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La NASA premia a una astrofísica gallega por su trabajo en el mayor telescopio espacial
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begoña vila (VIGO, 1963)

La NASA premia a una astrofísica gallega por su trabajo en el mayor telescopio espacial

La ingeniera viguesa ha conseguido una medalla por sus “logros excepcionales” en el desarrollo del telescopio espacial James Webb, el sucesor del Hubble

Foto: Begoña Vila. (Foto: NASA)
Begoña Vila. (Foto: NASA)

Entre las medallas que concede la NASA a su personal más destacado están las 'Exceptional Public Achievement Medals', destinadas a miembros no funcionarios que han contribuido de forma significativa a una misión de la agencia espacial estadounidense. La española Begoña Vila la recibirá el próximo 14 de septiembre “por años de logros excepcionales y liderazgo en el diseño, desarrollo y pruebas del instrumento Fine Guidance Sensor (FGS) que llevará el telescopio James Webb Space Telescope (JWST), el buque insignia de la observación espacial de la próxima década.

Foto: Imagen de la conocida como Gran Tormenta Roja en la atmósfera de Júpiter. (Imagen: NASA)

Pregunta: ¿Qué es el instrumento FGS?

Respuesta: Es un sensor con dos partes. Una es el 'guider', crítico para este observatorio espacial, ya que lo guiará con gran precisión y lo mantendrá muy estable. Es como sujetar bien la cámara para que no te salgan las fotos movidas. Permite dar la posición de una estrella 16 veces por segundo en la veinteava parte de un pixel. La otra parte es un instrumento científico: el Near Infrared Imager and 'Slitless Spectrogragh' (NIRISS), con el que se pueden tomar imágenes espectrográficas del cielo con mucha sensibilidad. Con él se analizarán exoplanetas y su composición, así como las primeras galaxias y estrellas que se formaron después del Big Bang.

EEUU estuvo a punto de cancelar el proyecto en 2011, pero desde entonces el JWST se ha ajustado al presupuesto, unos $9.000 millones

P.: ¿Cómo te incorporaste a la NASA?

R.: Primero trabajé en el diseño y la construcción del FGS en una empresa canadiense bajo dirección de la Agencia Espacial Canadiense. Cuando lo entregamos en 2012 a la NASA e hicimos la primera prueba fría para ellos, decidieron contratarme –a través de una compañía externa– como ingeniera de sistemas de este instrumento. Desde 2013 soy 'FGS lead systems engineer', la persona de referencia a la hora de decidir las pruebas del sensor, sus operaciones en órbita, limitaciones, componentes del 'software', etc. Además he asumido la función de coordinadora de todos los instrumentos científicos juntos (integrados en el módulo ISIM, 'Integrated Science Instrument Module') para realizar las pruebas frías.

P.: La medalla destaca tu trabajo en estas pruebas frías. ¿En qué consisten?

R.: La última la ejecutamos entre octubre de 2015 y febrero de este año. Fueron cuatro meses en los que, de forma ininterrumpida, pusimos todos los instrumentos del JWST en la cámara fría del centro Goddard donde trabajo, cerca de Washington (EE UU). Aquí se duplican las condiciones a las que se verá sometida la nave en el espacio, donde reina el vacío y temperaturas de 40 kelvin (–230 ºC), y tomamos mediciones para comprobar que los instrumentos se comportan de forma correcta y registran bien los datos. Utilizamos un simulador óptico para enviar la luz a cada instrumento de forma parecida a lo que ocurrirá luego en el espacio.

P.: ¿En qué fase de desarrollo se encuentra ahora el telescopio James Webb?

R.: El módulo ISIM de instrumentos científicos ya está unido a los espejos, es decir, al elemento óptico del telescopio (OTE, Optical Telescope Element). También se están integrando otros componentes, como radiadores, cajas de electrónica y mantas térmicas. Estamos preparando nuevas pruebas a temperatura ambiente, que incluyen pruebas electrónicas, acústicas y de vibración, para verificar que el conjunto sobrevive al lanzamiento. Esta fase la acabaremos en febrero de 2017, cuando el JWST viajará a la cámara grande de Houston para hacer la prueba fría final durante tres meses.

Foto: Tablilla babilónica con escritura cuneiforme. No es una galleta. (Ossendrijver)

P.: ¿Hay que repetir las pruebas frías?

R.: Tenemos que comprobar que los instrumentos siguen funcionando bien desde la última prueba fría y tras haber incorporado los otros elementos. Como el JWST opera en el infrarrojo y sus detectores son muy sensibles, se saturan a temperatura ambiente y solo funcionan bien a los –230 ºC para los que están diseñados. También confirmaremos que los espejos se alinean como lo harán en órbita. El espejo del telescopio tiene 6,5 metros de diámetro y una pieza así no cabe en el cohete, así que se ha dividido en 18 segmentos que habrá que desplegar y alinear en el espacio para que se comporten como un espejo completo.

