Una abuela de 86 años es condenada a pagar 5.000 dólares por piratear un videojuego

Christine McMillan se quedó perpleja al revisar el correo postal el pasado mes de mayo. Entre las cartas recibidas se encontraba una de una agencia llamada CANIPRE, cuyas siglas en inglés se refieren a la Agencia de los Derechos de la Propiedad Intelectual de Canadá, y en la que se le invitaba a abonar los 5.000 euros de multa que se le habían impuesto por descargar una copia de 'Metro 2033'. Era la primera vez, asegura McMillan, que leía el nombre del videojuego.

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Jaume Esteve

Editado por Deep Silver, 'Metro 2033' es un juego de acción en primera persona que llegó a las tiendas en marzo de 2010. Todo lo que McMillan ha recibido en su buzón es una carta en la que se asegura que su dirección IP descargó una copia de ese juego. Y aunque McMillan tiene un nieto, asegura que nunca ha tenido acceso al ordenador.

La CANIPRE trabaja con los proveedores de internet para identificar y multar a aquellos clientes que descargan materiales protegidos por derechos de autor, como pueden ser películas o videojuegos. Pero según ha revelado la CBC canadiense, la medida se ha traducido en un reguero de cartas a un puñado de usuarios de los que sólo se sospecha que han podido cometer una infracción.

"Que alguien te pueda amenazar a través de la red es intimidatorio. No puedo imaginar que el gobierno apoye estas medidas", ha declarado la anciana a los medios. McMillan pensó, en un primer momento, que se trataba de una estafa hasta que su proveedor le confirmó que la misiva era veraz.

La situación no sólo ha indignado a McMillan, que la ha llevado a los medios, sino que ha servido para encender un debate sobre la necesidad de cambiar la legislación en Canadá. Las quejas apuntan al sistema empleado para multar a los usuarios. Que el proveedor identifique una IP no implica que el dueño de esa conexión sea el culpable, ya que cualquier persona con acceso a esa red, o que la hubiera logrado 'hackear', podría ser el responsable del delito.

Que alguien te pueda amenazar a través de la red es intimidatorio. No puedo imaginar que el gobierno apoye estas medidas

McMillan ya ha dejado claro que no piensa pagar y que va a ignorar las cartas que reciba con la esperanza de que CANIPRE entierre el asunto, ya que una batalla judicial sería costosa para ambas partes. 2017 es el año designado para reformar la ley canadiense que regula la propiedad intelectual.