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José Andrés Díez: el hombre al que aman (y odian) todos los taxistas de España
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LUCHÓ CONTRA UBER Y BLABLACAR, PERO AHORA ESTÁ CON CABIFY

José Andrés Díez: el hombre al que aman (y odian) todos los taxistas de España

Al principio ayudó a los taxistas y consiguió cerrar Uber, luego apoyó a Confebus en su lucha con Blablacar... Sin embargo, ahora este abogado asesora a Cabify, algo que ha cabreado a los taxistas

Foto:  El abogado José Andrés Díez Herrera entre un coche de Cabify y un taxi. (Enrique Villarino)
El abogado José Andrés Díez Herrera entre un coche de Cabify y un taxi. (Enrique Villarino)

Casi nadie fuera de su sector lo conoce, pero este hombre ha sido vital en los tres juicios de economía colaborativa más importantes que ha habido en España: el de la Asociación Madrileña del Taxi contra Uber, el de Confebus contra Blablacar y el de la Federación Profesional del Taxi de Madrid contra Cabify.

Sin embargo, lo más llamativo es que no siempre ha estado en ‘el mismo bando’: así como en el de Uber estuvo asesorando a los taxistas y en el de Blablacar a la patronal de autobuses, en el de Cabify las tornas han cambiado, ya que José Andrés Díez Herrera, abogado especialista en transporte, ha prestado su apoyo a la aplicación en la lucha legal que mantiene contra los propios taxistas.

Una postura que, más allá del legítimo derecho de cualquier abogado a asesorar al cliente que le pague, plantea un interesante dilema en cuanto a la postura de este letrado frente a estos casos y frente al auge de la economía colaborativa en general.

Pregunta: Consiguió que Uber cerrase de manera cautelar y se puso a los taxistas de su parte, pero ahora resulta que es a Cabify a quien asesora en su batalla contra el mismo gremio. Que yo me entere: ahora, entonces, ¿los taxistas le aman o le odian?

Respuesta: (risas) Bueno, ni una cosa ni la otra. Esto va por etapas: un día estás arriba y otro estás abajo, no hay más. En eso les caeré bien, pero cuando digo que hay que liberalizar el sector ya les caigo mal.

P: Seamos conspiranoicos: cuando consiguió que cerrara Uber, ¿no le llamaron de la propia aplicación para que les asesorara a ellos?

R: No, no, qué va. Alguno ha dicho que sí, pero no es cierto.

P: Muy grosso modo, ¿qué diferencias hay entre Uber y Cabify para que una cierre cautelarmente y la otra no?

R: Cabify cumple la legislación, pero Uber no la cumplía. Cabify tiene a conductores dados de alta y con licencias VTC, mientras que Uber no tenía nada. De hecho, Uber ya ha anunciado que va a volver a España, pero con licencias VTC, que es como tendría que haberlo hecho desde el principio.

Además, es que en 2013 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ya dijo que Cabify no les hacía competencia desleal a los taxis. Y aún queda la demanda principal, pero veo muy complicado que Cabify cierre. Los taxistas tienen una posibilidad entre cien.

P: Es muy frecuente ahora entre muchas startups decir que hacen economía colaborativa. ¿Se nos ha ido un poco la olla con este término? ¿Estamos ante una gran oportunidad? ¿O ante una excusa para que las apps no paguen impuestos y precaricemos el empleo?

R: Se nos ha ido un poco, sí. No todo es economía o consumo colaborativo, pero el término está muy de moda. Y a río revuelto, ganancia de pescadores. Yo creo que todas estas cosas necesitan un mínimo de regulación. Y seguramente venga de la Unión Europea, ya que en España el Estado no se ha atrevido a dar los pasos, no ha hecho absolutamente nada.

Con la excusa de la economía colaborativa, ahora hay mucho 'espabilao' defraudando

Y debería hacerlo, ¿eh? Date cuenta de que esto de la economía colaborativa no es sólo el transporte: estamos hablando de hospedaje, de restauración… va mucho más allá. Y con la excusa de la economía colaborativa, ahora mismo en España se están haciendo muchas cosas que de economía colaborativa no tienen nada. En el fondo es un fraude para que un espabilao rentabilice una idea en detrimento de un interés general como es la economía.

