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La tecnología que ha hecho posible el histórico descubrimiento de las ondas gravitacionales
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La tecnología que ha hecho posible el histórico descubrimiento de las ondas gravitacionales

Existen. Las ondas gravitacionales, esa pieza del puzle que abre nuevas puertas a entender el origen y evolución del universo, existen de verdad. Científicos del Observatorio de

Existen. Las ondas gravitacionales, esa pieza del puzle que abre nuevas puertas a entender el origen y evolución del universo, existen de verdad. Científicos del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), en EEUU, lo han confirmado esta semana en un hallazgo histórico, el más importante de los últimos años y que, casi con toda seguridad, será recompensado con el Nobel de Física.

La existencia de las ondas gravitacionales ya era aceptada (Einstein habló de ellas por primera vez hace 100 años), pero no se habían observado de forma directa hasta ahora. Y lo fascinante del descubrimiento no es solo lo que permitirá (entender por fin muchos fenómenos cósmicos como los agujeros negros o el propio origen del universo), lo impresionante también es cómo se ha logrado: con una tecnología puntera capaz de captar variaciones espacio-temporales de hasta una diezmilésima parte del diámetro de un átomo. 

Eso es justo lo que ha hecho el observatorio LIGO, compuesto de dos laboratorios ubicados en EEUU, uno en el estado de Washington y otro en la localidad de Livingston, Louisiana. La estructura de ambos es idéntica: dos brazos en forma de "L" de 4 kilómetros de longitud cada uno. Cubiertos de una carcasa de cemento y acero, en su interior albergan espejos e instrumentos ópticos capaces de medir ondas mediante láser con una precisión jamás conseguida hasta ahora.

El LIGO comenzó a operar en el verano de 2002 como una colaboración de los institutos tecnológicos de California (Caltech) y Massachusetts, (MIT). En este proyecto han trabajado más de 1.000 investigadores de 15 países, incluido España. Han necesitado quince años de trabajo y 620 millones de dólares para lograr su objetivo. La espera ha merecido la pena.

Existen. Las ondas gravitacionales, esa pieza del puzle que abre nuevas puertas a entender el origen y evolución del universo, existen de verdad. Científicos del Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), en EEUU, lo han confirmado esta semana en un hallazgo histórico, el más importante de los últimos años y que, casi con toda seguridad, será recompensado con el Nobel de Física.