Una nueva teoría contradice lo que sabíamos sobre el origen de la Luna
La Luna podría haberse formado por una serie de grandes impactos, en lugar de ser resultado de una colisión gigante única
La Luna podría haberse formado por una serie de grandes impactos, en lugar de ser resultado de una colisión gigante única, lo que explicaría porque parece estar compuesta en su mayoría por material similar al de la Tierra y no por una mezcla de restos terrestres y de otro planeta. Esos impactos habrían puesto en órbita millones de toneladas de desechos que habrían terminado juntándose y formando el satélite que gira en torno a nosotros.
En el escenario de un choque gigante único, o bien la mayor parte del material que formó la Luna procedía de la Tierra, no del impactador (el objeto que chocó con ella) o la composición de ambos era idéntica. "Ambos escenarios son posibles pero poco probables", señala un estudio que publica hoy la revista 'Nature Geoscience', ya que al contrario de lo que ocurre con la Tierra y la Luna, los meteoritos y asteroides que pueblan el sistema solar varían mucho en su composición química.
Un equipo de expertos de Instituto Weizmann de Ciencia, de Israel, y del Imperial College de Londres realizaron diversas simulaciones numéricas de grandes cuerpos planetarios impactando contra la Tierra mientras estaba en periodo de formación. En dichas simulaciones, los impactos produjeron discos de desechos, muchos de los cuales estarían formados en su mayor parte por material terrestre.
Después de cada impacto los discos de desechos se acumulan para formar un pequeña luna que, según sugieren los autores, habría migrado para fusionarse con una Luna en crecimiento.
Unos veinte impactos
Según el estudio habían sido necesarios unos 20 impactos de ese tipo en los que se formaba una pequeña luna para acabar formando el satélite terrestre.
Los autores sugieren que este tipo de impactos entre la Tierra y otros cuerpos celestes grandes, capaces de crear pequeñas lunas, eran "lo suficientemente corrientes" en el interior del Sistema Solar como para crear la Luna.
Así, una Luna que se hubiera formado con varios impactos implica que el satélite se creó a lo largo de varios millones de años, en lugar de en un instante geológico. Gareth Collins, científico planetario del Imperial College de Londres, explica por qué esa teoría resulta dudosa. "Es difícil poner en órbita un gran trozo de la Tierra de una sola vez para crear la Luna. Se puede hacer, pero requiere unas condiciones específicas que son muy raras". Sin embargo, explica 'The Guardian', Collins no está del todo convencido y sigue creyendo que lo que fuese que impactó con la Tierra hace millones de años debió tener la misma composición química.
La gran oportunidad para obtener una respuesta podría llegar desde el programa espacial chino, que planea lanzar la nave Chang'e 5 hacia la Luna a finales de este mismo año para recoger la primera muestra de rocas lunares desde las misiones Apolo.
La Luna podría haberse formado por una serie de grandes impactos, en lugar de ser resultado de una colisión gigante única, lo que explicaría porque parece estar compuesta en su mayoría por material similar al de la Tierra y no por una mezcla de restos terrestres y de otro planeta. Esos impactos habrían puesto en órbita millones de toneladas de desechos que habrían terminado juntándose y formando el satélite que gira en torno a nosotros.