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Imposiblemente finas y sin curvas: la tecnología que tendrá tu próxima tele
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Imposiblemente finas y sin curvas: la tecnología que tendrá tu próxima tele

Samsung, LG, Sony y otros grandes fabricantes ya muestran las tecnologías que dominarán nuestro salón en los próximos años

Foto: La batalla de la televisión se juega ahora en el contraste de colores y en ofrecer los negros más puros.
La batalla de la televisión se juega ahora en el contraste de colores y en ofrecer los negros más puros.

El CES de Las Vegas acaba de arrancar y las grandes firmas tecnológicas han puesto sobre la mesa sus apuestas en lo que a televisores se refiere. Hasta Xiaomi se ha atrevido con su Mi TV de 4,9 mm, aunque no se venderá de momento fuera de China. Muchas de estas apuestas no se materializarán de cara al gran público hasta los próximos años, ya que hablamos de tecnologías que, en su mayoría, solo podemos encontrar en los televisores de más alta gama.

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La pantalla OLED de LG más barata en la actualidad se va a los 1.300 euros en Amazon y ni siquiera es 4K. Para encontrar una de este estilo, hay que rascarse aún más el bolsillo y llegar casi hasta los 2.000 euros, como este panel de 55 pulgadas. Algo similar sucede con las pantallas SUHD de Samsung, la tecnología previa a las QLED que ha presentado en la cita estadounidense, y que tampoco bajan de los 1.000 euros.

Comienza a hacerte a la idea de que tu próximo televisor será 4K y, muy probablemente, tenga alguna de las tecnologías que te describimos a continuación. Al final, no hay una opción buena, así que es el consumidor el que debe elegir con qué pantalla hacerse.

QLED: el último invento de Samsung

El fabricante coreano se resiste a dar el paso a las pantallas OLED y se ha sacado de la manga una nueva definición para sus paneles LED que ahora cuentan con una nueva tecnología, bautizada como Quantum Dot, y que supone un salto de calidad sobre las pantallas SUHD que hemos citado unos párrafos más arriba.

Según Samsung, la tecnología le permitirá mejor calidad de imagen y de colores, sin que importe la intensidad del brillo en la pantalla. Esto significa que da igual el brillo de la pantalla, ya que la fidelidad de los colores debería ser igual. En todo caso, Samsung ha aumentado la intensidad de sus nuevos paneles hasta 1.500 y 2.000 nits (por los 1.000 con los que contaba la gama SUHD).

En 2016, las pantallas LED incluyeron nanocristales pensados para mejorar la calidad de la imagen, y en este 2017 se ha mejorado la tecnología para que esos cristales diminutos se comporten de manera similar a las de una OLED (se activan por luz y no por electricidad). La ventaja reside en que cada uno de esos cristales se ilumina en cualquier tono del espectro y que, además, se pueden activar de manera individual, lo que implica un funcionamiento muy similar al de los paneles OLED.

Los coreanos afirman que la tecnología QLED permite acercarse a los niveles de contraste de colores que presenta una pantalla OLED (el uso de tecnología HDR también ayuda en este aspecto), pero el problema es que hablamos de paneles que siguen siendo LCD, y eso conlleva un peaje. En concreto, el contraste que sí pueden ofrecer otros tipos de pantalla, como una OLED o los ya fenecidos plasmas. Según las primeras crónicas desde Las Vegas, lo que sí parece cierto es que Samsung se acerca cada vez más a la tecnología que LG se ha empeñado en convertir en estándar.

OLED: los negros más negros

Puede que sea uno de los factores que decidan al consumidor que se plantea hacer un desembolso importante en una televisión: que los negros sean lo más puros posible. La tecnología tiene unos años, ya que es de 2013, pero todavía hoy sigue siendo costosa. LG ha sido la gran valedora de los paneles OLED, mientras que otras marcas que la apoyaron desde el principio, como Sony o Panasonic, se bajaron del carro con el tiempo. Y tanto Sony como Panasonic han anunciado en este CES que vuelven a apostar por la tecnología (Sony ha presentado una familia, la A1, capaz de emitir sonido desde la pantalla).

La tecnología OLED permite crear pantallas muy delgadas. Exageradamente delgadas, como lo prueba el W7 de 2,57 milímetros que LG ha presentado esta semana. Lo consigue gracias a una serie de diodos que emiten luz y a los que se les aplica electricidad a través de unos conductores. A diferencia de una pantalla LED, que tiene un panel posterior iluminado y unos cristales que dejan pasar más o menos luz, una OLED es capaz de conseguir los mejores contrastes de colores, ofrecer una gran luminosidad, y todo con un menor consumo.

Pero los paneles OLED 4K todavía son caros. Por ello, es probable que la tecnología todavía tenga que esperar uno o dos años para que los primeros modelos franqueen la barrera psicológica de los 1.000 euros. A medio plazo, parece la opción más acertada de entre todas las disponibles en la actualidad.

HDR: la resolución no lo es todo

Hace ya años que la fotografía en HDR (High Dynamic Rango o alto rango dinámico) se popularizó. En los últimos meses, las televisiones parecen haber abrazado un modelo que permite añadir un plus en la representación de los colores que poco tiene que ver con la densidad de píxeles en pantalla.

Los videojuegos (y en breve el cine) han sido los primeros en abrazar esta tecnología, que ofrece colores más espectaculares en pantalla sin necesidad de que el usuario tenga que hacerse con una pantalla OLED. La idea detrás de esta tecnología es ofrecer al espectador un mayor contraste, al combinar las zonas poco iluminadas de una imagen con las que tienen mucha luz.

La teoría dice que mientras un panel 4K convencional solo puede mostrar una decena de tonalidades de un mismo color, una pantalla que cuente con esta tecnología amplía el rango hasta los 1.000 tonos. Tanto Xbox One S como PS4 Pro ya permiten jugar a videojuegos que hagan uso de esta técnica ('Forza Horizon 3' es el ejemplo más llamativo), pero plataformas como Netflix y Amazon Vídeo también cuentan ya con algunos contenidos.

Pantallas curvas: ¿el final de una moda?

Hubo un gran ausente en las conferencias de Samsung y LG en este CES. Y no hablamos de una persona sino de una tecnología: la pantalla curva. Tras años metiéndola con calzador, ninguno de los dos grandes fabricantes del sureste asiático la mostró en su rueda de novedades. ¿Significa esto que estamos ante el final de una absurda moda?

Que no aparecieran, como señalan en la web Gizmodo, es significativo por un motivo. Las televisiones de gama alta acostumbran a contar con todos los avances de los que cada compañía quiere presumir y que justifiquen, de alguna manera, sus desorbitados precios. Pero el Q9 presentado por Samsung no tiene rastro alguno de líneas curvas y uno de los argumentos de venta del W7 de LG es la posibilidad de poder colgarlo en una pared a modo de cuadro.

Lo que ha quedado claro con el paso de los años es que las teles curvas ofrecen una experiencia inmersiva para la persona que se sienta justo en el centro de la imagen... pero poco reconfortante para aquellos que lo hacen en los extremos. Y, al final, el consumo de televisión sigue siendo una experiencia grupal. Hasta la vista, pantalla curva.

El CES de Las Vegas acaba de arrancar y las grandes firmas tecnológicas han puesto sobre la mesa sus apuestas en lo que a televisores se refiere. Hasta Xiaomi se ha atrevido con su Mi TV de 4,9 mm, aunque no se venderá de momento fuera de China. Muchas de estas apuestas no se materializarán de cara al gran público hasta los próximos años, ya que hablamos de tecnologías que, en su mayoría, solo podemos encontrar en los televisores de más alta gama.

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