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Tranquilo, Ramsey, tus goles no matan a nadie
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cada vez que marca fallece un famoso

Tranquilo, Ramsey, tus goles no matan a nadie

Cada vez que el mediocentro galés anota un tanto, las redes sociales se preguntan quién morirá a continuación. Los culpables son la estadística... y nuestro cerebro

Foto: Aaron Ramsey celebra un gol junto a Alexis. (Reuters)
Aaron Ramsey celebra un gol junto a Alexis. (Reuters)

Cada vez que el mediocentro del Arsenal Aaron Ramsey marca un gol, el mundo tiembla. Todo comenzó el 2 de mayo de 2011, cuando Osama bin Laden moría el día después de que el jugador anotara un tanto. Desde entonces, el patrón se ha repetido: Robin Williams, Whitney Houston y Steve Jobs son algunos de los caídos por obra del galés. En 2016, la llamada 'maldición de Ramsey' ha resucitado, para desgracia de famosos como David Bowie, Alan Rickman y Nancy Reagan.

El jugador de fútbol puede descansar tranquilo. Detrás de su maldición tan sólo hay estadística y la curiosa manía de nuestro cerebro por recordar sólo lo que le interesa. Si tomamos el Libro mundial de hechos que publica cada año la CIA, cada día mueren más de 150.000 personas en el mundo. Las muertes de famosos que copan las portadas de los periódicos no son tan frecuentes, pero estas cifras permiten deducir que cada día mueren figuras conocidas, como demuestra una breve visita a las efemérides de la Wikipedia. El fallecimiento de Nancy Reagan, por ejemplo, estuvo acompañado de los del inventor del mail, Ray Tomlinson y el director de orquesta Nikolaus Harnoncourt.

Ramsey ha disputado más de doscientos partidos y marcado casi sesenta goles desde su debut. Si miramos a partir de la temporada 2010-2011, en la que comenzó la maldición, los tantos se reducen a veinticinco. Si tenemos en cuenta que los goles pueden tardar en 'hacer efecto' —el futbolista anotó el 2 de octubre de 2011, pero Steve Jobs falleció tres días después— lo difícil sería que no falleciera nadie.

Cada día mueren más de 150.000 personas en el mundo, por lo que es difícil que no muera alguien conocido casi a diario

El último responsable del efecto Ramsey, junto a las matemáticas y al amor humano por las casualidades, es nuestro propio cerebro. Este órgano ha evolucionado para almacenar información de forma selectiva y detectar patrones. El conocido como 'sesgo de confirmación' es la tendencia a favorecer la información que confirma las creencias personales, sean políticas o mágicas. Este fenómeno en nuestra memoria es el verdadero origen de la percepción extrasensorial. Cuando pensamos en nuestra pareja y en ese momento nos llama, quedamos impresionados por la casualidad, obviando las cien ocasiones en las que esto no sucedió.

Lo mismo sucede cuando el galés marca sin consecuencias. De los casi sesenta tantos de su carrera, 'sólo' se ha producido la maldición de Ramsey en diecinueve ocasiones. En algunos casos, como el de Steve Jobs y Rafael Videla, pasaron tres días entre gol y fallecimiento, lo que facilita todavía más la maldición. Quizá la próxima vez que el futbolista anote no muera nadie, pero nuestra mente lo olvidará para fijarse en la próxima coincidencia. Con más de 7.000 millones de personas en la Tierra y una población cada vez más envejecida en los países desarrollados, lo difícil sería que no ocurriera.

Cada vez que el mediocentro del Arsenal Aaron Ramsey marca un gol, el mundo tiembla. Todo comenzó el 2 de mayo de 2011, cuando Osama bin Laden moría el día después de que el jugador anotara un tanto. Desde entonces, el patrón se ha repetido: Robin Williams, Whitney Houston y Steve Jobs son algunos de los caídos por obra del galés. En 2016, la llamada 'maldición de Ramsey' ha resucitado, para desgracia de famosos como David Bowie, Alan Rickman y Nancy Reagan.

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