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"Las empresas alimentarias infunden el miedo a la química para vender"
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José manuel lópez nicolás, autor de scientia

"Las empresas alimentarias infunden el miedo a la química para vender"

Cremas de belleza con ADN vegetal, yogures que eliminan el colesterol, productos sin conservantes... ¿Qué dice la ciencia sobre el 'marketing' que reina en ciertos sectores?

Foto:  Supermercados, anuncios de televisión y revistas nos asedian con productos milagrosos.
Supermercados, anuncios de televisión y revistas nos asedian con productos milagrosos.

Supermercados, anuncios de televisión y revistas nos asedian con cremas cuyo ADN vegetal y rayos bioinfrarrojos prometen la eterna juventud. O yogures que eliminan el colesterol de nuestras arterias para convertirnos en atletas. O alimentos "sin porquerías" que dan a entender que los demás están repletos de excrementos. Un aura de legitimidad científica envuelve a las industrias alimentaria y cosmética, pero ¿son ciertas sus aseveraciones o es puro 'marketing? El químico e investigador de la Universidad de Murcia José Manuel López Nicolás lleva cinco años luchando desde su blog Scientia para exponer qué dice la ciencia, al margen de tergiversaciones y campañas publicitarias, de estos productos. En su nuevo libro 'Vamos a comprar mentiras' desentraña los misterios de las bebidas energéticas, los tratamientos de belleza y los alimentos funcionales con un lenguaje claro y divulgativo.

Lo mejor que puede pasarte con la pseudociencia es que te estafe, y lo peor es que además te mate

"En España la gente tiene una buena percepción de la ciencia, pero algunas empresas lo aprovechan para rodear su publicidad de jerga científica que atraiga al consumidor aunque no haya rigor detrás", explica López a Teknautas. El investigador reconoce que como cliente le fastidia que le tomen el pelo, pero sobre todo "que se utilice la ciencia como un arma para confundir a la gente". Es lo que ha bautizado como "'marketing' pseudocientífico", especializado en aprovechar el respeto que infunde la ciencia al público. "Las empresas lo saben, por eso salen tíos con bata en la televisión".

'Vamos a comprar mentiras' denuncia lo que López considera publicidad engañosa. "Nueve de cada diez empresas de cosméticos te toman el pelo... y también la cartera", asegura en un capítulo. Así, los mitos sobre el colesterol, la comida nanotecnológica, el revidox y el vino llenan las páginas de un trabajo de documentación para todos los públicos.

La situación de estos sectores ha provocado, según López, una contradicción no exenta de ironía. Por un lado las empresas "provocan temor sobre ciertos ingredientes que no tienen riesgos". Se refiere a los famosos conservantes, colorantes, aditivos, parabenos y demás sustancias aceptadas por las autoridades sanitarias que evitan que la comida se estropee. Por el otro, las compañías alimentarias y cosméticas son "las que más química utilizan en sus productos". En otras palabras: "Infunden el miedo a la química para vender". Este rechazo, bautizado por algunos como 'quimiofobia', está tan instalado en la sociedad que el investigador lo considera muy difícil de derribar.

Sin conservantes ni colorantes

El autor de 'Vamos a comprar mentiras' se confiesa sorprendido ante las campañas "agresivas" contra aditivos y parabenos. "Por ley no puedes denigrar un producto aceptado por Sanidad, pero todo el mundo lo hace", asegura. ¿Puede existir un producto sin conservantes? López ríe al escuchar la pregunta: "Los de 'marketing' hilan muy fino". El truco consiste en emplear, por ejemplo, un acidulante que baje el pH y por lo tanto actúa como conservante. "Pero como no está en esa categoría no se infringe la ley al decir que no los tiene, aunque haga el mismo efecto", comenta antes de recordar que estas sustancias aprobadas no suponen un riesgo para la salud en las dosis recomendadas.

