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Cinco trucos para convertirse en un maestro de Instagram
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Cinco trucos para convertirse en un maestro de Instagram

Hay vida más allá de las fotos de sushi y gatitos. Con una composición adecuada y un par de retoques es posible aumentar la calidad de nuestras imágenes

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Hay vida en Instagram más allá de las fotos de gatitos, sushi y puestas de sol. Las cámaras de los 'smartphones' son cada días mejores y ya tratan de tú a tú a algunas compactas, por lo que ya no tenemos excusas para aprender algo de fotografía. Tengamos un móvil de 900 euros o uno de 150, con estos pequeños trucos es posible mejorar la calidad de las imágenes y aumentar nuestra 'molonidad' en un 600%.

Foto: (Foto: iStock)

Busca inspiración

La mejor forma de aprender es imitando a los mejores. Lo ideal es seguir unas cuantas cuentas que sirvan de inspiración y nos motiven, a ser posible que tomen imágenes con el móvil. @procamapp es una buena opción para ver las posibilidades de esta aplicación, junto con @procamapp_tutorials para ver tutoriales. La cuenta de las 'apps' @afterlight y @enlightapp también son obligatorias.

En el terreno de las cuentas personales, @elkoshy es un fotógrafo egipcio que sólo utiliza la cámara de su iPhone para lograr impresionantes resultados, al igual que la mexicana @gretarico y la estadounidense @kellyalack. @photogrist y @meistershots, aunque no están centradas en fotografía móvil, también son una interesante fuente de inspiración. Existen cuentas interesantes a patadas.

Okdothis [iOS y Android] es una aplicación muy útil a la hora de encontrar ideas, aceptar retos y cultivar nuestra creatividad. Esta red social, que permite seguir cuentas como en Instagram, nos pone deberes fotográficos en forma de tareas concretas. "Toma un retrato de alguien disfrutando el paisaje", "puertas que desearías que pudieran hablar" y, por qué no, "fotografía tus pies", son algunos de los retos que nos ponen. Una vez aceptados podemos compartir el resultado y ver qué tal lo han hecho el resto de los usuarios. Una forma divertida de conseguir imágenes nuevas y diferentes.

Conoce tu cámara

Muchas cuentas de Instagram comparten fotos tomadas con cámaras réflex de mil euros, pero nosotros no vamos a traicionar el espíritu de la red social. Por ese motivo es importante conocer nuestra 'arma'. Tanto si tenemos un iPhone 7 Plus como si optamos por el 'low cost', lo más probable es que la cámara de nuestro bolsillo sea más que decente.

Es buena idea dominar los puntos fuertes y débiles de nuestra cámara: ¿desenfoca bien el fondo y por lo tanto es perfecta para retratos? ¿permite guardar en formato RAW para abrir más posibilidades a la edición? ¿La aplicación por defecto cuenta con un modo automático con el que jugar? Todo depende de nuestro dispositivo, aunque hay dos certezas absolutas: fotografía nocturna, 'zoom' y móviles no se llevan bien. En otras palabras: aprovecha la luz y acércate al objeto todo lo que puedas.

Cuida la composición

Estamos en Instagram y eso es sinónimo de fotografías cuadradas. La red social permite desde hace un año compartir imágenes rectangulares, aunque los más puristas defienden que el buen 'instagramer' debe mantener el tamaño original. Si decidimos ser puristas lo mejor es tomar una foto 1:1 desde el principio para evitar que al recortarla pierda el encanto: para ello podemos seleccionar la proporción deseada desde el menú de la cámara.

El siguiente paso es decidir si vamos a utilizar la aplicación por defecto o si utilizamos otra con más opciones. La cámara estándar del iPhone no cuenta con un modo manual ni demasiadas posibilidades de configuración; tampoco permite guardar las fotos en RAW. Por ese motivo recomendamos alternativas como ProCam.

Antes de disparar es importante parar un momento a decidir la composición, cómo se ordenan los objetos dentro de la imagen. La llamada "regla de los tercios", derivada de la proporción áurea, es una forma segura de llevar la atención del espectador hacia donde queremos. El truco es bien sencillo: tan sólo tenemos que activar la cuadrícula de la cámara y asegurarnos de que la parte más importante —una persona en medio del monte, los ojos en un retrato— quede en uno de los puntos de intersección.

Esta regla es muy importante —aunque podemos saltárnosla siempre que lo consideremos adecuado— porque es difícil de arreglar durante la edición.

Edita con cabeza

Se pueden conseguir fotos maravillosas sin apenas editarlas, y siempre será mejor el famoso #nofilter que sobrecargar la imágen de filtros prediseñados por Instagram. Lo mejor es no utilizar la red social y trabajar con una aplicación externa. Los ejemplos son muchos, tanto de pago como gratuitas. Lightroom, VSCO y Snapseed son las mejores opciones gratis, mientras que Enlight es la más interesante de las de pago, por los curiosos efectos y composiciones que permite.

A la hora de editar, lo fácil es colocar un filtro molón y a otra cosa, pero lo mejor es jugar un poco con los ajustes más básicos. Cuatro son los ajustes básicos: la iluminación, el contraste, el balance de blancos y la nitidez. Tocando estos parámestros con suavidad dejaremos la imagen lista para triunfar en internet.

Una vez 'dominados' estos parámetros podemos pasar a ediciones más atrevidas gracias a Enlight, que incluye tutoriales para fotógrafos novatos y 'amateurs'. El límite es nuestra imaginación.

¡Comparte!

El último paso, pero igual de importante si hablamos de Instagram. Si queremos que nuestras imágenes llegan al mayor público posible es fundamental etiquetarlas con hashtags... pero sin pasarnos. Las cuentas que emplean cuarenta etiquetas por foto suelen tener muchos seguidores, pero la mayoría son cuentas de 'spam'. Si no nos importa que no nos siga @EmbutidosManoli lo mejor es optar por las dos o tres más importantes. Por ejemplo: #madrid #retiro #sunset, así podremos llegar a otros aficionados al mismo tiempo que descubrimos nuevas cuentas de interés. A fin de cuentas, ese es el objetivo último de una red social.

Hay vida en Instagram más allá de las fotos de gatitos, sushi y puestas de sol. Las cámaras de los 'smartphones' son cada días mejores y ya tratan de tú a tú a algunas compactas, por lo que ya no tenemos excusas para aprender algo de fotografía. Tengamos un móvil de 900 euros o uno de 150, con estos pequeños trucos es posible mejorar la calidad de las imágenes y aumentar nuestra 'molonidad' en un 600%.

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