Por qué el gran enemigo del taxi es el coche autónomo (y no Uber ni Cabify)

Esta semana, Daimler, el fabricante alemán detrás de Mercedes, anunció un acuerdo con Bosch para desarrollar y poner en marcha una flota de taxis autónomos que se podrán utilizar a través de una aplicación (al estilo de Uber o Car2Go) y que pretenden que entre en funcionamiento en 2020. Daimler no es el único fabricante que se ha pronunciado en esa línea. Ford y Tesla también señalan en una dirección que pone a los taxistas en un aprieto más (el próximo 30 de mayo han convocado una manifestación en Madrid en protesta por las VTCs).

Hoy, los taxistas aseguran que los servicios basados en licencias VTC como Uber o Cabify están destruyendo el sector pero la realidad apunta a otro depredador. El coche autónomo, y los fabricantes de vehículos, prenteden dejarles sin trabajo.

El plan de Daimler pretende combinar la experiencia del fabricante alemán en la fabricación de automóviles con el conocimiento de Bosch en el área del 'hardware' para implementar la tecnología necesaria para dotar de autonomía a los vehículos de la firma. Según los primeros, esa flota de vehículos "aumentaría el atractivo de compartir coche" una medida que, a corto plazo, mejoraría el flujo circulatorio en las ciudades así como aumentaría la seguridad en palabras del fabricante.

El acuerdo pretende poner en la carrera una flota de taxis con un nivel de autonomía entre 4 y 5 (los Tesla actuales se acercan al 3) que haría innecesaria la presencia humana aunque, como más de una fuente ha señalado, es muy probable que los primeros compases de esta tecnología se den con un humano a bordo a modo de seguro, tal y como ya está sucediendo con los Uber autónomos que han circulado por Estados Unidos.

La premisa pasa por llevar un paso más allá la idea, que ya se ha demostrado rentable, con modelos como el de Car2Go o Emov: son los fabricantes de vehículos los que ponen una flota de coches al alcance del usuario con una diferencia. Hoy, es necesario que el conductor tenga el permiso en regla y sepa manejar un coche. Mañana, la idea es que cualquiera pueda subirse a uno de estos vehículos, que se conducirán solos.

Los fabricantes pretenden poner en las calles sus propias flotas de vehículos autónomos que funcionarían en una plataforma similar a Uber

¿Qué piensan los taxistas españoles acerca de esta nueva amenaza que planea sobre un horizonte que, todavía, tardará en llegar? "Sabemos que a corto y medio plazo no es una amenaza aunque a largo se impondrá. Todavía se tiene que definir muy bien qué es el transporte público. Una cosa es que una persona se compre un coche autónomo y otra muy distinta que decida trasladar a personas ajenas", señala Miguel Ángel Leal, presidente de Fedetaxi.

Leal es consciente de que el taxi autónomo "es el futuro" pero también asegura que el sector está preparado para hacer frente a este avance tecnológico: "Siempre nos hemos adaptado y nos adaptaremos". Y señala que los taxistas ya trabajan y siguen de cerca "el desarrollo y el progreso" de una tecnología que apuesta por comenzar a popularizarse a partir de 2020.

Ford y Tesla, dos enemigos más

Tanto Ford como Tesla ya han anunciado sus proyectos para instaurar esta tecnología en las calles. En el caso de Ford la fecha escogida es 2021 mientras que Elon Musk dejó entrever los planes de Tesla cuando anunció la segunda parte de su plan maestro el pasado verano. "El conductor será capaz de añadir su Tesla a la flota de vehículos compartidos sólo con pulsar un botón en la 'app' que tenemos para 'smartphones' para que comience a generar ingresos mientras el dueño está en el trabajo o de vacaciones".

En el caso de Ford, la fecha de 2021 aparece marcada en rojo. El objetivo del fabricante es tener un coche autónomo que ni siquiera tenga volante ni pedales y que se utilice como transporte público. "La próxima década estará definida por la automatización del vehículo. El coche autónomo va a tener un impacto similar en la sociedad al que tuvo la implantación de las cadenas de montaje de Ford hace cien años", declaraba Mark Fields, CEO de la compañía, el pasado verano.

El movimiento de estos fabricantes pretende adelantar por la derecha a Uber, que ya ha comenzado a implementar la tecnología autónoma en sus vehículos pero que carece de la experiencia y el conocimiento para fabricar vehículos en masa. En medio de esos dos gigantes, los taxistas prefieren pelear cada batalla a su debido tiempo.

"Estamos luchando por sobrevivir, que ya es bastante", admite Leal. El presidente de los taxistas españoles augura un futuro, no muy lejano, en el que las ciudades estén "exentas de vehículos privados" y donde la oferta de transporte se multiplique, "ya sea con vehículos eléctricos autónomos como transportes con conductor". En palabras de Leal, el taxi deberá luchar para encontrar su lugar: "Debemos de equilibrar nuestra oferta para ser competitivos en el futuro".

Desde Fedetaxi sí que se espera que la llegada del coche autónomo y su posible entrada en el ámbito del transporte de personas venga de la mano de "tres piedras angulares: que se limite la oferta a todos los niveles, que se fije una tarifa pública y que los vehículos que transporten clientes cuenten con autorización para hacerlo".