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Tres días de infierno jugón en el E3, la mayor feria de videojuegos del planeta
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moqueta, colas y música atronadora

Tres días de infierno jugón en el E3, la mayor feria de videojuegos del planeta

Cielo e infierno en un mismo recinto. El E3 que hoy termina reúne las mayores novedades del año aunque los jugadores apenas tengan pocos minutos para probarlas

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(EFE)

El E3 es una especie de Disneylandia de los videojuegos. Hay fans, colas para poder jugar a lo último, personajes, 'souvenirs'. Esta inmensa convención organizada por la ESA (la organización de software de entretenimiento estadounidense) es. en teoría. una feria estrictamente empresarial, 'business 2 business' como se llama en la jerga, donde proponer productos y cerrar acuerdos.

Lea aquí: Las novedades del E3 2016: dos nuevas Xbox One se imponen al 'pinchazo' de Sony y PS4

Pero si hay un negocio en el que el proveedor sea tan apasionado del producto como su cliente, es el de los videojuegos. Desarrolladores, programadores, comerciales, creativos e incluso prensa deambulan por los pasillos y pabellones del E3, comparten una pasión por los videojuegos y los disfrutan, en primer lugar, como fans.

53.300 personas han solicitado una acreditación para acudir al E3 2016, aunque no todas las solicitudes son aceptadas. Por eso, hay todo tipo de trucos y abundan, incluso, las falsificaciones. ¿Quiénes son esas decenas de miles de personas que recorren los inmensos pasillos y pabellones del Centro de Convenciones de Los Ángeles, uno de los más grandes de todo Estados Unidos, con casi 80.000 metros cuadrados entre espacio de exhibición y salas de reuniones y conferencias?

La feria, que arrancó con un nombre diferente hace 21 años, ocupaba una zona de sillones y salas de reuniones. Hoy toma por completo el centro de convenciones, donde miles de técnicos y trabajadores han preparado cables y conexiones a internet durante más de un mes y han descargado contenedores de mercancías y unos siete kilómetros de moqueta.

Están los que vienen a la feria como gran escaparate. Unos enseñan sus productos, desde las grandes compañías, encabezadas por los fabricantes de consolas (Sony, Microsoft y Nintendo), hasta los creadores independientes que traen un primer proyecto, pasando otros gigantes del software de entretenimiento como Ubisoft, Bethesda, Warner o Square Enix. Otros, trabajadores de la industria de todo tipo, vienen a husmear, buscar ideas, probar juegos nuevos.

Alex Schaeffer es un diseñador de Rockstar en San Diego que tiene su pase amarillo (miembro de la industria) y está disfrutando de lo lindo en la zona de los creadores independientes, el Indiecade. "Aquí siempre encuentras las apuestas más arriesgadas y más originales". Stephanie Barish, la directora del Festival Internacional de Videojuegos Independientes, que organiza el Indiecade, asegura que es como el "Sundance" del E3. "Tenemos 35 juegos de todo el mundo para consolas, plataformas móviles, para Oculus Rift o Vive. Somos la prueba de que esta industria va mucho más allá de los juegos de tiros", asegura.

El jugador es muy apasionado. Cuando no le gusta lo que el estudio ha hecho, protesta. Se han dado casos de juegos que se han modificado

"El jugador de videojuegos es muy apasionado. Está muy cerca de la creación del producto y del estudio. Cuando no le gusta lo que el estudio ha hecho, protesta, y la industria se adapta mucho, se han dado casos de juegos que se han modificado después de recibir muchas críticas de usuarios," explica Oscar del Moral, director de KochMedia, una distribuidora que lleva quince años acudiendo al E3.

Tanto es así que las compañías se traen fans invitados. Allen González hizo cola durante toda la noche a las puertas de la tienda de Microsoft en Westfield y tuvo la suerte de que le tocara una de los 500 entradas que se rifaban en el FanFest. Hoy, está probando juegos nuevos con cara de ilusión: "Para mí es como estar en Disneylandia". También están los jugadores famosos o apunto de serlo, como Ronnel Soriano, finalista en el último campeonato de Vainglory, que ha venido por cortesía de Samsung. Tiene 4.000 seguidores en su canal de Twitch y quiere convertirse en un jugador de eSports profesional.

