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Nostalgia, 'crowdfunding' y Tim Schafer: así sobreviven las aventuras gráficas de los 90
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Y no es gracias al grog

Nostalgia, 'crowdfunding' y Tim Schafer: así sobreviven las aventuras gráficas de los 90

El creador de Grim Fandango y Broken Age asiste al festival Fun&Serious que cierra hoy sus puertas en Bilbao, donde ha recibido un premio honorífico a toda su carrera

Foto: Tim Schafer durante su intervención en el Fun
Tim Schafer durante su intervención en el Fun

"¿Alguna vez has probado el grog?". Cuando Tim Schafer oye la pregunta abre mucho los ojos: "Claro que no, los ingredientes podrían matarte", exclama antes de comenzar a reír. En el universo de Monkey Island que este diseñador de videojuegos estadounidense ayudó a crear, la bebida contiene ácido sulfúrico, acetona, ácido para baterías y pepperoni, entre otras lindezas.

Bromas aparte, Schafer es uno de los mejores narradores de la industria, gracias a historias inolvidables que tienen lugar en mundos plagados de humor. El desarrollador estadounidense ha intervenido en la última edición del festival Fun&Serious celebrado en Bilbao, donde también ha recibido un premio a toda su trayectoria, para dejar bien claro que las aventuras gráficas todavía no han muerto. Y que la chufla es lo primero.

El humor es marca de la casa en los universos de Schafer. Tim no sólo considera que es importante, sino que “está muy infravalorado”. En un festival llamado Fun&Serious, el estadounidense encarna a la perfección la primera parte, la diversión. “Hay un lugar para todo y también se puede explorar la parte oscura del ser humano, pero a mí me gusta ir a lugares como los de los juegos de cuando era pequeño. Coloridos, brillantes y expresivos”.

Teknautas sube al escenario con Tim para entrevistar en directo a una leyenda de los 90 ante un auditorio repleto de jóvenes y universitarios. Inmediatamente surge la duda: ¿Sabrá esta gente quién es Guybrush Threepwood y para qué sirve el pollo de goma con polea en medio? Y tanto que lo saben. Aplauden a rabiar, conscientes de que se encuentran ante alguien que ha logrado que sus juegos interesen a las nuevas generaciones. En una industria donde muchos buenos juegos envejecen mal, Grim Fandango sigue divirtiendo desde los móviles con su remasterización. Y pronto ocurrirá lo mismo con El día del tentáculo, cuya versión renovada verá la luz en 2016.

La tecnología es sólo otra herramienta más para contar historias

¿Por qué nos gustan tanto los videojuegos antiguos? "No creo que las aventuras gráficas sean mejores o cuenten mejores historias que los juegos de hoy, simplemente eran diferentes". Schafer rememora la emoción de enfrentarse a uno de estos juegos sin pistas ni ayuda, cuando hoy nuestro smartphone puede chivarnos todos los secretos de Monkey Island en unos segundos. Por ese motivo, "antes se pensaba más".

En una industria con la mirada puesta en la realidad virtual y las nuevas tecnologías, Tim (y otros desarrolladores) han sabido sacar partido a un sentimiento tan humano como inevitable: la nostalgia. Un auténtico mercado en el que los desarrolladores independientes intentan que sus juegos huelan a ochentero, y las grandes compañían sacan remasterizaciones y remakes de sus grandes éxitos pasados.

Pero Schafer intenta demostrar que las aventuras gráficas siguen muy vivas y no sólo en forma de remasterizaciones. Aunque su edad de oro haya pasado. Broken Age, el primer videojuego de este género que Tim desarrolla en 16 años, es la prueba. En ella todo huele a esa época dorada cuando los juegos eran más difíciles, los niños todavía jugaban en la calle y los políticos eran honrados. Pero al mismo tiempo vio la luz de una forma adaptada al siglo XXI: a través del micromecenazgo.

No creo que las aventuras gráficas fueran mejores o contaran mejores historias que los juegos de hoy, simplemente eran diferentes

"Es la forma más natural de financiar videojuegos", asegura Schafer. Broken Age recaudó más de 400.000 dólares en sus primeras horas, y finalizó la campaña de Kickstarter con más de 3 millones de dólares. Por ese motivo Double Fine Productions, la empresa de Tim, está ahora centrada en este nuevo sistema. "Es mejor ser independiente y que todo quede entre los jugadores y tú, sin que haya nadie en medio".

Resulta sencillo recaudar millones de dólares cuando eres Tim Schafer o Yu Suzuki, creador de la saga Shenmue, pero el crowdfunding puede no ser tan adecuado para desarrolladores novatos. Schafer asegura que es óptimo porque permite captar la atención. "Me pasa que a veces veo un vídeo de un proyecto que no conozco, no sé de qué va pero quiero más. Además si estás empezando probablemente aún vives con tus padres y no necesitas mucho dinero", bromea.

Nuevas formas de contar una historia

A pesar de su amor por las aventuras gráficas y la estética clásica, Tim Schafer es consciente de la necesidad de no dar la espalda a las nuevas tecnologías. "Los smartphones ya han cambiado el mundo de los videojuegos, y lo mismo sucederá con la realidad virtual. Lo importante es no centrarse en una única cosa para poder aprovechar todas las innovaciones".

El 'crowdfunding' es la forma más natural de financiar videojuegos y seguiremos utilizándolo en el futuro

"Nos gustaría aprovechar las posibilidades de la realidad virtual. Sea cual sea la tecnología, esta es sólo otra herramienta más para contar historias". Schafer nos asegura que este mismo mes anunciará un nuevo proyecto de crowdfunding "supersecreto", mientras ríe ante nuestra insistencia por saber más. ¿Un remake de Psychonauts? ¿La esperadísima segunda parte de Brütal Legend? "Si te digo algo me matan". Es "supersecreto", repite una vez más.

En ningún momento de la saga de El secreto de Monkey Island se revela cuál es ese misterio. Ahora, veinticinco años después de su lanzamiento, jugadores más jóvenes que el clásico de piratas disfrutan el título aunque el disquete se haya cambiado por la pantalla de un móvil. Crear una historia inmortal que enamore a generaciones pasadas y futuras, quiza ese sea el verdadero secreto de Monkey Island.

"¿Alguna vez has probado el grog?". Cuando Tim Schafer oye la pregunta abre mucho los ojos: "Claro que no, los ingredientes podrían matarte", exclama antes de comenzar a reír. En el universo de Monkey Island que este diseñador de videojuegos estadounidense ayudó a crear, la bebida contiene ácido sulfúrico, acetona, ácido para baterías y pepperoni, entre otras lindezas.

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