La determinación de la velocidad de la luz de Romer, homenajeada en un 'doodle'
Google ha diseñado un dibujo interactivo en honor al astrónomo danés midió por primera vez el tiempo que tardaba la luz en viajar de un punto a otro
La determinación de la velocidad de la luz fue un misterio para los primeros astrónomos. Galileo, estudioso clave del espacio exterior, no consiguió demostrar a los escépticos del siglo XVI y XVII que la luz no era instantánea. Su ingenio le animaba a pensar que este fenómeno se trasladaba a lo largo del tiempo, pero fue incapaz de, utilizando las herramientas disponibles, demostrar que la luz 'viajaba'.
Los estudios en torno a esta posibilidad fueron ampliados por otros expertos, pero no fue hasta 1676 cuando Ole Christensen Romer determinó la velocidad de la luz. Gracias a este astrónomos danés –que también inventó el termómetro moderno que permite ver la temperatura entre el punto en el que el agua hierve y el que se congela–, la comunidad científica dio por válido que la luz viajaba a unos 220.000 kilómetros por segundo, una cifra bastante alejada de la realidad –299.792,9 km/h– pero revolucionaria para el momento.
Google le dedica un homenaje a Romer durante la jornada de este miércoles. El gigante de Silicon Valley le ha dedicado al danés un 'doodle' interactivo en el que el astrónomo aparece rodeado de su telescopio. Para determinar la velocidad de la luz, el danés utilizó un telescopio que le sirvió para darse cuenta de que el tiempo que pasaba entre los eclipses de Júpiter y sus distintos satélites era menor cuando la Tierra se desplazaba hacia el citado planeta… y viceversa.
Así, Romer estableció que la luz necesitaba 22 minutos para cruza la órbita terrestre. En la actualidad, con todos los análisis y herramientas de los que se dispone, se sabe que ese lapso de tiempo es erróneo y que en realidad la luz tarda solo 17 minutos en recorrer ese trayecto. Sin embargo, los 220.000 kilómetros por hora que calculó el astrónomo fueron dados por buenos en el siglo XVII, pues en ese momento no se disponía de mediciones entre planetas tan exactas como ahora.
La determinación de la velocidad de la luz fue un misterio para los primeros astrónomos. Galileo, estudioso clave del espacio exterior, no consiguió demostrar a los escépticos del siglo XVI y XVII que la luz no era instantánea. Su ingenio le animaba a pensar que este fenómeno se trasladaba a lo largo del tiempo, pero fue incapaz de, utilizando las herramientas disponibles, demostrar que la luz 'viajaba'.
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