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La tecnología y arsenal militar en manos de las grandes potencias mundiales
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¿Cuál es la mayor potencia militar del mundo?

La tecnología y arsenal militar en manos de las grandes potencias mundiales

De EEUU a China pasando por Corea del Norte o España. Tanques, fragatas, portaaviones y submarinos. Esta es la tecnología militar y armamento de las grandes potencias

Foto: Desfile militar en Moscú. (Foto: Reuters)
Desfile militar en Moscú. (Foto: Reuters)

Comparar dos ejércitos no es tan sencillo como contar personas, millones de euros o tanques. La situación y la historia de los diferentes países es distinta, por lo que sus necesidades también lo son; no es lo mismo que la geografía te localice en un vecindario tranquilo que vivir en un entorno inestable y peligroso. No es lo mismo tener un enemigo vecino, poderoso y agresivo que tener la fortuna de estar rodeado de países pacíficos, o aislado geográficamente de regiones peligrosas. Y no es igual ser rico o muy poblado que pobre o despoblado a la hora de reclutar y formar unas fuerzas armadas.

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Los números sólo pueden contar una parte de la historia, porque además hay otros factores que pueden ser tan o más importantes que la simple cantidad a la hora de evaluar la potencia de un ejército. Las cifras mostradas en este reportaje agrupan los diferentes tipos de tecnología y material militar en categorías. Pero aunque en ellas se incluyen, por ejemplo, un portaaviones de la clase Nimitz estadounidense, un clase Clemenceau reconvertido brasileño o el ex-clase Kuznetsov reconvertido por China en el Liaoning, las capacidades de estos buques son enormemente diferentes, tanto en número de aviones transportados como en el número de salidas que pueden generar.

Un buque anfibio estadounidense de la clase Wasp es un miniportaaviones dotado de 8 aviones Harrier. Casi de esta misma capacidad son otros buques como el BPE Juan Carlos I español, los Hyūga japoneses o los Mistral franceses, mientras que los clase Foudre que Chile y Brasil adquirieron a Francia sólo llevan helicópteros, como el clase Austin que India recibió de los EEUU o el San Giorgio mejorado que Argelia adquirió a Italia.

Y muchos de los barcos incluidos en la categoría de "flota marina" o armada que aparecen como fragatas podrían ser considerados destructores, como muchos destructores EEUU estarían catalogados como cruceros en otras marinas. Corea del Norte, por ejemplo, cuenta con 72 submarinos (y tres fragatas) que no sólo son convencionales, sino que muchos de ellos sirven para infiltración y operaciones especiales o como buques suicidas, mientras que los 18 que equipan la marina japonesa (8 de la clase Sōryū y 11 de la clase Oyashio) están entre los más avanzados y letales de su tipo. La comparación ofende.

Lo mismo ocurre al contar tanques o aviones de combate: las diferencias de detalle hacen que resulte complicado estimar la verdadera potencia de un ejército simplemente con cifras. Casi todos los 5.970 MBTs ('main battle tanks'; tanques de combate principales) que tiene el ejército estadounidense son M1 Abrams, considerado uno de los mejores del mundo y con extensa experiencia en combate, como la tienen los más de 500 T-90 y 1.700 T-72 de las fuerzas armadas rusas.

Sin embargo, más de 2.300 tanques chinos son variantes del Tipo 59, basado en el T-55 ruso de los años 50 y decididamente obsoleto; sólo hay desplegados unos 625 ejemplares del moderno Tipo 99, mientras que la mayoría de la fuerza son los más de 2.000 Tipo 96, comparables con carros rusos de los años 80 como el T-72. Algunos de los diseños más modernos, como el T-14 Armata ruso, están aún en fase de prototipo y se desconoce cómo se comportarán en el campo de batalla.

En el aire la situación es similar: si a grandes rasgos un MiG-29 puede ser comparable a un F-18 y un Su-34 ruso o J-11/15/16 se puede considerar parecido a un F-15 estadounidense, es difícil meter en el mismo saco a un Eurofighter y a un Gripen como los que equipan a la aviación brasileña o a los nuevos Tejas indios.

La mezcla de diferentes categorías de aparatos bajo un único epígrafe dificulta aún más la tarea. Y en los números totales de personal militar se incluyen no sólo las fuerzas armadas en activo, sino además la suma de los reservistas (que pueden ser llamados de vuelta) y de las fuerzas paramilitares, que en casos como el de Corea del Norte son enormes (más de 7 millones). Otros factores vitales como pueden ser la cultura del país y de los soldados, el nivel de entrenamiento o la historia pueden desvirtuar cualquier comparación que sea una simple resta.

