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La colonia de hormigas 'republicanas' que malvive en un búnker soviético
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sin luz, sin comida, sin calor, sin esperanza

La colonia de hormigas 'republicanas' que malvive en un búnker soviético

Un almacén abandonado en un bosque polaco se ha convertido en la inesperada prisión en la que habita esta peculiar comuna de insectos. Nadie sabe cómo se mantienen con vida

Foto: Las hormigas 'republicanas' polacas. (Wojciech Stephan)
Las hormigas 'republicanas' polacas. (Wojciech Stephan)

A finales de los años 60 los soviéticos construyeron un búnker en los bosques de Templewo (Polonia, cerca de la frontera de Alemania). La base, destinada a almacenar armas nucleares, estuvo operativa hasta 1992. El ser humano abandonó la construcción hace más de dos décadas, convertida ahora en el refugio diurno de una comunidad de murciélagos. Pero alguien más vive en su interior: una 'colonia' olvidada de hormigas sin reina quienes, incapaces de salir, se dedican a vagar por el frío agujero repitiendo los papeles que antaño ejercían en libertad.

Este es el búnker polaco. Sus entradas fueron bloqueadas hace años, pero se dejaron varias aperturas para la comunidad de murciélagos de su interior. A día de hoy sólo es posible entrar por agujeros 'ilegales' llevados a cabo por los investigadores que, desde 2012 censan las poblaciones de estos mamíferos. En 2013, durante una de esas de inspecciones, los voluntarios descubrieron que los quirópteros no estaban solos:

El bosque de Templewo que rodea el búnker está repleto de hormigas rojas europeas de la madera ('Formica polyctena'). Como cabría esperar, estos animales se organizan en colonias donde cada individuo pertenece a una casta: obreras y soldados conviven al mando de una reina. Explorar, cuidar y alimentar a las larvas, limpiar el hormiguero... cada una tiene su papel.

Pero lo que encontraron los investigadores poco tiene que ver con una colonia típica, sino que se parece más a una comuna en la que lo único que reina es la anarquía. En un espacio de unas 0,2 hectáreas, casi un millón de obreras sobreviven en un ambiente extremo. En este agujero oscuro las temperaturas apenas superan los 6ºC en invierno, aunque en verano pueden superar los 11ºC en las partes más altas. La ausencia de alimento es tal que los animales se mantienen para siempre al borde de la inanición.

El hallazgo ha sido publicado en la revista de entomología 'Journal of Hymenoptera'. Los investigadores sólo hablan de 'colonia' a efectos prácticos, pues niegan que pueda considerarse como tal a un grupo desordenado sin reina ni machos. Así es, el conjunto está compuesto en exclusiva por hembras no reproductoras de la clase obrera. Pero, ¿de dónde salen? ¿y por qué no escapan de su prisión?

En el techo se alza el responsable de esta colonia olvidada: un conducto de ventilación que se ha convertido en una trampa para estos insectos. Durante casi tres décadas, las hormigas de una colonia cercana al búnker han ido cayendo por este agujero. Aunque la imagen muestra que algunas pueden trepar por las paredes cuando el verano las vuelve más activas, son incapaces de volver a salir por la tubería.

En ausencia de estructura social no hay mucho que hacer. Las hormigas son unas obsesas de la limpieza: mantener limpia la colonia es fundamental para evitar la aparición de hongos y enfermedades, y en este lugar hay mucha 'basura' en forma de cadáveres. Esta especie puede vivir unos tres años, pero los investigadores consideran que en estas condiciones tan extremas la supervivencia debe ser mucho menor.

Por ese motivo, buena parte de la 'colonia' la compone un enorme cementerio en el que las supervivientes colocan a los muertos y cuyo tamaño los investigadores cifran en más de 2 millones de cadáveres. La vida en este búnker es difícil (y corta) para las hormigas, pero gracias al aporte constante de despistados compañeros que caen a la oscuridad, sus números se han mantenido constantes a pesar de la ausencia de nuevas larvas.

Las hormigas perdidas no dejan de trabajar: en una semana fueron capaces de reparar los inevitables daños que los investigadores provocaron durante su breve paseo por el área. Sin embargo no pueden reproducirse, como demuestra la ausencia de machos, ya que las hembras sin reina producen siempre machos.

Esta especie de insecto es famosa por establecer sus colonias, cuyo mantenimiento es muy costoso, en lugares extremos y poco apropiados como islas remotas sin recursos. Pero este caso, según los investigadores, es "único". No sólo porque más que un hormiguero es "una trampa" o porque las trabajadoras continúan sus tareas —retirar cadáveres, mantener las entradas al montículo abiertas— en una oscuridad casi total. Tampoco por la altísima mortalidad ni la ausencia de reinas. Lo que más intriga a los entomólogos es de qué se alimentan estos animales.

Porque las hormigas pueden sobrevivir en ambientes fríos manteniendo caliente y optimizando el interior del nido, pero para ello necesitan mucha comida. Y existe un motivo porque el que no se conocen casos de hormigas cavernícolas: estos ambientes carecen de los recursos suficientes para mantener una colonia. Los investigadores piensan que tal vez se alimenten de los ácaros que a su vez se nutren del cementerio, pero estos son demasiado pequeños para los insectos. También es posible que aprovechen el guano de murciélago, pero no parece haber suficiente.

Hay algo que los investigadores sí tienen claro: aunque el búnker polaco no albergue una auténtica colonia, se trata de un curioso ejemplo de cómo un conjunto de hormigas se las ha apañado para sobrevivir. Aunque sea malviviendo y sin reina.

A finales de los años 60 los soviéticos construyeron un búnker en los bosques de Templewo (Polonia, cerca de la frontera de Alemania). La base, destinada a almacenar armas nucleares, estuvo operativa hasta 1992. El ser humano abandonó la construcción hace más de dos décadas, convertida ahora en el refugio diurno de una comunidad de murciélagos. Pero alguien más vive en su interior: una 'colonia' olvidada de hormigas sin reina quienes, incapaces de salir, se dedican a vagar por el frío agujero repitiendo los papeles que antaño ejercían en libertad.

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