Según López, el "'marketing' pseudocientífico" aprovecha el respeto que infunde la ciencia como herramienta para confundir al público

López no se muerde la lengua a la hora de señalar a los culpables, que van más allá de las empresas sin tampoco disculparlas. Fundaciones "obsoletas" que dejan entrar a las compañías, administraciones "que miran hacia otro lado" y medios de comunicación que "exageran la realidad" no escapan a su juicio. Los propios científicos juegan en ocasiones un papel negativo por "avalar productos que no tienen ningún sentido". Todo ello, sin olvidar la parte de responsabilidad de los consumidores.

El químico defiende que los consumidores no tienen por qué saber de química, nutrición o biología. "Ven una etiqueta y esperan que sea verdad porque se supone que detrás hay un control". El problema, en su opinión, es que no reclamen cuando les engañan. ¿Legislar o educar? Ambas: "De nada sirve escribir un libro y dar conferencias desmontando un producto si al mismo tiempo se vende fuera". López explica que la normativa deja resquicios por los que se cuelan las empresas para evitar las acusaciones de publicidad engañosa: "Su 'leitmotiv' es usar la ciencia como herramienta de confusión". López confiesa orgulloso que algunas de estas compañías han cambiado sus métodos publicitarios o al menos debatido estos asuntos con él.

Consecuencias para el bolsillo... y la salud

El uso de biotecnología en alimentación "es como nombrar al diablo", pero con la industria cosmética sucede lo contrario. Palabras como genes y ADN acaparan los eslóganes. López bromea sobre cómo una crema de belleza que modifica los genes para no envejecer "sí que mola", mientras que con un tomate transgénico sucede lo contrario.

Los culpables, según el investigador, van desde las empresas y administraciones a los propios científicos y consumidores

El investigador lamenta que el panorama del sector cosmético sea peor que el de la alimentación, pues sí existe una legislación "nueva, estricta y con menos lagunas, pero que nadie cumple". "¿Cómo pueden publicitar cremas con rayos bioinfrarrojos si hay una ley que dice que para ello hace falta una contrastación científica? ¿Dónde está la Administración para retirarlos?", se pregunta. El problema es que, a pesar de la normativa, sólo se controla que estos productos no sean tóxicos, pero no si el ADN vegetal tiene algún beneficio sobre la piel.

"Lo mejor que puede pasarte con la pseudociencia es que te estafe, y lo peor es que además te mate", es una frase que a López le gusta repetir. Por ejemplo, el Libro Blanco de la Nutrición en España dice que la proliferación de mensajes publicitarios no basados en el rigor científico puede dar lugar a situaciones de malnutrición. El químico comenta la ironía de que una única sardina tenga más fósforo que tres cajas de complementos... que valen cien veces más. También señala otros casos perjudiciales como las bebidas energéticas, "que equivalen a tomar doce sobres de azúcar".

No es la única consecuencia peligrosa que tiene el 'marketing' pseudocientífico. López teme que abusar de este tipo de eslóganes inmunice al consumidor, no contra el colesterol o el envejecimiento, sino contra el valor de la ciencia. Por eso la misión de este químico murciano es ilustrar al consumidor. "Si después de leerlo quieres seguir tomando carnitina y taurina perfecto, pero al menos sabrás lo que dice la ciencia al respecto". Si vamos a comprar mentiras es mejor que sea una decisión informada.

Supermercados, anuncios de televisión y revistas nos asedian con cremas cuyo ADN vegetal y rayos bioinfrarrojos prometen la eterna juventud. O yogures que eliminan el colesterol de nuestras arterias para convertirnos en atletas. O alimentos "sin porquerías" que dan a entender que los demás están repletos de excrementos. Un aura de legitimidad científica envuelve a las industrias alimentaria y cosmética, pero ¿son ciertas sus aseveraciones o es puro 'marketing? El químico e investigador de la Universidad de Murcia José Manuel López Nicolás lleva cinco años luchando desde su blog Scientia para exponer qué dice la ciencia, al margen de tergiversaciones y campañas publicitarias, de estos productos. En su nuevo libro 'Vamos a comprar mentiras' desentraña los misterios de las bebidas energéticas, los tratamientos de belleza y los alimentos funcionales con un lenguaje claro y divulgativo.

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