Es noticia
Xiaomi Mi5, análisis: una bestia por menos de 300 euros (con fallos de diseño)
  1. Tecnología
probamos el Mi4 y el mi4s

Xiaomi Mi5, análisis: una bestia por menos de 300 euros (con fallos de diseño)

Probamos el Mi5 y el Mi4S, dos terminales económicos con 'hardware' de alta gama pero diseño perezoso

Foto: (Foto: Zigor Aldama)
(Foto: Zigor Aldama)

Dos cosas sorprenden al sacar el Xiaomi Mi5 de su caja (bastante cutre, por cierto), una buena y otra mala: la primera es lo liviano que resulta, porque sus 129 gramos apenas se notan en la mano; la segunda, sin embargo, es el mal resultado que da el cristal utilizado en la tapa trasera, que parece plástico a primera vista, se llena de huellas con sólo mirarlo, y resbala. Cuesta entender que haya sido el material elegido después de que el fabricante chino haya optado por el metal incluso en los móviles de gama baja, porque no es un cristal noble que convence como el Gorilla Glass 2.5D utilizado en la trasera del OnePlus X, por ejemplo.

La edición Pro sí que utiliza un acabado cerámico que está a la altura de lo que se espera de la marca, pero Teknautas ha recibido una unidad de la edición intermedia, que viene equipada con 3GB de memoria RAM -que se antojan escasos para un buque insignia de 2016- y 64GB de memoria interna. También rechina, precisamente, que existan tres versiones de un mismo móvil cuando Xiaomi ya ha hecho una exhaustiva segmentación del mercado con un amplio catálogo de modelos entre los que sólo hay 30 o 40 euros de diferencia.

Una primera inspección del terminal, antes de encenderlo, también decepciona un poco. El diseño es perezoso: los bordes curvados de la parte trasera son calcados a los del Mi Note, y el frontal con el lector de huellas en un fino rectángulo redondeado recuerda en exceso a los Samsung Galaxy. Aunque Xiaomi nunca ha destacado por diseños atrevidos ni sofisticados, se esperaba más de un móvil que ha tardado año y medio en ver la luz. En cualquier caso, la sencillez de las líneas juega a su favor y el conjunto no resulta desagradable.

La cámara, un gran acierto

Afortunadamente para la marca de Pekín, lo mejor del Mi5 está en sus tripas. Y, sin duda, la cámara es uno de sus mayores aciertos. No tanto por la óptica que ha utilizado ni la resolución de su sensor, que también -16 megapíxeles son más que suficiente para casi todos los usuarios, y el objetivo con f 2.0 es muy luminoso-, sino por su magnífico estabilizador óptico de cuatro ejes. La razón: elimina a la perfección el tembleque de quienes tienen un pulso más bien malo, y eso permite tomar fotos nítidas cuando la velocidad de obturación es baja -sobre todo con poca luz-.

Pero donde más se nota el efecto positivo de este elemento es en el vídeo. Como se puede ver en la breve prueba que hemos hecho, el mecanismo logra más que mantener la imagen estable. También hace que los movimientos resulten mucho más fluidos, con un efecto similar al de contar con algún tipo de 'travelling' o estabilizador mecánico. El aparato se aprovecha también de un autofoco sensacional -aunque no cuenta con ayuda de un láser que le permitiría mejorar su eficiencia con poca luz- y logra que la transición de un plano a otro sea rápida y precisa. Como la mayoría de los buques insignia de las marcas que se precian, cuenta con resolución 4K y, además, permite hacer fotografías de 9 megapíxeles mientras se está grabando vídeo.

Los controles de la cámara, por si fuese poco, logran un buen equilibrio entre sencillez y posibilidades de personalización. En modo manual, por ejemplo, se pueden ajustar la sensibilidad -entre ISO 100 y 3.200-, la velocidad de exposición -entre una milésima de segundo y 32 segundos-, el enfoque, y el equilibrio de blancos. Ahí van un par de fotos tomadas con el Mi5: la calidad es sobresaliente para el precio de este terminal.

Una pena que no se pueda elegir la apertura, pero eso ya sería para matrícula de honor. Sí que incluye función de ‘timelapse’ y la posibilidad de hacer vídeo a cámara lenta -aunque los 120fps en 720p están todavía lejos de la capacidad de móviles como el Samsung Galaxy 7-. Sólo una pega con la cámara: su ubicación, en el extremo superior izquierdo, facilita que el dedo salga en la imagen.

Un móvil para gobernar tu casa

En cuanto al resto del ‘hardware’, bien. Cuenta con el nuevo chip de Qualcomm, el Snapdragon 820 -igual que el de los nuevos Samsung- que trabaja a una frecuencia máxima de 2,15 GHz., monta una pantalla de tamaño (extraño) de 5,15 pulgadas con resolución FHD, y 64GB de memoria interna -el PRO viene con 128GB- sin posibilidad de ampliación a través de tarjeta SD.

