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Luz, agua y combustible: cómo estas 'apps' ganan dinero haciendo que tú ahorres
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la paradoja de este modelo de negocio

Luz, agua y combustible: cómo estas 'apps' ganan dinero haciendo que tú ahorres

Son aplicaciones que ayudan a ahorrar en nuestros gastos cotidianos. La aparente paradoja es que mientras ofrecen reducir nuestras facturas, hacen negocio

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Cuentan con cientos de miles de descargas en las tiendas de aplicaciones y su éxito no puede ser más lógico. No solo son herramientas gratuitas, lo que las hace ya interesantes de por sí, sino que además traen consigo una promesa con la que es sencillo persuadir a cualquiera: con estas 'apps', ahorrar en nuestras facturas es posible.

Las hay para todos los gustos. Desde aquellas que indican a qué hora es mejor poner la lavadora para gastar poca luz hasta las que indagan en todos y cada uno de nuestros movimientos bancarios para que organicemos nuestros gastos. La paradoja de estas y otras herramientas en formato 'app' es que mientras ayudan a los usuarios a ahorrarse unos euros a final de mes, son capaces de hacer negocio.

“No se gana una millonada, pero para vivir como autónomo me llega”, reconoce Alberto Ruibal a Teknautas. Este ingeniero de telecomunicaciones es el padre de Mobialia, el sello con el que lanzó hace ya cuatro años Gasolineras España. Esta 'app' aprovecha la información actualizada a diario en el Geoportal de gasolineras dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo para mostrarla en una interfaz que hace más sencillo el acceso a los datos. Además, da la posibilidad de crear una ruta para saber qué gasolineras podemos encontrar en nuestro viaje, sus precios, y así poder planificar el trayecto.

Con 750.000 descargas en Android y unos 250.000 usuarios activos, Ruibal cuenta que el modelo de negocio de Gasolineras España se basa en la publicidad: esos anuncios que aparecen en la parte inferior de la pantalla del 'smartphone' sirven para que la aplicación haga en un mes, según su creador, unos 400 euros.

El gran problema de esta y otras aplicaciones de ahorro es el hecho de que su utilidad se limita a nuestro país, tal y como indica el propio Ruibal. “El mercado de aplicaciones es global, y la aplicación de las gasolineras es local y es mucho más difícil”, cuenta. De hecho, asegura que vive de su propio trabajo gracias a su otra creación: un juego de ajedrez que, en este caso sí, atrae descargas de todo el mundo.

Con 750.000 descargas en Android y unos 250.000 usuarios activos, Gasolineras España hace en un mes unos 400 euros

Algo similar les sucede a los padres de Precio de la Luz, una 'app' disponible para Android con la que los usuarios pueden conocer a qué precio está la energía eléctrica a cada hora y configurar alarmas para que sea el propio móvil el que les avise cuando la luz es más barata. Con 160.000 descargas y un modelo de negocio basado también en la publicidad, los tres creadores de Neapp Soft, la compañía que lanzó la aplicación en 2014, han logrado que su proyecto dé “para los servidores y un poco más”, según nos cuenta uno de ellos, Ignacio Pérez.

“Vivir de ello es muy difícil”, reconoce. Precio de la Luz nació para facilitar la información de las tarifas horarias a los usuarios y, así, ayudar a ahorrar, pero sus creadores no han podido sacar aún mucho partido de esta idea. “Necesitas muchas más descargas, y más teniendo en cuenta que somos un equipo de tres”, explica.

A la hora de rentabilizar estos proyectos, sus creadores siempre se plantan ante una disyuntiva. ¿Cobrar o no cobrar por su aplicación de ahorro? Ruibal asegura que dudó y decidió lanzar su app sobre gasolineras de forma gratuita “porque España es un país donde es muy difícil vender aplicaciones: la gente se echaba las manos a la cabeza por los céntimos que había que pagar por WhatsApp”. Mientras tanto, Ignacio Pérez explica que en Neapp Soft están estudiando la posibilidad de hacer que Precio de la Luz tenga un modelo 'freemium' para cobrar por algunos servicios y herramientas concretos.