P.: ¿Si falla algo en el espacio se podrá ir a repararlo como el Hubble?

R.: En este caso, no. El telescopio JWST irá al llamado punto de Lagrange 2 (L2) donde la gravedad entre el Sol, la Tierra y el JWST es estable y se puede usar poco combustible para hacer pequeñas correcciones en la órbita. Pero ese punto está a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, o sea, que no podemos enviar misiones de servicio de la misma forma que hicimos para el telescopio espacial Hubble. Por eso hacemos tantas pruebas, para asegurarnos de que funcionará a la primera.

P.: ¿Qué queda por hacer antes del lanzamiento?

R.: Cuando finalicen las pruebas en Houston en el verano de 2017, el JWST irá a las instalaciones de Northrop Grumman en Los Ángeles para la integración de la pantalla protectora solar, que, desplegada, es tan grande como una pista de tenis. Allí volveremos a hacer tests a temperatura ambiente (no hay una cámara lo bastante grande para hacerlas en frío cuando esté todo junto). Finalmente el telescopio irá en barco por el Canal de Panamá hasta la Guayana Francesa, desde donde se lanzará en un cohete Ariane de la Agencia Espacial Europea en octubre de 2018.

P.: ¿Ahí acaba tu papel en este proyecto?

R.: Seguiré seis meses más durante la fase de comisión, donde se comprueba que todos los componentes del telescopio se despliegan y funcionan correctamente. Luego ya empezarán las observaciones científicas que irán solicitando investigadores de todo el mundo. La misión tiene que durar al menos 5 años, pero se espera que su periodo de operación sea el doble. El combustible se agotará en unos 10 años y ya no se podrá mantener su órbita tan estable.

El telescopio James Webb verá las primeras luces del universo: las de las primeras estrellas y galaxias que se formaron tras el Big Bang

P.: ¿Cuáles son los principales objetivos del JWST?

R.: El telescopio James Webb verá las primeras luces del universo: la de las primeras estrellas y galaxias que se formaron tras el Big Bang hace 13.500 millones de años. Con la ayuda de su ‘poder’ infrarrojo, también analizará cómo evolucionaron esas galaxias hasta convertirse en las espirales y elípticas actuales, cómo se forman las estrellas y los planetas, la composición atmosférica de lejanos exoplanetas –quizá alguno con metano y agua como la Tierra–, e incluso nuevos descubrimientos sobre los de nuestro sistema solar. Además, pueden surgir hallazgos inesperados que nos sorprendan a todos.

P.: Parece que por fin se hace realidad este proyecto, que estuvo a punto de cancelarse…

R.: Sí. Este observatorio espacial empezó como concepto en 1996 y la denominación de NGST (New Generation Space Telescope), pero luego en 2002 se cambió el nombre a JWST en honor a James Webb, administrador de la NASA cuando se llegó a la Luna. Los presupuestos iniciales no fueron muy realistas, ni tampoco la estimación de la complejidad para su diseño, pruebas, etc.; de modo que la fecha de su lanzamiento se fue retrasando y el coste disparando, hasta tal punto que, efectivamente, el Congreso de EE UU estuvo a punto de cancelarlo en 2011. Afortunadamente al final se permitió que continuara, ya que el 75% estaba acabado, pero se impusieron controles más estrictos y ciertos límites marcados por el Congreso. Desde entonces el JWST ha continuado bien, ajustándose al presupuesto, unos 9.000 millones de dólares hasta ahora.

P.: ¿Qué harás cuando termine este proyecto? ¿Te gustaría volver a España?

R.: En 2019 estudiaré las opciones. Una de ellas es continuar con JWST pero ya como científica, no como ingeniera de sistemas. Mi carrera inicial es astrofísica (formada en la Universidad de Santiago de Compostela, el Instituto de Astrofísica de Canarias y universidades británicas). Otro proyecto interesante es el Wide-Field Infrared Survey Telescope (WFIRST), que está empezando ahora en la NASA. Respecto a volver a España, lo veo complicado con las condiciones y el nivel de trabajo que tengo en estos momentos, aunque me gustaría mucho colaborar con compañeros e instituciones de nuestro país. Cada año viajo a Galicia –como este mes de agosto– para ver a mi familia. Es lo que más echo de menos en EE UU, además de esas tertulias en español, tanto científicas como sociales, que no tienen su equivalente en inglés.

Entre las medallas que concede la NASA a su personal más destacado están las 'Exceptional Public Achievement Medals', destinadas a miembros no funcionarios que han contribuido de forma significativa a una misión de la agencia espacial estadounidense. La española Begoña Vila la recibirá el próximo 14 de septiembre “por años de logros excepcionales y liderazgo en el diseño, desarrollo y pruebas del instrumento Fine Guidance Sensor (FGS) que llevará el telescopio James Webb Space Telescope (JWST), el buque insignia de la observación espacial de la próxima década.

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