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Probamos el OnePlus 3: el mejor Android que puedes comprar por 400 €
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Se acabó el sistema de invitaciones

Probamos el OnePlus 3: el mejor Android que puedes comprar por 400 €

Destaca por su 'hardware' y la calidad de su estabilizador óptico, pero está lastrado por un sistema operativo muy mejorable

Foto: (Foto: Zigor Aldama)
(Foto: Zigor Aldama)

OnePlus tuvo la suerte del principiante. Su ‘smartphone’ inaugural, el One, fue la sorpresa de 2014. Elegante, arropado por materiales nunca vistos, movido por el sólido sistema operativo de Cyanogen, y con la mejor relación calidad-precio del mercado, arrasó con ventas muy por encima de las expectativas de sus propios creadores.

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Conscientes de ello, los jóvenes de OnePlus, una empresa que nació con vocación internacional, se enfrentaron a su segundo móvil como el grupo de rock que saca su segundo álbum después de haber arrasado en el ‘Billboard’ con el primero. “Podemos hacernos irrelevantes”, comentó entonces uno de sus fundadores, Carl Pei, temeroso de que la suerte se agotase. Pero no fue así, y el 2 también tuvo éxito con una estrategia similar. Tanto que la marca se decidió a sacar un terminal de gama media, el X, antes de renovar su buque insignia.

El 3 ya está aquí, y trae cambios importantes. El más relevante no tiene tanto que ver con el terminal como con su modelo de producción: se acabaron las molestas invitaciones que volvieron locos a quienes querían hacerse con un OnePlus y no sabían cómo. Teknautas fue testigo del interés que provocaban los teléfonos cuando sorteó las anheladas invitaciones entre sus lectores, provocando un pequeño terremoto en la web y en redes sociales. Pero el sistema de venta fue uno de los apartados más criticados de la marca, que lo mantuvo para evitar hacerse con un costoso ‘stock’. En esta ocasión, quien así lo quiera puede comprar ya el 3 por 399 euros. Sin esperas. Y eso se agradece.

El segundo cambio está en el diseño. Los dos buques insignia anteriores se caracterizaron por utilizar acertadamente el plástico ‘arenisca’ en sus tapas, lo cual les daba un aire ‘premium’ diferente. El 2, además, introdujo un interesante sistema de ‘pieles’ para cambiar el aspecto del teléfono con materiales nunca antes vistos -como el kevlar- sin tener que añadir una carcasa.

El 3, no obstante, viene con un cuerpo de aluminio que, si bien es de gran calidad, provoca que el móvil resulte excesivamente similar al de otras marcas. De hecho, no es difícil confundirlo con un HTC en su parte posterior, y con un Meizu o un OPPO en su frontal. A este respecto, no se puede negar una decepción que quizás esté más relacionada con las altas expectativas que alienta OnePlus que con problemas reales. No es que sea feo: es corriente.

Sí que hay una cosa extraña en el diseño. Quizá porque el cuerpo apenas tiene poco más de siete milímetros de grosor, el objetivo de la cámara sobresale bastante. Aunque se haya utilizado un cristal especial para protegerlo, es evidente que esto lo expone más a golpes y rayaduras. En cualquier caso, es innegable que OnePlus no defrauda en la calidad de los materiales utilizados: el 3 rebosa solidez y destaca en los detalles.

Sobre el interior: las cámaras

En su interior, a pesar de que no se ha utilizado ninguna innovación especial, el ‘hardware’ también es propio de los tope de gama de cualquier marca. De hecho, incorpora el chip Qualcomm Snapdragon 820 con cuatro núcleos a 2,2 Ghz. y lo acompaña de nada menos que 6GB de memoria RAM. ¿En serio, 6GB para utilizar WhatsApp y hacer unas fotos?

Efectivamente, la potencia del teléfono es muy superior a la que necesita el usuario medio. Pero lo agradecerán dos colectivos: los apasionados de los juegos, ya que los gráficos son una maravilla y vuelan sin ningún tipo de problema, y quienes le den un uso profesional: con la capacidad de grabar vídeo en resolución 4K, esta potencia permite utilizar aplicaciones de edición avanzadas sin temor a que el terminal cruja.