P: Póngame algún ejemplo.

R: (risas) Hombre, un ejemplo con nombres no te voy a poner. Mira, piensa una cosa. Yo conozco una empresa española que te permite alquilar tu coche a una persona si tú vas de copiloto. Eso es economía colaborativa. También es economía colaborativa si un grupo de personas que viven fuera de Madrid se van turnando para venir todos en un solo coche.

Pero, ¿y si viene un cocinero a tu casa a cocinar para ti y tus amigos y le pagáis en negro? ¿Es eso economía colaborativa? Me da igual que cobre muy poco, no puede cobrar ni un solo céntimo. ¿Es economía colaborativa tener un profesor particular y que no declare esos ingresos? Claro que no.

P: ¿Dónde está la raya, entonces?

R: En el cumplimiento de la normativa que esté vigente. Economía colaborativa es cuando varias personas en común se prestan servicios o bienes con una finalidad. Pero cuando hay unas normas –buenas, malas o regulares– que te están diciendo cómo tienes que funcionar, no podemos llamarlo economía colaborativa.

No puedes poner puertas al campo ni vivir en el siglo XIX, pero tiene que haber regulación

Y la normativa se puede cambiar, ojo, que no podemos anclarnos en el tiempo y seguir en el siglo XIX, evidentemente, pero hay que cumplir la ley.

P: Muchas startups dicen que habría que ‘relajar’ la ley o directamente cambiarla para permitir la llamada economía colaborativa. ¿Tienen razón? ¿Está la ley desactualizada frente a este tipo de prácticas que –queramos o no– cada vez son más comunes?

R: Yo creo que no se puede poner puertas al campo, pero también tiene que haber un mínimo de regulación. Y, sobre todo, que la economía colaborativa no sirva para que no se tribute en Hacienda ni para que se deje de pagar impuestos.

P: Ya, pero hombre, habrá mucha gente que no gane casi dinero con esto. Si acaso, se lo ahorrarán, pero (casi) nadie se va a sacar un sueldo.

R: Pero es que aquí tenemos un problema. Partiendo de que no puedes ponerle puertas al campo (porque te repito que eso lo comparto), ¿cómo regulas que un transportista pague sus impuestos, consiga una licencia, cotice a la Seguridad Social… y otro no pague nada de nada o pague muy poco? ¿Cómo combinas eso?

P: ¿Y no nos habremos pasado con los requisitos que les pedimos a los transportistas o al resto de profesiones que puedan verse afectadas por aplicaciones de este tipo? Es decir, ¿no les habremos puesto unas barreras de entrada demasiado altas?

R: Totalmente, por supuesto que se les ha puesto unas barreras de entrada muy altas. A los taxistas y a muchas otras profesiones. Si te pones a pensar en las profesiones que pueden verse afectadas por lo que llaman economía colaborativa… la mayoría tienen unas barreras de entrada mucho más altas que el que lo hace sin pagar impuestos.

P: ¿Qué sentido tiene que un taxista pueda pagar hasta 150.000 euros por una licencia, cuando no es una profesión que le vaya a hacer precisamente rico?

R: No tiene ningún sentido, pero date cuenta de una cosa: quienes se quejan de esas barreras de entrada tan altas son los que quieren entrar en el sector y no pueden, no los que ya están dentro. Si ya estás dentro y ya has pagado, no quieres que se bajen esas barreras. Aquí cada uno se protege a sí mismo.

P: Y ahora se mete con los taxistas. No deja títere con cabeza...

R: Mira, a mí me critican los taxistas porque digo que el sector no ha evolucionado, cuando yo mismo vengo de familia de taxistas, conduje un taxi 13 años y estudié ahí la carrera. Pero es que el taxi no ha evolucionado, de verdad te lo digo. Tú quita el coche que usan ahora los taxistas y ponles un carro de caballos: si haces sólo ese cambio, ¿ha evolucionado el taxi desde el siglo XIX? Ojo, que se han introducido aplicaciones, sí, pero la mentalidad no ha evolucionado.

