículos y equipo, la mayoría dedicados a mantenimiento, reparaciones y mejoras en dos ámbitos específicos: 2.500 millones de dólares (2.233 millones de euros) para las Brigadas de Combate (BCT en sus siglas en inglés) y 1.100 millones de dólares (982,5 millones de euros) para helicópteros. En este último apartado se incluyen nueve helicópteros de ataque AH-64E Apache, tres helicópteros medios de transporte UH-60 Black Hawk (y tres reparaciones de fuselajes retirados) además de nueve helicópteros pesados de carga birrotores CH-47F Chinook nuevos.

En cuanto a vehículos de tierra, se solicitan 29 nuevos carros de combate M1 Abrams, 33 vehículos de combate de infantería Bradley y 35 vehículos de recuperación blindados M88 Hercules además de remolques de transporte por carretera M872. También se piden 12 blindados antiminas Assault Breacher, cuatro excavadoras blindadas Combat Dozer Blade, ocho arados contra minas para equipar a dos BCTs. Entre el equipo solicitado hay sistemas para detección de radiación, GPSs resistentes a interferencias y equipos antiexplosivos para limpieza de carreteras.

Un total de 2.300 millones de dólares (2.054,3 millones de euros) suman las peticiones extra de munición. En la lista, 75 misiles tierra-tierra ATACMS (Army Tactical Missile System), 147 misiles antiaéreos avanzados Patriot Missile Segment Enhancement acompañados de 42 sistemas electrónicos de control y 70 kits de modernización. Con el dinero se aumentaría además un 66% la producción de cohetes guiados tierra-tierra del sistema GMLR (Guided Multiple-Launch Rocket) para reponer las reservas de munición. El resto, más de 2.300 millones de dólares (2.054,3 millones de euros) se emplearía en mejoras en el entrenamiento de las BCTs y en diversas obras de mantenimiento y ampliación de instalaciones como cuarteles y centros de preparación para reservistas.

Cada año se repite el ciclo en EEUU: tras la presentación por la correspondiente administración del proyecto de presupuesto nacional, que incluye las peticiones al Congreso de partidas para cada una de las fuerzas armadas, estas por ley emiten una petición complementaria. Se trata de las partidas que creen necesitar pero que se han caído del proyecto gubernamental. Una suerte de 'carta a los reyes magos' que da muchas pistas sobre la estrategia de defensa estadounidense. En las peticiones de este año hay una cosa clara: las fuerzas armadas estadounidenses quieren sobre todo aviones, muchos aviones, y algunos helicópteros; hasta tal punto que ni siquiera la Armada pide dinero para nuevos barcos. El presente y el futuro de la guerra está en el aire.

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