Una frontera difusa entre el fan y el periodista

Tradicionalmente, hay legiones de fans frustrados que quedan a las puertas, que intentan falsificar acreditaciones, que piden a los periodistas o exhibidores sus acreditaciones en la última hora del último día de la feria. Este año, probablemente para dar respuesta a este interés, se ha creado E3Live, un evento al aire libre al que acudieron 20.000 fans, donde multitud de carpas ofrecen una selección de videojuegos, merchandising y 'photo opportunities'. El mundo del video juego está pidiendo a gritos un parque temático y, mientras tanto, el E3 es lo más parecido a una alfombra roja que tienen los millones de fans.

Están las carpas de los grandes y las pantallas gigantes, los platós, y hasta una banda de Jazz de Nueva Orleans. Están los personajes junto a los que hacerse un selfie, como Chocobo, el pájaro de Final Fantasy ante el que una decena de personas hacen cola. Están las presentaciones y conferencias de prensa durante y dentro de la feria, y antes y alrededor. Y todo ello para llamar al atención, al mismo tiempo, de medios y fans, porque en pocos campos del entretenimiento está tan difusa la frontera entre unos y otros.

El tamaño de la sala de prensa y su poderío (ordenadores, conexión, taquillas, sala de descanso) da una idea de que los medios, con su pase morado, son probablemente una tercera parte de los asistentes. Periodistas, blogeros y 'youtubers' de todo el mundo son al mismo tiempo cronistas y protagonistas del E3.

"Si te organizas bien la agenda, es posible probar unos veinte juegos distintos durante los tres días. A eso hay que añadir los que las compañías más grandes enseñan en las conferencias con bastante detalle, que pueden ser unos quince en una conferencia de hora y media", explica Victor Sánchez, 'freelance' para diversos medios especializados que ha venido desde España. Es su novena feria y cree que, a pesar de lo deslumbrante que resultan las pantallas y los carteles, el E3 ha vivido momentos de mayor esplendor. "Hubo unos años en que venían estrellas de la música a las presentaciones, desde Paul McCartney a Pink. Creo que en ese sentido han bajado un poco el diapasón. Hay algunas compañías que prefieren presentar sus productos aparte, en otro momento". Entre tanto brillo y gráfico espectacular, lo difícil es abarcar todo y enterarse de todo.

Hubo unos años en que venían estrellas de la música, desde Paul McCartney a Pink. Creo que en ese sentido han bajado un poco

"Es verdad, ahora mucha gente no se toma la molestia de venir. Las conferencias y presentaciones las puedes seguir en directo online en Twitch desde cualquier lugar del mundo. Es caro y mucha gente prefiere enterarse de las novedades a distancia", coincide un desarrollador de un importante videojuego que no quiere dar su nombre ni hablar de su juego. "Es una industria muy secretista. Hasta cuando mi hijo viene a verme en el trabajo le hacen firmar una cláusula de confidencialidad", explica.

Jugadores con traje y corbata

Por último, está el lado menos glamuroso, pero que da sentido a todo el evento. Los distribuidores y comerciales que vienen a hacer negocio y cerrar tratos. A algunos, los menos, se les distingue en un mar de indumentarias juveniles y originales por ir de traje.

En la zona menos visible a medio camino entre los dos pabellones, pequeñas salas de reunión dan cobijo a estudios que comienzan, como Studio Ro, de Corea del Sur, que viene invitado por el ayuntamiento de Busan junto a otras tres compañías.

Sum King, el creador de sus dos primeros juegos, lleva veinte años en la industria trabajando para compañías más grandes y ahora ha dado el salto para editar sus propios juegos: 'Avoid It' el año pasado (finalista en la feria de videojuegos independientes de Atlanta) y 'Oriental Zodiak' este año. En su primera visita al E3, su objetivo no está centrado en la venta sino en la creación de contactos en el mercado global. "En Asia, el mercado está mucho más centrado en hacer videojuegos lo más adictivos posible, para que la gente no pueda dejar de jugarlos. Aquí se valora más la creatividad y lo divertido que sea el juego", asegura a través de una intérprete.