Quienes no se plantean cobrar por la descarga de su aplicación son los responsables de Fintonic. Con más de medio millón de descargas en Android, desde esta 'app' creada para facilitar a los usuarios la gestión de sus finanzas personales aseguran que “la aplicación es gratuita porque queremos que el máximo número de personas se beneficie de su utilidad”.

España es un país donde es muy difícil vender aplicaciones: la gente se echaba las manos a la cabeza por los céntimos que costaba WhatsApp

Fintonic, que está entre las diez aplicaciones más descargadas tanto para Android como para iOS según las analíticas de App Annie, también hace negocio a base de publicidad: la 'app' recomienda servicios o productos que, según sus responsables, pretender ser útiles para aquellos “usuarios que detectamos que tienen una necesidad o problemática latente”. Así, la publicidad personalizada para que los ciudadanos puedan tapar sus agujeros y manejar mejor sus ingresos (y, sobre todo, sus gastos) se convierte en el arma para hacer dinero gracias al ahorro de los demás.

Vendiendo 'hardware'

Quienes lo tienen más difícil, pero a la vez parecen tener un modelo de negocio mucho más claro, son esos proyectos que ponen a la venta algún dispositivo con el que medir mejor el consumo de agua o electricidad. Es el caso de Ôasys, un aparato que permite a los usuarios entender cómo usan el agua dentro de casa gracias a un sensor colocado en el tubo, una pantalla que muestra los datos de forma sencilla y una 'app' con la que configurar la herramienta y analizar a fondo la información desde el teléfono móvil.

Tras un 'crowdfunding' infructuoso, los fundadores de esta 'startup' española trabajan ahora en un dispositivo que sea más barato que el prototipo original. Así pretenden superar superar su principal problema: “En Europa, las facturas de agua son pequeñas y el dispositivo es caro. Lo teníamos que vender por cerca de 200 euros y por el ahorro casi no compensa”, admite Pep Viladomat, director de producto de la compañía.

No obstante, el ahorro de sus usuarios no es el único propósito de Ôasys, que también espera concienciar a los ciudadanos sobre el valor del agua. De hecho, vender el dispositivo a los usuarios de forma individual no es el objetivo de la compañía: “El negocio está en asociarse con compañías de agua, grandes empresas o incluso ayuntamientos interesados en que sus ciudades sean las más avanzadas a la hora de entender el consumo de agua”, explica Viladomat.

Ese es precisamente el modelo que busca Mirubee, otro aparato español de la internet de las cosas que permite hacer una radiografía del consumo energético de los hogares para planificar el ahorro.

Tal como nos cuenta Alex Barberá, fundador y CEO de la compañía, han vendido en un año 700 dispositivos (a razón de 119,5 euros cada uno). “Lo primero es gastarte un dinero y eso es una barrera”, explica. “Nosotros siempre explicamos que lo acabas amortizando, si no es en un año es en dos, aunque suele ser en el primer año”.

Así las cosas, ya sea por lo precario de la publicidad o por la barrera de entrada que supone vender un aparato que permite controlar nuestros gastos, lo cierto es que ayudar a ahorrar a los demás tiene dificultades para ser un verdadero negocio. Imposible, desde luego, no es: los hay que viven de ello y que lo hacen cada vez mejor. Los usuarios no podrán por menos que alegrarse: con estas fórmulas, todo el mundo gana.

Cuentan con cientos de miles de descargas en las tiendas de aplicaciones y su éxito no puede ser más lógico. No solo son herramientas gratuitas, lo que las hace ya interesantes de por sí, sino que además traen consigo una promesa con la que es sencillo persuadir a cualquiera: con estas 'apps', ahorrar en nuestras facturas es posible.

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