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Máquinas del tiempo: genios españoles de la ciencia ficción que regresaron al futuro
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Antes de 'el ministerio del tiempo'

Máquinas del tiempo: genios españoles de la ciencia ficción que regresaron al futuro

Desde el siglo XIX, los escritores españoles han elaborado historias de ciencia ficción en las que en un artilugio trasladaba a sus protagonistas a un tiempo diferente

Foto: 'El Ministerio del Tiempo. (RTVE)
'El Ministerio del Tiempo. (RTVE)

Mucho antes de que Robert Zemeckis redactara el guión de la saga protagonizada por Marty McFly que popularizó a nivel global los viajes en el tiempo —con permiso de H.G. Wells—, escritores de todas las nacionalidades habían elaborado sus propias historias con traslados a otras épocas, pasadas o por venir. En España, desde el siglo XIX, varios autores, olvidados y en muchos casos desconocidos, se dedicaron a crear este tipo de fantasías con tramas que no difieren mucho de las que pueblan los libros y las series en la actualidad.

Foto: Regreso al futuro

Aunque la lista no es especialmente prolífica, las creaciones de estos pioneros de los viajes en el tiempo (y de la propia ciencia ficción) merecen un puesto en los anales de la literatura patria por su contenido novedoso para la época y para el panorama nacional. La primera máquina del tiempo de la literatura —que, para sorpresa de muchos, fue ‘made in Spain’—, la continuación patria del viaje en el tiempo de Wells o la historia de un periplo temporal para encontrar al verdadero autor de las obras de Shakespeare son algunas de las piezas de estos escritores cuyos nombres, en algunos casos, solo conocen los eruditos del género.

Enrique Gaspar abrió la veda de los traslados temporales gracias a una máquina como la que más tarde imaginó H.G. Wells o con algún artefacto similar. Cónsul de carrera y escritor de obras de teatro, zarzuelas y novelas, en 1887 publicó 'El Anacronópete' y marcó un hito en la historia de la ciencia ficción.

No hay otra máquina anterior a esa. Además, él imagina, aunque de una manera un tanto absurda, como puede funcionar y se plantea los efectos que podría tener sobre los seres humanos que la usen”, explica Germán Hesles, profesor y autor de la tesis "El viaje del tiempo en la literatura de ciencia ficción española".

El experto puntualiza que, sin saber cómo zanjar su historia, el autor empleó un recurso ampliamente popularizado en el cine y la literatura: al final de sus pioneras páginas se descubre que todo era un sueño.

"Para mi lo más importante en el entorno de la ciencia ficción es que un señor, un españolito en este caso, se imaginara una máquina como tal y le diera, aunque sean absurdas, unas explicaciones de cómo funcionaba y que además se adentrara en el pasado y fuera a pasajes históricos muy reconocibles", afirma el investigador.

Ocho años después llegaba al mercado ‘La máquina del Tiempo’ de H.G Wells, que relataba cómo los avances tecnológicos mal empleados conducían a la humanidad a la destrucción. "Sin embargo este escritor apenas se ocupa del artilugio; emplea el viaje para hacer una reivindicación social y política", apunta Hesles. En 1909, y basada en esta conocida historia, "Elois y Morlocks. Novela de lo por venir" comenzó a venderse en las librerías españolas. Escrita por Carlos Mendizábal bajo el pseudónimo de Lázaro Clendabíms, se trataba de una continuación ajena del libro de Wells.

Militar, ingeniero y... viajero en el tiempo

"Descubrí esta novela por casualidad en una librería de ‘viejo’, en dos tomos. Cuando la encontré ni siquiera estaba todavía en la Biblioteca Nacional", comenta Hesles. Mendizábal, militar, ingeniero y escritor aragonés, desarrolla todo lo que Wells ignora en su trayecto hasta el año 802.701 y va parando en diferentes momentos para ver cómo avanza la sociedad hasta llegar al estado de desastre en la que la encuentra el viajero del escritor británico.

"Plantea el viaje como si el protagonista de ‘La máquina del tiempo’ tuviera un hermano sacerdote. Es un giro bastante inteligente, porque en la novela hay un personaje del que no se dice nada, así que él lo transforma en el pariente católico". En la historia de Mendizábal el futuro es también apocalíptico, pero el escritor introduce una religiosidad capaz de regenerar en pocos años lo que tardó miles en deteriorarse hasta ese extremo.

La ciencia ficción se popularizó en España en los cincuenta gracias a los 'bolsilibros', también conocidos como 'novelas de a duro'

A pesar de que, en los años siguientes, otros autores españoles imaginaron futuros y pasados y jugaron con la idea de la hibernación o la reencarnación que permitía el recuerdo de otras vidas, habrá que esperar a que llegue José Mallorquí para encontrar el siguiente viaje al pasado con artefacto de por medio. Corrían los años 50 y la ciencia ficción en España comenzaba a hacerse más popular gracias, en gran parte, a los ‘bolsilibros’, también conocidos como ‘novelas de a duro’.