La única superpotencia: EEUU

Con todas las consideraciones y matices las cifras cantan: hay una única y verdadera superpotencia en el planeta Tierra desde el punto de vista militar: Estados Unidos. Su gasto militar bruto es superior al de la suma de los siguientes 7 países y supone más de un tercio del total mundial. Dado que su economía es también la mayor del mundo con diferencia, el porcentaje sobre el PIB no es demasiado alto (alrededor del 3,3%), y el coste per cápita no es el más alto (1.818 dólares por persona y año).

Pero en algunas categorías de armamento clave la superioridad es abrumadora: la marina EEUU tiene 10 portaaviones, más que el resto del mundo combinado, que además son de propulsión nuclear clase Nimitz: los mayores y más potentes que existen, cada uno de los cuales dotado con entre 85 y 90 aviones de combate y helicópteros. Estos portaaviones, los 8 anfibios tipo LHD de la clase Wasp y el LHA de la clase America son el núcleo de grupos de combate en los que van protegidos por destacamentos de los 22 cruceros y 62 destructores con los que cuenta, además de llevar habitualmente como escolta alguno de los 54 submarinos nucleares de ataque de las clases Los Angeles, Virginia o Seawolf. En el mar, salvo desarrollo futuro de nuevos sistemas de armas, nadie puede plantar cara a la marina EEUU; como mucho mantenerla temporalmente alejada de algunas zonas.

La superioridad en términos de guerra convencional también se aplica el ejército estadounidense, tanto en el aire como en tierra. Sus 3.680 aviones de combate superan en número al segundo, China, con 2.571, y a los 1.337 de Rusia, pero también en calidad. Los F-22 Raptor y F-35 Lightning II están en vanguardia de la tecnología, pero sus antecesores los F-15, F-16 y F-18 aún hoy resultan más que adecuados. Dispone también de aviones de apoyo y de numerosos helicópteros de ataque (1.830) para dar apoyo a las fuerzas terrestres, con sus tanques M-1 Abrams y sus VCIs M-2 Bradley.

La cobertura artillera la proporcionan piezas de artillería autopropulsada de tubo (M-109 Paladin) y de cohetes (M-270 MLRS), y sus soldados de infantería y marines están bien entrenados y equipados. Con su presencia en múltiples bases de todo el mundo en países aliados, su privilegiada situación estratégica protegida por dos océanos que su marina controla por completo y su vigorosa economía no cabe duda de que los EEUU son, y seguirán siendo, la potencia militar por antonomasia.

El ascenso de China

En segundo puesto por el total de gasto militar y en pleno ascenso hacia la condición de potencia de alcance mundial está China. El crecimiento económico ha permitido al gobierno chino invertir en una considerable mejora de unas fuerzas armadas que durante demasiado tiempo han confiado en la cantidad sobre la calidad a la hora de plantearse sus estrategias. Esto les ha funcionado, por ejemplo en la Guerra de Corea frente a las fuerzas de la ONU dominadas por los EEUU en los años 1950, pero es insuficiente en la guerra moderna.

Por eso el Ejército Popular de Liberación chino está simultáneamente reduciendo el número de soldados y embarcado en un ambicioso plan de reestructuración, modernización y crecimiento basado en un enorme aumento de la inversión. Que aún sigue siendo la cuarta parte de la de EEUU en términos brutos, si bien el esfuerzo es mucho menor; sólo un 1,2% del PIB y apenas 100 dólares per capita y año, dada su enorme población.

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Como parte de su modernización la armada china se está convirtiendo en una marina de guerra capaz de operaciones oceánicas, con 17 destructores (3 de los modernos Tipo 052D, de los cuales hay otros 6 en construcción y pruebas) y 54 fragatas (22 del Tipo 054A, más avanzado), además de un portaaviones: el Liaoning. Empleado fundamentalmente como buque de desarrollo, formación y entrenamiento y como base para los futuros portaaviones de diseño propio, el Liaoning supone un aumento importante de capacidades de la marina china aunque sea relativamente débil (apenas 36 aviones y helicópteros).

Bajo el agua, China cuenta con 4 submarinos nucleares de ataque y 2 de misiles balísticos, aunque uno de ellos (el Xia) parece estar inactivo. A ellos se suman 60 submarinos convencionales, unos 15 de ellos de la moderna clase Yuan dotada de sistema de propulsión independiente del aire y muy silenciosa y por tanto muy peligrosa.

