Tras los misterios de Júpiter: la sonda Juno envía su primera imagen en órbita
La sonda de la NASA, ya alrededor del planeta, ha enviado una primera fotografía en la que se distingue también a tres de sus grandes satélites: Io, Calisto y Ganímedes
Hace nueve días que se insertó en la órbita joviana, pero Juno todavía no había enviado pruebas gráficas de ello. Hasta hoy. La NASA ha hecho pública en las últimas horas la primera imagen de la sonda una vez situada en la trayectoria que le permitirá estudiar el planeta durante los próximos años. La imagen, sobre estas líneas, muestra el planeta y tres de sus satélites más conocidos (Io, Europa y Ganímedes) parcialmente bañados por la luz del sol.
Desde que se insertará en una órbita elíptica el pasado 4 de julio, Juno se ha alejado paulatinamente del planeta hasta que inicie el camino de retorno que la acercará hasta unos 4.000 kilómetros de distancia de Júpiter. Por ello, esta primera imagen, tomada a más de cuatro millones de kilómetros de distancia, todavía aparece muy lejana en comparación con las imágenes que la NASA recogerá a partir de agosto.
Será en ese momento cuando la nave se adentrará en territorio desconocido, ya que será capaz de atravesar algunas de las capas más altas de la atmósfera del planeta para tratar de desentrañar algunos misterios sobre su composición y sobre el impacto que ha tenido Júpiter en la formación del sistema solar. El próximo 27 de agosto es la fecha fijada para recibir las primeras imágenes en alta resolución de ese sobrevuelo por la atmósfera joviana.
18 meses dando vueltas
Que Juno haya enviado esta primera imagen ha supuesto un cierto alivio para los investigadores de la misión y para la NASA, que han comprobado que los sistemas de la nave han sobrevivido a la radiación que emite el planeta y a las hostiles condiciones a las que se enfrenta la sonda.
A partir de ahora, el trabajo que Juno tiene por delante se concentrará durante los próximos 18 meses, periodo en el cual se aproximará y alejará de manera periódica en una órbita desigual que le permitirá dar una revolución cada catorce días. Durante todo ese tiempo, Juno tratará de dar respuesta a algunas preguntas que pueden cambiar las teorías existentes hasta la fecha tanto de la composición del planeta como de los orígenes de nuestro vecindario. Estas son cuatro de las más interesantes.
¿Cuál es la composición de Júpiter? Que Júpiter sea un planeta gaseoso no garantiza que, en su núcleo, se encuentren materiales sólidos como el hierro o el níquel o que sean gases comprimidos. La respuesta permitirá determinar si el planeta se formó en la etapa posterior de la creación del sistema solar.
¿Cuánta agua hay en el planeta? Conocer la cantidad permitirá a los científicos tener más datos para teorizar sobre el origen del sistema solar.
¿Cómo es su campo magnético? Júpiter tiene unas auroras boreales más grandes que nuestro planeta. Se cree que el campo magnético está formado por un océano de hidrógeno líquido que se mueve a gran velocidad y que crea un campo magnético, la magnetosfera, veinte veces más fuerte que el que nos protege en la Tierra. Uno de los cometidos de la sonda es aportar los datos necesarios para conocerlo mejor.
¿Por qué se forman gigantescas tormentas? La Gran Mancha Roja es uno de los lugares icónicos de nuestro sistema solar. Esta tormenta, que lleva en marcha desde hace más de un siglo y que podría desaparecer en 2040, es uno de los grandes misterios del planeta. Un misterio que Juno podría ayudar a desentrañar.
Hace nueve días que se insertó en la órbita joviana, pero Juno todavía no había enviado pruebas gráficas de ello. Hasta hoy. La NASA ha hecho pública en las últimas horas la primera imagen de la sonda una vez situada en la trayectoria que le permitirá estudiar el planeta durante los próximos años. La imagen, sobre estas líneas, muestra el planeta y tres de sus satélites más conocidos (Io, Europa y Ganímedes) parcialmente bañados por la luz del sol.