En la colección ‘Futuro’, Mallorquí publica una serie de novelas en las que el Capitán Pablo Rido, heredero de una gran fortuna y de una máquina del tiempo que alquila a ricos viajeros, es el protagonista. Entre las aventuras más originales se encuentra ‘Misterio mayor’. Habilidoso escritor y gran constructor de personajes, en esta historia Mallorquí imagina un singular viaje. La narración comienza en 2954, cuando el presidente de la Asociación Shakesperiana y catedrático de la Universidad de Collum, Rufus Tooth, contrata a la agencia de viajes Tiempo Espacio Tiempo (TET), dirigida por Rido, para que le faciliten un traslado a 1595 y poder descubrir si Shakespeare fue el que escribió sus famosas piezas teatrales o fue Francis Bacon el que las firmó con dicho seudónimo.

En el viaje surge un problema y Sánchez Planz, el ayudante de Rido, queda atrapado durante cinco años en el siglo XVI. Para sobrevivir, y habiendo conocido al verdadero William Shakespeare —representado como un borrachín sin oficio ni beneficio— decide escribir él mismo las obras del famoso autor inglés, que se sabía de memoria.

“Mallorquí es un genio y, como pasa casi siempre pasa en este país, no se le da la importancia que merece. En su libro trata el tema de las agencias de viajes en el tiempo, que tanto se explota ahora en series y películas”, señala Hesles.

El primer desdoblamiento, en los sesenta

En 1961, un par de años después, llega otro de los grandes títulos de la lista de la mano de Pedro Domingo Mutiñó, bajo el seudónimo de Domingo Santos. “Domingo Santos es una de las personas a las que más debe la ciencia ficción en España, más que por su labor como escritor porque se puede decir que ha sido el que ha traducido las mejores obras y un sinfín de títulos”, resalta el experto.

Con ‘Volveré ayer’ llega el viaje temporal con la idea de cambiar el pasado. Un periodista que ha entrevistado al creador de un artefacto para viajar entre épocas decide utilizarlo con el objetivo de evitar la muerte de su novia, que fallece en la explosión de un avión el mismo día de su charla con el inventor.

Sin embargo, tras modificar los acontecimientos y regresar al tiempo que le pertenece, el periodista descubre en el periódico que el accidente se ha producido de todos modos. Al hablar con el inventor sobre lo sucedido, este replica: “¡Oh, Dios! ¿Pero todavía no comprende que con su intento de cambiar los acontecimientos lo único que ha hecho es crear un nuevo mundo?”

Pedro Domingo Mutiñó crea así el primer desdoblamiento del universo conocido en una novela española. “Además el título me parece magistral. Luego vino ‘Regreso al Futuro’ y todo eso, pero este me parece un nombre mucho mejor”, defiende Hesles.

La obra profundiza en un tema muy interesante: ¿debo intentar cambiar el pasado para mejorar mi presente por un interés puramente personal?

"La obra está narrando cosas muy actuales que estamos viendo hasta en el ‘Ministerio del Tiempo’, o que ya vimos en ‘La chica de ayer’, y profundiza en un tema muy interesante: ¿debo intentar cambiar el pasado para mejorar mi presente por un interés puramente personal?".

Más adelante, otros como Benítez con ‘Caballo de Troya’ recogieron esta herencia de viajes en el tiempo y lograron que la ciencia ficción se convirtiera en uno de los géneros más vendidos. Ya en la última década del siglo XX y en lo que llevamos del XXI, la lista ha comenzado a ser más larga y cada vez más autores se animan a tratar los viajes en el tiempo y, en general, la ciencia ficción. Sin embargo, estos pioneros, poco reconocidos, hablaron y soñaron con un tema que ahora, gracias a producciones como 'Regreso al futuro', ya no parecen tan surrealistas. "Muchos de ellos habrían sido mucho más famosos y reconocidos en cualquier otro país", sentencia Hesles.

Mucho antes de que Robert Zemeckis redactara el guión de la saga protagonizada por Marty McFly que popularizó a nivel global los viajes en el tiempo —con permiso de H.G. Wells—, escritores de todas las nacionalidades habían elaborado sus propias historias con traslados a otras épocas, pasadas o por venir. En España, desde el siglo XIX, varios autores, olvidados y en muchos casos desconocidos, se dedicaron a crear este tipo de fantasías con tramas que no difieren mucho de las que pueblan los libros y las series en la actualidad.

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