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La NASA detecta géiseres en Europa, la gran candidata para alojar vida
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ayudará a planear una futura misión

La NASA detecta géiseres en Europa, la gran candidata para alojar vida

La NASA ha detectado la presencia de géiseres de agua en Europa, uno de los satélites de Júpiter. La presencia de agua es esencial para que haya vida

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En la superficie de Europa, una de las lunas de Júpiter y una de las principales candidatas para alojar vida en nuestro sistema solar, existirían géiseres de agua que salen disparados hacia su atmósfera. Ese es el gran anuncio que la Agencia Espacial estadounidense ha hecho este lunes gracias a las observaciones del telescopio Hubble. Esta posibilidad fue propuesta por primera vez en diciembre de 2012, y su confirmación y estudio es importante para planear una futura misión al satélite, planeada en principio para 2022.

Aquellas columnas de agua, observadas también por el Hubble, alcanzaban los 200 kilómetros de altura. Las observaciones de la NASA suponían entonces la primera evidencia de que bajo la superficie de Europa existe un océano de agua líquida, un requisito considerado imprescindible para la existencia de vida tal y como la conocemos. Al confirmarse, aportan información valiosa para planear una futura misión al satélite, ya que supone que no será necesario taladrar la superficie para llegar a ese océano.

"El océano de Europa es uno de los sitios más prometedores para encontrar vida en el sistema solar", ha declarado Geoff Yoder, directivo de la NASA. "Estas fumarolas, si de hecho existen, pueden darnos otra forma de recoger muestras de debajo de la superficie".

Los chorros de agua suben desde la superficie, alcanzan una altura de 200 kilómetros para después caer de nuevo sobre la superficie. Se calcula que el océano subterráneo de Europa contiene el doble de agua que toda la Tierra, pero está protegido por una capa de hielo extremadamente frío y duro, de un grosor que todavía se desconoce. Que existan estos géiseres supone una oportunidad única para recoger muestras sin necesidad de que la misión taladre esa capa de hielo.

En búsqueda de la atmósfera de Europa

Las observaciones han sido realizadas por el equipo originalmente destinado a determinar qué tipo de atmósfera presenta el satélite. Gracias a la búsqueda de esa atmósfera, detectaron la presencia de vapor de agua recorriendo la superficie.

"La atmósfera de un planeta extrasolar bloque parte de la luz de la estrella que está tras él. si hay una fina atmósfera en torno a Europa, tiene el potencial de bloquear parte de la luz de Júpiter, y podríamos verla como una silueta. Así que estábamos buscando señales de absorción de luz en torno a Europa a medida que pasaba ante la silueta suave e iluminada de Júpiter", explica William Sparks, del Instituto de Ciencia de Telescopios Espaciales.

Así se confirman las observaciones de 2012, que detectaron erupciones de vapor de agua en la región del polo sur de Europa. Aunque ambos equipos utilizaron la misma instrumentación del Hubble, utilizaron distintos métodos para llegar a la misma conclusión: la masa de las fumarolas y la altura estimada a la que llegaría coinciden para ambos equipos.

Sin embargo, hasta la fecha los dos equipos no han podido observarlas a la vez. Las observaciones hasta ahora sugieren que los géiseres alcanzan alturas variables, lo que podría significar que aparecen de forma esporádica para luego desaparecer.

Si esto se confirme, explica la NASA, Europa sería la segunda luna del sistema solar en la que se conocen géiseres. En 2005, la sonda Cassini de la NASA detectó expulsiones de vapor de agua y de polvo en la superficie de Enceladus, una de las lunas de Saturno.

En la superficie de Europa, una de las lunas de Júpiter y una de las principales candidatas para alojar vida en nuestro sistema solar, existirían géiseres de agua que salen disparados hacia su atmósfera. Ese es el gran anuncio que la Agencia Espacial estadounidense ha hecho este lunes gracias a las observaciones del telescopio Hubble. Esta posibilidad fue propuesta por primera vez en diciembre de 2012, y su confirmación y estudio es importante para planear una futura misión al satélite, planeada en principio para 2022.

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