La hora de la verdad: la fórmula para que las pymes se lancen (al fin) a vender 'online'

El paso adelante de las pymes españolas en materia digital pasa por cinco claves: el modelo político, la transformación de las pymes, la formación de sus empleados, la ayuda de las grandes empresas y la legislación. Así se compone el póquer que permitirá a las pequeñas empresas de nuestro país sobrevivir en un entorno cada vez más tecnologizado.

1) Modelo político y consciencia digital

"Este tema tiene que estar en la mesa política de cada día", asegura Inmaculada Riera. "Debemos hacer una reflexión estratégica: hacia dónde va nuestra economía, qué modelo tiene y por qué tipo de crecimiento debemos apostar. Y en la reflexión estratégica está y siempre debe estar la digitalización, sobre todo para aquella franja del tejido empresarial que no está tan digitalizada".

Para ella, "debemos mirar de dónde venimos: hace 10 años teníamos un crecimiento con un modelo muy distinto al actual. A las pymes, la crisis las destrozó, tuvieron escasez de recursos y su única necesidad era sobrevivir. Pero en nuestra estructura empresarial juegan un papel muy importante, y ahora hay que apostar por innovar, por crecer de manera más diversificada y por aportar un valor añadido".

Se trata, según Yolanda Echarte, de Red.es, de un cambio de era: "Hace años, ya decíamos que lo que no está en internet no existe, y ahora debemos decir que lo que no se digitaliza no existe. Estamos ante la transformación digital del modelo de negocio de las pymes, y la captación de profesionales con habilidades digitales es una de las carencias actuales".

2) Transformación de las pymes

Para avanzar en esta progresión, las pymes deben poner un punto de su parte, pero, según Javier Puente, de Ambar Telecomunicaciones, "no tienen un plan definido para transformarse digitalmente. Pero si en su momento el ganadero fue consciente de que o se compraba un tractor o no seguía, esto es igual". Y es que, así como "las grandes empresas se están transformando y los usuarios ya estamos totalmente transformados, las pymes van un poco más por detrás", nos cuenta Marisa Urquía, de Telefónica.

Para ella, "el problema no es que no sientan que hay que digitalizarse, sino que no tienen sentimiento de urgencia. Pero tenemos que ponerles las cosas aún más fáciles, porque, si no, los nuevos emprendedores que han nacido en este entorno les pueden pasar por encima".

"No es que no crean que deben digitalizarse, sino que no tienen sentimiento de urgencia"

"Funcionan dos tipos de incentivos", asegura Juan Murillo, de BBVA Data & Analytics: "El positivo ('Vas a alcanzar estos objetivos') y el negativo ('Tu competencia ya lo está haciendo'); solo así pueden convencerse".

Al final, se trata de una convicción cultural: "Si no somos capaces de que asuman culturalmente este cambio y sean conscientes de que deben asumir riesgos, no habremos hecho nada. O entras en este nuevo entorno, o te quedas fuera. El cortoplacismo puede llevar a no entrar, pero si miras a medio y largo plazo, sí entras", asegura Riera.

3) Formación digital de los empleados

En cualquier caso, tampoco podemos pretender que una pyme, por sus recursos humanos o financieros, establezca un ambicioso plan de digitalización: "Para la pyme es difícil: igual que no tiene dinero para pagar a una persona para que se vaya a Colombia a internacionalizar, tampoco puede dedicarlo a una persona que la transforme digitalmente", asegura Javier Puente.

De todos modos, considera que "España tiene un problema de competencias digitales. De hecho, hay perfiles que no se encuentran en España y cada vez hay más demanda. Pero las pymes tienen que luchar por contratar a los perfiles que haya".

"No hay por qué contratar nuevos empleados, la clave es transformar a los que ya tienes"

Para Urquía, sin embargo, las pymes "no tienen por qué contratar nuevos empleados, la clave es transformar a los que ya tienen. Además, si contratan a un empleado muy digitalizado, a lo mejor es él el que se acaba contagiando de los demás. Es la propia dirección de la empresa la que tiene que tener claro este cambio".

Y es que muchas veces el problema puede venir de los empleados, pero también de la propia compañía: "Hay mucha resistencia al cambio en las pymes o en sus trabajadores", asegura Javier Puente, puesto que "tienen ya una forma de hacer las cosas y se resisten a cambiarla".

4) Ayuda de las grandes empresas

Sin embargo, tampoco parece viable que una pyme se ponga a hacer grandes transformaciones y dedique enormes presupuestos a su digitalización: "Una empresa familiar no va a hacer desarrollos propios, sino que recurrirá a herramientas estandarizadas", nos cuenta Juan Murillo.

Él lo tiene claro: "No podemos esperar que el gestor de un pequeño comercio tenga que saber programar. Ahí jugamos un papel muy importante las grandes empresas: lo que debemos hacer es darles opciones fáciles y adaptadas a todos los perfiles para que les cueste menos afrontar esta transformación".

"Una empresa familiar no se va a poner a programar herramientas propias, pero sí puede recurrir a las estandarizadas"

Incide en ello Marisa Urquía, para quien las pymes pueden hacer muchas cosas sin necesidad de invertir demasiado dinero: "Antes hacían una web y se conseguía poco, no se podía medir, pero ahora no solo hacemos web y 'app', sino también medición de datos, SEO, SEM, 'social media'... Y todo esto es barato y sin infraestructuras. Tienen que perder el miedo a probar, ahora no son grandes inversiones. Es un pago mensual a un proveedor y ya pueden empezar a funcionar, por ejemplo, con el comercio electrónico".

Por ello, "es muy importante el efecto tractor de las grandes empresas, que quieren que sus proveedores sean innovadores", asegura Inmaculada Riera. "Debemos mostrarles casos de éxito y, sobre todo, que tengan claro por dónde van a empezar, dónde está su modelo de negocio... En definitiva, establecer prioridades".

5) Legislación

En este sentido, las pymes también necesitan ayuda de un agente imprescindible: el legislador, que debe adaptarse a las nuevas realidades económicas y empresariales para establecer un marco legal adecuado.

Y es que en este tipo de situaciones hay algo que casi todos tienen claro: "La ley siempre va por detrás de la sociedad", asegura Juan Murillo. "¿Era Facebook un medio? ¿Era Uber una empresa de transporte? No hay un marco legal ecuánime para todos. Han surgido empresas de intermediación que, quizás en otro marco, ofrecen servicios muy similares a muchas pymes, y ahí las leyes deben ser ecuánimes".

"La ley siempre va por detrás de la sociedad, hay que hacer un marco ecuánime para todos"

Por ello, Inmaculada Riera cree imprescindible adaptarse: "Hay tres velocidades: el mercado, la sociedad y la legislación. Tenemos que asumir más capacidad de anticiparnos a los cambios, porque esto genera situaciones críticas. La legislación está obligada a adaptarse rápidamente a los cambios para que las empresas puedan innovar y crecer de manera segura".

Y en ello estamos: "Ahora mismo se está planteando la elaboración de una 'constitución digital", asegura Yolanda Echarte. "La tecnología evoluciona a gran velocidad y los legisladores están muy pendientes para elaborar una normativa que tenga en cuenta los derechos y obligaciones de todas las partes en el ámbito digital".