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Datos, antenas y GPS, así se utilizan los móviles para dar caza a un delincuente
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el peor enemigo de un criminal

Datos, antenas y GPS, así se utilizan los móviles para dar caza a un delincuente

Un 'smartphone' es un arma ideal para seguir la pista de un sospechoso, ya sea por las señales que recibe para tener cobertura o por las que emite para localizar una red wifi

Foto: La madre de Diana Quer posa con una foto de su hija. (EFE)
La madre de Diana Quer posa con una foto de su hija. (EFE)

Es la pieza de tecnología que nos acompaña a todas partes y, probablemente, la que nos delate si nos saltamos la ley. El teléfono móvil es una herramienta ideal para colocar a una persona en el lugar de un crimen y es un dato que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado utilizan para incriminar a un sospechoso. "Te permiten localizar a una persona en un radio de entre 40 y 200 metros", ilustran fuentes policiales a Teknautas. El caso del pederasta de Ciudad Lineal, cuyo juicio se celebra estos días, o el de Diana Quer han vuelto a poner de manifiesto la importancia del móvil.

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La propia naturaleza de la red de telefonía permite que Policía o Guardia Civil puedan rastrear los pasos de un sospechoso. Para ello, han de tener indicios claros de que esa persona "supone un peligro contra la integridad física o sexual de una persona" para que un juez dé la orden a las operadoras para compartir esos datos. "Se suele hacer en casos de desapariciones, homicidios o cuando se necesita saber dónde estaba una persona en un momento determinado", explican las fuentes policiales consultadas.

La investigación del presunto pederasta de Ciudad Lineal demuestra que el móvil de Antonio Ortiz estaba en las zonas donde se capturó a las menores y que estuvo apagado durante las horas en las que se produjeron las agresiones. Esa maniobra, apagar el teléfono, es una de las pocas que garantizan que un teléfono se pueda rastrear. Pero ni siquiera el modo avión garantiza que las operadoras no puedan localizar a uno de sus clientes.

"Si el wifi está activado, el teléfono busca antenas a las que conectarse en todo momento para recibir datos y conectarse a la red. Lo hace de manera automática", recuerdan las fuentes consultadas. Esa información, junto a la que emite un móvil cuando está plenamente operativo, es la que ayuda a triangular la posición.

"Las antenas de telefonía, también conocidas como estaciones base, tienen un registro de los móviles que están conectados. Es necesario porque si te llamo a Madrid, la red necesita saber en qué red estás para trasladar la llamada a esa estación". La frase es de Héctor Solar, del Centro de Estudios e Investigaciones Tecnológicas de Gipuzkoa (CEIT), que recuerda que no se trata de una tecnología que tenga nada fuera de lo común: "Responde a las necesidades de las comunicaciones".

La localización de un móvil es más fácil en una ciudad que en el campo debido al número de antenas. El margen de error en entornos urbanos es de metros

El entorno es, en muchos casos, el responsable de que ese rastreo se produzca de manera más o menos precisa. En ciudad, donde las antenas se multiplican, existen más herramientas para triangular una posición mientras que en zonas rurales los márgenes de error son mayores. Las fuentes consultadas por Teknautas explican que, en el caso de estar dentro del alcance de dos antenas, es mucho más fácil acotar la zona en la que ese móvil se encuentra.

No se reparten de manera uniforme

La distribución de esas antenas no responde a una regla exacta sino que hay variaciones en función del terreno. Solar explica que, en zonas rurales, se tiende a "buscar zonas elevadas" pero no se pueden situar de manera equidistante porque "el terreno es irregular". También se procura que haya antenas situadas a lo largo de las autopistas para que siempre haya cobertura. "Es una distribución irregular pero que tiene cierta lógica", concluye.

En ciudad, son los edificios y la orografía los que determinan las zonas idóneas para instalar antenas. "Se buscan puntos altos o edificios. Si Telefónica tiene un edificio, lo coloca ahí y, si no, negocia con alguna comunidad de vecinos. La densidad es mayor porque existen más obstáculos como los muros de hormigón dentro de los pisos. Esas paredes atenúan la señal", explica.

Si el wifi está activado, el teléfono busca antenas a las que conectarse en todo momento para recibir datos y conectarse a la red

Que el número de antenas aumente de manera exponencial en la ciudad significa que el seguimiento de un móvil puede "tener un margen de error que se mide en metros", ilustra Solar. Según este ingeniero de comunicaciones, se puede conocer la rutina de una persona y hasta cuándo va a comprar si acostumbra a seguir los mismos hábitos de manera cotidiana.

Fuentes policiales también recuerdan que las redes sociales son otra herramienta para geolocalizar a una persona y aseguran que se pueden obtener datos con "una precisión de unos 10 metros". Aunque para que ese teléfono esté localizado en tiempo real, es necesaria una autorización judicial que autorice "la intervención de las comunicaciones, que no es lo mismo que solicitar unos datos de posicionamiento".

Es la pieza de tecnología que nos acompaña a todas partes y, probablemente, la que nos delate si nos saltamos la ley. El teléfono móvil es una herramienta ideal para colocar a una persona en el lugar de un crimen y es un dato que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado utilizan para incriminar a un sospechoso. "Te permiten localizar a una persona en un radio de entre 40 y 200 metros", ilustran fuentes policiales a Teknautas. El caso del pederasta de Ciudad Lineal, cuyo juicio se celebra estos días, o el de Diana Quer han vuelto a poner de manifiesto la importancia del móvil.

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