Al respecto de la imagen, hay que reconocer que OnePlus tiene en las cámaras uno de sus puntos fuertes. Tanto la posterior como la frontal son de gran calidad y montan una óptica luminosa -f 2.0-. Pero lo más interesante es la incorporación de la técnica dual de estabilización de imagen: por un lado trabaja un estabilizador óptico que ayuda a reducir las vibraciones propias del pulso del ser humano; por otro, un estabilizador electrónico entra en funcionamiento con un algoritmo especial para dar todavía mayor fluidez a los movimientos en vídeo.

En la cámara de los selfis, además de contar con el habitual filtro ‘belleza’ asiática, que alisa la tez hasta convertirla en un cartón blanquecino, hay una función interesante que sirve para disparar la foto simplemente sonriendo. El móvil detecta la sonrisa y realiza una cuenta atrás de tres segundos hasta captar la imagen. Parece una tontería, pero mejora mucho la nitidez de la imagen por la reducción de las vibraciones al presionar el botón, y sirve para avisar a todos los protagonistas de un selfi colectivo del momento en el que se va a activar el obturador.

Donde el 3 no está a la altura es en los controles de la cámara. Son muy básicos, e incluso el manual sabe a poco: solo permite controlar la sensibilidad, el balance de blancos, la velocidad de obturación y el enfoque. Es poco si se compara con las posibilidades que dan competidores como Xiaomi, Meizu o la propia OPPO, en cuyas fábricas se montan los OnePlus. Afortunadamente, el 3 permite guardar las imágenes en formato RAW, algo que resulta muy beneficioso a la hora de editar las imágenes en programas como Photoshop.

Lo que no tiene ninguna lógica en un móvil de estas prestaciones es que no se pueda seleccionar la resolución de las imágenes, la velocidad a la que se desea capturar vídeo en cámara lenta, o que carezca de la posibilidad de crear imágenes en movimiento GIF sin la necesidad de una aplicación de terceros. No obstante, es posible que, como sucedió anteriormente, próximas actualizaciones del 'software' sí que lo incluyan.

Lo que no podrán añadir es el láser para el autofoco, un elemento que sí tenía el 2 y que era muy útil para enfocar de noche y en situaciones de muy poco contraste. Una pena. “Creemos que el sistema de autofoco PDAF ofrece más ventajas que el láser, cuya efectividad hemos visto que se limita a 40 centímetros desde la cámara”, se defiende Pei.

También se echa de menos un USB 3.0 para la transferencia de archivos de gran tamaño, pero el cofundador de la marca asegura que eso haría el móvil más grueso, y que no tiene demasiado sentido porque “ahora muchos usuarios comparten archivos utilizando redes WiFi”.

Detector de huella y batería

Entre el resto de elementos del ‘hardware’, llama la atención el detector de huellas dactilares. Es uno de los más rápidos del mercado, comparable al del OPPO F1Plus y muy superior al de los iPhone, y resulta extremadamente preciso. Así sí que uno puede pensar en utilizarlo mucho más a menudo, sobre todo ahora que los pagos electrónicos comienzan a aceptarlo como contraseña -el 3 también tiene chip NFC para utilizar AndroidPay-.

Interesante es también el botón deslizante del lateral izquierdo, que nos permite seleccionar rápidamente las notificaciones que deseamos recibir en cada momento: todas, solo las prioritarias o ninguna. Cambiar de una a otra opción en una reunión, por ejemplo, es algo que se puede hacer sin sacar el teléfono.

Cuando se anunció el martes, muchos seguidores de la marca resaltaron que el 3 viene equipado con una batería de 3.000 mAh., una capacidad menor que la del 2 e incluso que la del One. Sin embargo, después de haberlo utilizado varios días, es cierto que la optimización del sistema hace que el móvil aguante día y medio con un uso moderado del mismo. No es para lanzar cohetes, pero no está mal.

Lo bueno es que, por fin, OnePlus ha adoptado el sistema de carga rápida Dash Charge. Y vaya si funciona. La empresa no se tira un farol cuando publicita que se carga un 60% en solo media hora. En nuestro caso ha llegado al 66%, y la carga rápida también funciona incluso cuando el móvil está en funcionamiento, aunque no de forma tan veloz.