Xiaomi quiere construir el hogar inteligente dentro de su particular ecosistema, y lograr que el móvil sea el mando a distancia de nuestra vida

A quienes no estén acostumbrados a Xiaomi les sorprenderán algunos de los extras del aparato. Sobre todo el puerto de infrarrojos. Pero es uno de los grandes aciertos de la marca, y se echaba en falta en muchos de sus modelos. Al fin y al cabo, Xiaomi quiere construir el hogar inteligente dentro de su particular ecosistema, y lograr que el móvil sea el mando a distancia de nuestra vida. Así, la aplicación que sirve para conectar el móvil a la mayoría de los aparatos, independientemente de su marca, es muy práctica y supone una importante ventaja sobre sus competidores. Por último, también sorprende encontrar un barómetro en un terminal que, no se puede olvidar, cuesta sólo 2.299 yuanes (325 euros) -la versión estándar cuesta 1.999 y la PRO 2.499-.

Escáner, batería y sistema operativo

Entre los aspectos algo más negativos está el propio escáner de huellas digitales, que en algunas ocasiones no reconoce los dedos registrados. Quizá el hecho de que sea tan estrecho dificulte la lectura, pero lo cierto es que sale perdiendo frente a rivales como el Meizu PRO5 o el OnePlus 2.

En cuanto a la batería, incorpora una de 3.000 mAh. que, sobre el papel, se antoja un poco escasa. No obstante, quizá por la optimización de la capa MIUI -basada en Android 6-, lo cierto es que dura perfectamente un día completo con un uso moderado. Eso sí, los usuarios que no puedan dejar de toquetearlo necesitarán cargarlo a última hora de la tarde, lo cual supondrá tener que ir con un cable USB-C encima. La buena noticia está en su carga rápida, que logró completar un 56% de la capacidad en media hora durante la prueba hecha por Teknautas.

Finalmente, el sistema operativo. Personalmente, creo que MIUI es la mejor capa Android que existe, gracias a las posibilidades de personalización que ofrece. Además, es muy intuitiva. Pero no hay nada perfecto, y MIUI puede resultar algo complicado en un principio. Hay que acostumbrarse. Además, todavía no cuenta con idioma oficial en español, por lo que hay que buscar e instalar un parche si no se quiere utilizar en inglés. También está el inconveniente de que la versión china no incluye ningún servicio de Google, por lo que hay que instalar el ‘launcher’ de forma manual. Claro que eso se resolverá cuando se lance la versión internacional.

El necesario 4S

Aunque pasó casi desapercibido durante la presentación en Pekín del Mi5, Xiaomi lanzó ese día también una versión mejorada, y muy necesaria, de uno de sus móviles más vendidos: el Mi4. Curiosamente, algunas de sus especificaciones están a la altura de la versión estándar del Mi5: 3GB de RAM, 64GB de almacenamiento interno, una pantalla FHD -de 5 pulgadas-, y sensor de huellas dactilares.

Es cierto que el procesador es más lento -un Snapdragon 808-, la cámara tiene 3 megapíxeles menos y carece de estabilizador óptico y de grabación 4K, y la carga rápida de la batería -eso sí, más generosa con 3.260 mAh.- es una generación anterior y sólo carga el 40% en una hora. Pero, como les ha sucedido a muchos usuarios, el diseño me resulta más sólido. Y el precio es más asequible (1.699 yuanes, 235 euros).

Cuesta entender las razones de esta competición caníbal que se abre entre el Mi5 y el Mi4S, sobre todo porque muchos apuntan a una victoria del segundo

Cuesta entender las razones de esta competición caníbal que se abre entre el Mi5 y el Mi4S, sobre todo porque muchos apuntan a una victoria del segundo. Más que nada porque se espera la llegada del sucesor del Mi Note Pro, o sea, del tope de gama de Xiaomi. De esta forma, quien quiera estar a la última en tecnología puede que decida esperar, mientras que los usuarios que más atención prestan al precio pueden decantarse por el Mi4S, que ya es un terminal formidable.

Sin duda, esta versión logra actualizar el Mi4, que daba la sensación de haberse quedado obsoleto, sobre todo porque ni el primer aparato ni las posteriores versiones Mi4i (internacional) y Mi4C incluían un sensor de huellas, que, como reconoce la propia Xiaomi, se ha convertido ya en exigencia estándar de los usuarios chinos. Ahora, no obstante, el nuevo modelo amplía su ciclo de vida. Además, de forma extraña, el Mi4S supera al Mi5 en la resolución de su cámara secundaria, la de los selfies: 5 megapíxeles frente a 4 -aunque con un mayor tamaño de cada píxel-. De esta forma, el Mi4S parece más adecuado para la mayor parte de los usuarios, mientras que el Mi5 sin duda hará las delicias de quienes sepan sacarle todo el jugo a su cámara.

Dos cosas sorprenden al sacar el Xiaomi Mi5 de su caja (bastante cutre, por cierto), una buena y otra mala: la primera es lo liviano que resulta, porque sus 129 gramos apenas se notan en la mano; la segunda, sin embargo, es el mal resultado que da el cristal utilizado en la tapa trasera, que parece plástico a primera vista, se llena de huellas con sólo mirarlo, y resbala. Cuesta entender que haya sido el material elegido después de que el fabricante chino haya optado por el metal incluso en los móviles de gama baja, porque no es un cristal noble que convence como el Gorilla Glass 2.5D utilizado en la trasera del OnePlus X, por ejemplo.

MI5
El redactor recomienda