Hay comerciales de Amazon, El Corte Inglés o Best Buy en busca de acuerdos para nutrir sus departamentos de videojuegos de aquí a Navidades hasta webs pequeñas, como everythinggamers.com, cuyo equipo de cinco personas recorren la feria en busca de ese juego "pequeño" con el que firmar un acuerdo de exclusividad. Por el camino, disfrutan del circo.

El tiempo, enemigo número uno

Es difícil elegir y hacer buen uso del tiempo, limitado (tres días con unas seis horas por día de media), para ver los más de 250 exhibidores. ¿Probar 'Titanfall II', 'Final Fantasy XV', o el último 'God of War'? ¿Acercarse al puesto de los mandos personalizados de Xbox One o al espacio de Square Enix? ¿Ser de los primeros en el mundo en sumergirse en el mundo que ofrecen las carpas semiesféricas de 360 Evolution, de Blackbox, o meterse en el tenderete de meditación en realidad virtual? El músculo de los más grandes no quita para que la zona de los videojuegos independientes o de los proyectos universitarios sean algunas de las más visitadas en la feria.

"La industria puede sacar entre 400 y 600 juegos al año, y eso sin contar los juegos para móviles: cada día hay cantidades de juegos de pequeñas compañías que salen al mercado", explica del Moral, con la agenda llena de 9 de la mañana a 10 de la noche con reuniones y presentaciones. En esta feria se han presentado 1.600 productos entre 'software' y 'hardware'. El E3 es el momento de enseñarlos, especialmente para los grandes actores del mercado, que desembarcan en Los Ángeles con un arsenal de novedades que reservan específicamente para estas fechas y un ejército de centenares de empleados.

Sólo Playstation puede traer cientos de personas entre sus equipos de comunicación de cada país, creativos, ejecutivos, azafatos. Además de la gran conferencia de prensa que celebra el lunes por la noche y que, junto a la de Microsoft, da el pistoletazo de salida a la feria, la compañía ocupa grandes espacios y varias salas más pequeñas.

Este año la gran apuesta ha sido la realidad virtual, y en el área reservada para los medios europeos, los periodistas especializados podían probar la inmersión total que ofrecen algunos de los cincuenta juegos o experiencias en diferentes fases de desarrollo que la compañía ha presentado. Desde 'Robinson, the Journey', un juego de supervivencia en un entorno prehistórico, hasta 'Rush of Blood', una especie de terrorífico viaje de montaña rusa cuyo realismo provocaba que algunos experimentados jugadores no podían reprimir alguna exclamación malsonante. Todos con el nuevo dispositivo de realidad virtual en la cabeza.

La historia, el personaje, la inmersión y la experiencia han pasado a ser lo más importante. Una buena historia es lo que buscamos todos

Grandes, pequeños y medianos, con más o menos cuota de mercado, tienen su momento de gloria en el E3. ¿Cómo encontrar una gema entre tanta oferta? Óscar del Moral, director de Koch Media, que ha visto en los últimos que años como el videojuego "se ha hecho adulto", lo resume así: "Lo que empezó como un juego para niños ha ido madurando y, a medida que la tecnología ha permitido contar cosas con más profundidad, la historia, el personaje, la inmersión y la experiencia que el videojuego te proporciona han pasado a ser lo más importante. Eso es lo que buscamos todos. Una buena historia".

El E3 es una especie de Disneylandia de los videojuegos. Hay fans, colas para poder jugar a lo último, personajes, 'souvenirs'. Esta inmensa convención organizada por la ESA (la organización de software de entretenimiento estadounidense) es. en teoría. una feria estrictamente empresarial, 'business 2 business' como se llama en la jerga, donde proponer productos y cerrar acuerdos.

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