Problemas y fallos

Con todo esto, uno solo puede concluir que el 3 es un móvil magnífico. El problema, sin embargo, está en su sistema operativo. Utiliza la capa Android -6.0- desarrollada por OnePlus tras su desencuentro en India con Cyanogen. Se llama Oxygen en la versión internacional del móvil y Hydrogen en la versión china. Ambas son muy mejorables, por no tacharlas de deficientes si se comparan con otros sistemas operativos como MIUI o ColorOS. La diferencia está en las posibilidades de personalización, que aquí son más bien escasas.

Y luego hay errores inexplicables como el de la alarma. No funciona si el usuario apaga el móvil por la noche y lo tiene configurado con una contraseña. El 3 se enciende a la hora determinada, pero no suena hasta que no se introduce la contraseña. Ojalá alguien explique el porqué de esta increíble metedura de pata.

Entre otros asuntos molestos, están la falta de una aplicación nativa para grabar sonido y la imposibilidad de pausar la grabación de un vídeo, algo que luego ayuda sobremanera en su edición. Así, no se puede pasar de un plano a otro en un mismo clip, sino que cada toma se guarda en un archivo independiente.

Otra rareza es que el terminal venga configurado de fábrica con el botón de la izquierda como el de ‘volver atrás’ y el de la derecha como ‘multitarea’, algo que obliga a reconfigurarlo manualmente. De todas formas, nada es más extraño que lo que sucede en la versión Hydrogen (que no se usa más que en China), en la que ¡solo se pueden poner tres aplicaciones por cada fila! Es evidente que el OnePlus ganaría muchos enteros si volviese a adoptar Cyanogen.

Pero no va a ser así. Lo afirma el propio Pei. “Al mismo tiempo que hemos ido creciendo, hemos podido dedicar más recursos al desarrollo de nuestro propio sistema operativo, que fue siempre una de nuestras metas. Así que seguiremos añadiendo recursos en esa área”, cuenta a Teknautas.

Aciertos y ventajas

Lógicamente, Oxygen también tiene algunos aciertos. Es interesante la función de Shelf, una pantalla situada a la izquierda de la de inicio en la que se recogen las aplicaciones y los contactos más utilizados. Es algo que permite funcionar más rápido cuando el usuario se acostumbra, ya que también se pueden introducir ‘widgets’ como el del correo electrónico o el de la música.

Como hacen ya otras marcas, OnePlus también ha adoptado el ‘modo nocturno’, que cambia la temperatura de color de la pantalla para proteger los ojos de quien la mira. En teoría, los tonos más fríos -azulados- son más dañinos para la vista aunque resultan adecuados para mirar la pantalla con abundante luz natural. Los cálidos se pueden activar cuando hay menos luz para preservar la vista.

Finalmente, se agradecen extras como el que permite encender la pantalla de bloqueo -por ejemplo, para ver la hora- con solo pasar la mano por encima del sensor de proximidad ubicado en el frontal del teléfono. Es algo especialmente útil cuando está sobre una mesa. Y también es buena la posibilidad de personalizar el color de la luz LED de notificaciones, de forma que cada aplicación tenga su propio tono: así sabremos si nos esperan correos electrónicos, wasaps o notificaciones de redes sociales sin siquiera tocar el móvil.

Teniendo en cuenta sus pros y sus contras, no es fácil dictar veredicto para el OnePlus 3. Parece evidente que se esperaba más del aparato, sobre todo en lo que respecta al diseño y al sistema operativo, pero es un móvil con un ‘hardware’ sobresaliente y gran potencial de imagen. Claro que hay que juzgarlo también en su contexto, y tener en cuenta que cuesta 399 euros.

Sinceramente, es el mejor ‘smartphone’ existente en el mercado europeo por ese precio. Y su diseño especialmente parecido al de HTC se puede camuflar con alguna de las magníficas carcasas -entre las que sí están la arenisca negra, el kevlar y diferentes tipos de madera- que OnePlus ha diseñado para el móvil cuyo éxito o fracaso posiblemente determinará el futuro de la joven empresa.

OnePlus tuvo la suerte del principiante. Su ‘smartphone’ inaugural, el One, fue la sorpresa de 2014. Elegante, arropado por materiales nunca vistos, movido por el sólido sistema operativo de Cyanogen, y con la mejor relación calidad-precio del mercado, arrasó con ventas muy por encima de las expectativas de sus propios creadores.

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