Rusia ocupa una discreta quinta plaza, muy por debajo de la potencia militar que llegó a tener en tiempos de la Unión Soviética

El desarrollo de la marina ha permitido a China volverse más agresiva en lo que se refiere a reivindicaciones territoriales, por ejemplo en el Mar de China Meridional, donde está desplegando sistemas de misiles antiaéreos y aviones de ataque para crear una ‘burbuja’ que le permita cerrar el acceso a este área de así desearlo. Para ello es vital el papel de la modernizada fuerza aérea, con más de 2.570 aviones entre los que destacan los alrededor de 240 cazas Chengdu J-10 ‘Dragón Vigoroso’, los más de 230 cazabombarderos de la familia Shenyang J-11/15/16 basados en el Su-27 ruso del que China aún tiene más de 70 unidades y los 75 Sukhoi Su-30MKK de ataque al suelo adquiridos a Rusia. Además cuenta con 120 bombarderos Xian H-6, bombarderos basados en el Tupolev Tu-14 ruso, y de 5 aviones radar tipo AWACS KJ-2000, que junto a los varios aviones cisterna Ilyushin Il-78 sirven para aumentar la capacidad de los cazas y aviones de ataque.

En lo que respecta al ejército de tierra China ha procedido a una importante mecanización de sus fuerzas con vehículos relativamente modernos y avanzados basados en modelos rusos. También se han incorporado en los últimos años helicópteros de ataque como los más de 100 modernos CAIC Z-10 y los 80 Harbin Z-19, algo más antiguos. Si los vehículos y la artillería parecen adecuados el equipamiento personal de los soldados de infantería es más reducido de lo común en Occidente, especialmente en lo tocante a equipo electrónico como radios, sistemas de posicionamiento o de visión nocturna. En cualquier caso las fuerzas armadas chinas han evolucionado mucho desde aquellas que no consiguieron sus objetivos militares en la Guerra sino-vietnamita de 1979.

Respecto al resto datos comparativos, cabe destacar algunas anomalías curiosas. Por ejemplo la presencia en tercer lugar de Arabia Saudí, que no sólo gasta una enorme cantidad e dinero en sus fuerzas armadas, sino que es en términos relativos el campeón entre los países de mayor gasto con un espectacular 12,9% del PIB en gastos militares, nada menos que casi 3.000 dólares por habitante y año. Los invierte en una fuerza reducida en tamaño (233.000 soldados en activo), con una marina reducida (3 destructores, 4 fragatas, 4 corbetas), una fuerza aérea pequeña (313 aviones) y fuerzas acorazadas de 600 tanques. La clave: todo ello es de excelente calidad y buena parte de fabricación estadounidense.

Países europeos como Reino Unido, Francia, Italia o Alemania tienen gastos militares relativamente reducidos, pero con avanzada tecnología

Así Arabia Saudí tiene más de 440 tanques M-1 Abrams, casi 200 F-15 Eagle de varios tipos y adquirió recientemente otros 84. Pero el país también adquiere armas a otros países: la fuerza aérea cuenta con 134 Tornados de ataque al suelo del consorcio europeo Panavia, y hace poco empezó a recibir los primeros Eurofighter Typhoon de un pedido de 72. Los destructores y fragatas saudíes son de construcción francesa, como los 250 tanques AMX-30 comprados en 1973 la mitad de los cuales apenas han sido usados.

Rusia ocupa una discreta quinta plaza, muy por debajo de la potencia militar que llegó a tener en tiempos de la Unión Soviética. Sin embargo sus esfuerzos en tecnología armamentística siguen dándole réditos; buena parte de los programas de desarrollo de armas avanzadas en países como China, la India o Irán pasan por la colaboración (a veces la copia) de material ruso. Intervenciones como la de Siria le sirven a Moscú para mostrar ante el mundo la crema de su armamento avanzado, lo cual se traduce en rentables ventas y un aumento de la influencia política: cuando los repuestos de tus armas dependen de alguien, tienes que llevarte bien quieras o no.

Países europeos como Reino Unido, Francia, Italia o Alemania tienen gastos militares relativamente reducidos, aunque sus economías les permiten mover mucho dinero. Por razones históricas y políticas estos países tienden a tener ejércitos reducidos pero de avanzada tecnología, casi siempre de desarrollo propio. Los números bajos se ven compensados por la calidad de armas y soldados. Casos similares son Australia y Canadá, que tienen además necesidades particulares debido a su geografía; insular la australiana y ártica la canadiense. Japón, con su constitución pacifista y la obligación de evitar opciones agresivas también ha optado por la tecnología con preferencia a los grandes números de soldados.

Países en áreas conflictivas y con un historial de guerras como Israel se ven forzados a hacer un esfuerzo: el 6,2% del PIB se dedica a las fuerzas armadas, 2.400 dólares por persona y año. Algunos de los sistemas de armas israelíes son de desarrollo propio y casi todos los que adquiere (muchos de ellos a EEUU) son adaptados a sus necesidades por la industria local. Y debido a que es un país pequeño la proporción de reservistas es muy elevada: el servicio militar allí es largo, duro y está muy extendido en toda la sociedad. Irak, en plena guerra civil y con un gobierno limitado en sus opciones, dedica un enorme 12,7% del PIB a su ejército, pero su depauperada economía hace que sólo suponga 565 dólares por habitante y año.