Los taxistas no evolucionan; con la licencia están comprando un puesto de trabajo

El taxi necesita una evolución. El problema del taxi es que mucha gente compra una licencia y, con ella, está comprando un puesto de trabajo. Eso significa que cualquier modificación que tú quieras hacer no va a salir adelante. Y como las administraciones no quieren líos, protegen a los taxistas.

Yo creo que el transporte tiene que estar mucho más liberalizado. Y eso no significa que no cumplas con tus cotizaciones, pero yo no veo normal que un señor quiera comprar una licencia de taxi y, como están contingentadas y no se dan más, tenga que gastarse el dinero que le pida otro taxista en ese momento. ¿Eso es normal?

P: Entonces, ¿tiene que haber más licencias?

R: No tiene por qué, basta con que sean temporales. Que cuando te jubiles, vuelvan a la administración. Pero claro, eso es tirar piedras contra el tejado de uno, eso es que me apedreen mañana en la calle.

El problema es que ningún Gobierno en España se ha atrevido con este tema, porque se dejan mover por los lobbies de presión. El PP, por ejemplo, no ha hecho nada por el transporte en España. ¿Tú ves normal que tengamos una ministra de Fomento como Ana Pastor? ¿A ti te parece normal que una señora que con Aznar fue ministra de Sanidad –porque ella es médico– ahora lo sea de Fomento? No me malinterpretes el ejemplo, pero, ¿qué tienen que ver los preservativos con las vías del AVE?

Nadie en España se atreverá a legislar esto, todos se mueven por presiones


Pero que el PSOE hizo lo mismo con Zapatero, ¿eh? Nada. Y con Ciudadanos pasará lo mismo. Es lo que tenemos. Y un Gobierno tiene que estar ahí para legislar, pero ninguno lo va a hacer, porque tendrán miedo de que les perjudique. El interés general les da igual a todos, se mueven por presiones.

P: ¿Y cómo legislamos eso? ¿De verdad alguien se va a poner a legislar que un tipo se ponga a vender muebles de segunda mano o que un cocinero en paro vaya a una fiesta a cocinar y se le pague en negro?

R: Esas cosas van a seguir pasando, eso está claro. Ha pasado siempre y no va a dejar de pasar.

P: ¿Cómo legislamos entonces este tipo de cosas?

R: Es que dependerá de cada sector y de cada actividad. Vuelvo a lo de antes: ¿qué es la economía colaborativa? Es que muchas empresas no hacen más que decir “hay que legislar la economía colaborativa” o “hay que liberar la economía colaborativa”, pero eso es no decir nada.

La economía colaborativa no es nada como tal, no es un sector, son muchos. Si hablamos de transporte, habrá que ver si hay que cambiar (o no) las leyes de transporte; si hablamos de hospedaje, las de hospedaje; si hablamos de hostelería, las de hostelería… Es que son muchos sectores, la ‘economía colaborativa’ no es un sector en sí mismo, por mucho que algunos quieran venderlo así.

P: Acabamos la entrevista… y me quedo casi igual que al principio, la verdad.

R: Es que así es como estamos todos. El problema es que aquí nadie legisla. España ha hecho lo mismo que otros países: lavarse las manos, derivar estos casos a Europa y quitarse de problemas.

P: ¿Y será la Unión Europea la que acabe legislando sobre estos asuntos?

R: Sin duda, casi ningún país está siendo valiente a la hora de legislar. Al final tendrá que ser la Unión Europea la que haga la ley y la que diga qué es legal, qué es ilegal, qué es economía colaborativa, qué no es economía colaborativa...

Casi nadie fuera de su sector lo conoce, pero este hombre ha sido vital en los tres juicios de economía colaborativa más importantes que ha habido en España: el de la Asociación Madrileña del Taxi contra Uber, el de Confebus contra Blablacar y el de la Federación Profesional del Taxi de Madrid contra Cabify.

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