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Cómo reciclar tus viejos aparatos electrónicos para darles una segunda vida
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Cómo reciclar tus viejos aparatos electrónicos para darles una segunda vida

Todos esos móviles, tabletas, videoconsolas y ordenadores que ya no utilizas pueden serte útiles si les das un nuevo uso: así puedes reciclar tus viejos dispositivos

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Están, en el mejor de los casos, dentro de un cajón cogiendo polvo. Tiempo atrás cumplieron su función, pero las modas y la llegada de mejores características hicieron que tus aparatos electrónicos de confianza terminaran quedando desfasados. Los relegaste al olvido por culpa de la obsolescencia programa, pero lo cierto es que tu primer teléfono inteligente, tu antiguo ordenador o aquella tableta que ya no utilizas pueden tener una segunda vida y serte más que útiles.

La clave está en darles un nuevo uso. Algo sencillo, para que sea asequible en un viejo sistema operativo, y que no requiera mucha memoria. Además, lo ideal suele ser que el dispositivo se destine a una única función en su segunda juventud. Renunciar al ‘multitasking’ puede merecer la pena. Todo sea porque tener un dispositivo que haga las veces de...

Marco digital

Es difícil encontrar uno por menos de 30 euros, aunque una tableta antigua puede cumplir perfectamente la misma función: mostrar una sucesión de fotos para decorar con recuerdos cualquier mueble de tu casa. Para ello, y teniendo en cuenta que lo ideal sería ocupar la memoria del dispositivo solo con las imágenes y la ‘app’, deberás restablecer los valores de fábrica, inhabilitar las aplicaciones que aún sigan funcionando en segundo plano e instalar aquella que se encargará de mostrar tus mejores fotos, como Dayframe o Digital Photo Frame Slideshow.

Mando a distancia

Es uno de los posibles usos de un teléfono inteligente antiguo. Ni WhatsApp, ni Facebook… Olvida todas esas aplicaciones que cada vez ocupaban más espacio en la mermada memoria del ‘smartphone’ e instala únicamente una ‘app’ como IR Universal Remote o Peel Smart Remote. El dispositivo se convertirá en un mando a distancia y cuando le falten pilas (o un botón) al que tenías, será el sustituto perfecto. Eso sí, debe tener receptor de infrarrojos.

Un sistema de seguridad

Cualquier tableta o teléfono inteligente olvidado puede ser útil para vigilar cada rincón de tu casa. Al fin y al cabo, sus cámaras, esas mismas que ya no ofrecen la calidad suficiente para tus fotos de Instagram, pueden seguir siendo tus ojos. Instala una ‘app’ como como Cámara de seguridad wifi de Alfred Labs (o su equivalente para iOS) en uno o varios aparatos y elige cuáles grabarán y desde cuál te limitarás a observar. Ya puedes velar por tu morada o utilizarlo para vigilar a tu bebé sin gastarte el dinero en una cara cámara especializada.

Una videoconsola retro

La tecnología que tienes arrinconada no te servirá para resucitar tu antigua consola, pero sí te acercará a ella. Con emuladores como Project64 o Jnes podrás recordar las largas sesiones ante una Nintendo 64 o una Super Nintendo, respectivamente. Todo gracias a ese ordenador lleno de polvo al que ejecutar uno de estos emuladores no le supondrá un esfuerzo excesivo.

Un Chromebook

Los Chromebooks, esos ordenadores que han demostrado que los equipos de menos de 300 euros existen y que han superado a los Mac en ventas en Estados Unidos, son otra de las posibles salidas para tu viejo PC. De hecho, podrás convertirlo en un Chromebook gracias a Chromium OS, la versión libre del sistema operativo de Google para ordenadores. Una opción para hacerlo es, por ejemplo, CloudReady. Si el ‘hardware’ de tu equipo aún funciona, tendrás de pronto un Chromebook útil y que funciona a las mil maravillas.

Un router para ampliar la señal de tu wifi

La conexión a internet no siempre funciona como debiera en casa y, paradójicamente, un dispositivo viejo, hasta ahora desahuciado, puede ser la solución. Bien instalando una aplicación para hacer que tu antiguo móvil amplíe la señal que recibe del router, bien convirtiendo algún ordenador que ya no utilices en un punto de acceso inalámbrico, lo cierto es que gracias a lo que pensabas que eran trastos inútiles, el wifi puede fluir por muchos tabiques y recovecos que encuentre en su camino.

Un reproductor de DVD

Tu vieja Playstation 2 (o cualquier videoconsola que ya haya caído en manos del polvo y que contenga reproductor de DVD, como algún modelo antiguo de la Xbox 360) pueden ser aún un interesante centro de ocio sin depender de comprar (o descargar) títulos de la industria del videojuego. Aunque no sea su característica más recordada, estas consolas contaban con reproductor de DVD, así que aún pueden servir para disfrutar de alguna buena película.

Un disco duro externo

Puede que tu viejo ordenador esté para hacer un viaje al contenedor más próximo pero, con suerte, su disco duro aún sirve para algo. Comprando una asequible carcasa y con un poco de bricolaje tecnológico, podrás rescatarlo y convertirlo en disco duro externo que, a buen seguro, te vendrá bien para contar con algo de memoria extra en el equipo que utilizas habitualmente.

Una ‘fitband’

Las duras sesiones de gimnasio o las horas de ‘running’ pueden encontrar en tu móvil antiguo su mejor aliado: no solo porque puedas utilizarlo como reproductor de mp3 a falta de iPod o en lugar de tu ‘smartphone’ habitual, sino porque puede hacer las veces de ‘fitband’ para analizar tu rendimiento y comprobar tus mejoras. Basta con instalar una aplicación al estilo de Fitbit para utilizar un viejo móvil como entrenador personal.

Un ‘e-reader’

Aunque las ventas de los libros electrónicos están en caída libre, su precio no baja y aún es difícil encontrar uno por menos de 45 euros. Sin embargo, aquel móvil o tableta antiguos son el sustituto perfecto. Borra todas las aplicaciones y conviértelo en un ‘e-reader’ con ‘apps’ como Kindle de Amazon. Puede que las pulgadas de tu antiguo móvil no sean suficientes, así que quizás lo mejor sea tener una tableta que rescatar del olvido a golpe de literatura.

Están, en el mejor de los casos, dentro de un cajón cogiendo polvo. Tiempo atrás cumplieron su función, pero las modas y la llegada de mejores características hicieron que tus aparatos electrónicos de confianza terminaran quedando desfasados. Los relegaste al olvido por culpa de la obsolescencia programa, pero lo cierto es que tu primer teléfono inteligente, tu antiguo ordenador o aquella tableta que ya no utilizas pueden tener una segunda vida y serte más que útiles.

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