Los drones con sello español despegan con éxito desde la Politécnica

Empezaron programando para la banca y han terminado surcando los cielos. Poco podían imaginar los hermanos Gómez Pérez haca casi diez años que su incursión como emprendedores en el desarrollo de software para compañías financieras con Factoría Etsia terminaría por todo lo alto. Sin embargo, su pasión por los aviones hizo el resto y allá por 2008 surgió Unmanned Solutions, la marca con la que se iniciaron en exclusiva a los aviones no tripulados, popularmente conocidos ya como drones.

La inspiración surgió en la Universidad Politécnica de Madrid, donde trabajan como profesores e investigadores. El reto fue conseguir hacer de una investigación universitaria un proyecto empresarial viable. Comenzaron con la inversión mínima y fueron financiando el negocio con los recursos que generaba la propia compañía. “Nunca repartimos dividendos sino que fuimos reinvirtiendo en desarrollar la empresa y hacerla crecer”, recuerda Ignacio Gómez Pérez, alma mater de la compañía.

Pese a la modesta dimensión de su proyecto empresarial, su primer cliente fue nada menos que el Banco Santander, para quien crearon un algoritmo de dibujo de grafos. El puente entre empresa y universidad resultó fundamental, ya que el conocimiento científico de investigadores y profesores en productos informáticos terminó en las entrañas de un banco. “Esta compañía permite salvar la grieta que hay entre el conocimiento teórico de la universidad para que sea aplicable a corto plazo a las empresas”.

El mundo de los drones

Si el primer paso emprendedor estuvo ligado al mundo del desarrollo de software, los hermanos soñaron con otro reto para dar su segundo paso. “Al final, nosotros somos ingenieros aeronáuticos y lo que nos tira son los aviones”, relata uno de los socios. “Decidimos invertir en una tecnología que en el año 2008 empezaba a ponerse de moda, los aviones no tripulados”. Y así fue como tras una breve investigación descubrieron la oportunidad de negocio que habìa en ese sector, muy poco desarrollado entonces en España.

Y también en este segundo proyecto, los hermanos ingenieros debutaron trabajando para los más grandes. El primer encargo de Unmanned Solutions fue con la filial española de Boeing, para quien desarrollaron dos unidades de ala fija que permitiera a la compañía realizar ensayos en vuelo para su proyecto Atlantia. Un debur prometedor que más adelante hizo que Airbus, el otro gigante de la industria aeroespacial, también se sumara al carro de clientes, interesado en testar ciertas tecnologías en vuelo.

A pesar del furor comercial de los drones, la gama de aviones no tripulados es muy amplia. Más allá del formato “juguete” hay una categoría de productos profesionales alejados del gran público de usos inimaginables. “Fabricamos en fibra de carbono y en aleaciones de aluminio de alta calidad. Son materiales y procesos de fabricación terriblemente costosos”.

Los usos de estas unidades y los acuerdos que tiene firmados la empresa son cuanto menos interesantes. “Dependiendo de la categoría en la que se encuentre el avión, se designará a una cosa u otra”, dice Ignacio Gómez. Los modelos inferiores a 20 kilos se pueden vender y destinar a aplicaciones comerciales civiles. Las unidades superiores a ese peso se utilizan en misiones militares o gubernamentales (policía, control de fronteras, seguridad a nivel de protección civil…).

Uno de los usos más comentados de los drones tiene que ver con su irrupción en el transporte de mensajería. Mientras el gigante Amazon ha sido el encargado de abrir el camino, la española Unmanned Solutions ha firmado ya un proyecto piloto con la pública Correos para llevar a cabo el transporte de cartas y paquetes a pueblos aislados en la montaña por la nieve, con aparatos multicóptero de 4 o 8 rotores.

Otro de los sectores con interés por adentrarse en esta tecnología es el mundo de la seguridad, como demuestra la relación que ha establecido con el grupo Eulen, su último gran cliente. Esta empresa ha optado por utilizar los aviones no tripulados para la vigilancia de unidades críticas, sobre todo en centrales nucleares, gracias al equipamiento de los dispositivos con cámaras térmicas.

Pese al éxito actual, Unmmaned Solutions afronta retos en su desarrollo como la autonomía en las unidades pequeñas y la legislación en el caso de las unidades no tripuladas de gran tamaño. “La legislación actual impide que los drones vuelen por encima de aglomeraciones de personas o a más de 120 metros de altura, ya que se considera Espacio Aéreo Controlado". Tampoco está clara la certificación de aeronabegabilidad. “Es como la ITV de los coches, pero esta certificación normalmente se obtiene con un piloto montado en la nave”.

Digitalización

El próximo gran paso de este pujante proyecto se dirige hacia la industrialización. De momento, la fabricación es muy costosa, al tratarse de una fase casi artesanal. Ignacio Gómez Pérez reconoce que “hace falta establecer una cadena de suministro y pasar a un desarrollo industrializado para fabricar más barato y más deprisa”. Y en ese contexto, toda nueva empresa necesita una estrategia digital. “Las empresas creadas por ingenieros suelen ser un desastre en este sentido, pero las cosas hay que venderlas, por muy buenas que sean todas, hay que venderlas”.

Y para iniciarse en este nuevo reto, han confiado en terceros para iniciarse en esta nueva fase empresarial. “La iniciativa de Bankia Índicex nos ha servido para darnos cuenta de que no teníamos presencia online y estábamos mal situados”, reconoce el socio de Factoría Etsia. Actualmente, están inmersos en pleno proceso de digitalización y reciben mas peticiones de información de Latinoamérica o países árabes que antes no recibían. Y eso que hace diez años estaban en las aulas de la Universidad Politécnica.