La anomalía de Corea del Norte (y del Sur)

La última anomalía es la pareja Corea del Norte/Corea del Sur, enconados enemigos siempre al borde de pasar de la guerra fría a la ardiente. Esto supone que Corea del Sur dedique un 2,6% de su PIB (684 dólares per cápita) a las fuerzas armadas, que dada su abundante población y riqueza le da para un potente ejército convencional bien armado.

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Tiene casi tantos tanques como Rusia, 2.500, de los que 1.500 son de los modelos locales K1A1 y K1 basados en el diseño original del M1 Abrams; pronto estarán operativos los primeros 200 ejemplares de su sucesor, el K2 Pantera Negra, que se considera equivalente a los últimos Abrams y Leopards alemanes. También cuenta con numerosos Vehículos de Combate de Infantería y de una poderosa artillería de tubos y cohetes. La marina tiene 3 modernos destructores de la clase Sejong el Grande y un buque de asalto anfibio de la clase Dokdo capaz de operar con hasta 10 helicópteros además de 13 submarinos convencionales. La fuerza aérea cuenta con 60 F-15K adaptados y 118 F-16C de fabricación estadounidense, además de 70 ejemplares del viejo F-4 Phantom II. El tamaño de las fuerzas armadas, más de 630.000 hombres, y de la reserva refleja el constante estado de cuasi-guerra con su vecino.

El equipo bélico de Corea del Norte ya lo hemos analizado en estas páginas con detalle: lo que se desconoce con certeza es el gasto militar en aquel país y qué porcentaje del PIB supone. Es de temer que sea enormemente elevado ya que se trata de una sociedad altamente militarizada, como demuestra el enorme número de reservistas y (sobre todo) de fuerzas paramilitares en el recuento de personal. Puede que el armamento y vehículos de aquel país no sean de la más avanzada tecnología, pero tiene sobrada capacidad letal y está en orden de combate. Lo que eso supone en términos de sacrificio nacional es difícil de comprender.

¿Y España?

Por último España aparece en el listado como el país 18 del mundo en términos de gasto militar. En términos de gasto relativo éste roza el 0,9% del PIB, apenas 323 dólares por persona y año para unas fuerzas armadas de estilo europeo aunque con algunas particularidades. La dotación humana, sin ser tan pequeña como la de Canadá o Australia está en el orden de magnitud de los vecinos europeos, aunque con algunas desviaciones. Por ejemplo hay en total 320 tanques Leopard si bien 108 de ellos del modelo más antiguo están hibernados por los recortes y en venta; un número similar a los que tienen países con mayor gasto como Francia (200 AMX Leclerc, si bien dispone de otros 200 almacenados), el Reino Unido (unos 230 Challenger 2, otros 100 almacenados) o Italia (160 a 200 del modelo Ariete).

En cambio la fuerza aérea española cuenta con menos aparatos y menos helicópteros de ataque, aunque en eso está por delante de Alemania, y la marina española tiene menos destructores, fragatas y corbetas.

El número de buques anfibios es similar, de nuevo con la excepción de Alemania, y durante algunos años dispuso de un pequeño portaaviones que superaba incluso a los dos italianos, pero que con la crisis se decidió desguazar: el Príncipe de Asturias, reemplazado en sus tareas de aviación naval por el BPE Juan Carlos I. Los retrasos acumulados durante el desarrollo del proyecto de submarino S-80 han provocado que el arma submarina quede reducida a tres viejos cascos cuya vida útil ha tenido que ser extendida.

Otra de las categorías en las que España queda rezagada respecto a sus socios es en satélites militares, con 2 frente a los 8 franceses, los 7 que tienen alemanes y británicos y los 6 italianos. A cambio buena parte de la tecnología de construcción de fragatas, buques anfibios, portaaviones y otros tipos de buques es local y se exporta con éxito. Al mismo tiempo la participación en consorcios como Airbus y Eurofighter hace que la industria nacional se beneficie de estos programas de armamento.

Si algo deja claro este somero repaso es que ni siquiera una alianza de todos los países del mundo le podrían plantar cara a los EEUU militarmente. El desequilibrio entre su poder es simplemente demasiado grande a su favor. Y las ventajas de la paz demasiado tentadoras.

Comparar dos ejércitos no es tan sencillo como contar personas, millones de euros o tanques. La situación y la historia de los diferentes países es distinta, por lo que sus necesidades también lo son; no es lo mismo que la geografía te localice en un vecindario tranquilo que vivir en un entorno inestable y peligroso. No es lo mismo tener un enemigo vecino, poderoso y agresivo que tener la fortuna de estar rodeado de países pacíficos, o aislado geográficamente de regiones peligrosas. Y no es igual ser rico o muy poblado que pobre o despoblado a la hora de reclutar y formar unas fuerzas armadas.

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