Es noticia
Diez imágenes que las empresas tecnológicas no quieren que veas
  1. Tecnología
Explotación laboral, Lagos tóxicos, suicidios...

Diez imágenes que las empresas tecnológicas no quieren que veas

Tras su escaparate de modernidad, los gigantes de internet y los fabricantes de electrónica de consumo tienen un lado oscuro que preferirían que nadie conociese

Foto: El vertedero tecnológico de Agbogbloshie, en Ghana, África. Fotos: Michael Ciaglo y Marlenenapoli, bajo licencia Creative Commons
El vertedero tecnológico de Agbogbloshie, en Ghana, África. Fotos: Michael Ciaglo y Marlenenapoli, bajo licencia Creative Commons

Son las abanderadas de la innovación, pero también tienen sus oscuros secretos. Han logrado ponernos un trasto inteligente en la muñeca, hacer que consultemos una pantalla antes de ir a dormir y que compremos con un ratón. Sin embargo, debajo de sus alfombras esconden demasiado polvo: hay cosas que las grandes tecnológicas prefieren que nadie sepa.

Contaminación, explotación laboral y machismo son algunos de los ingredientes que aparecen en esas fotografías que grandes empresas como Apple, Google o Amazon preferirían que nunca hubieran salido a la luz:

Explotación infantil para tu móvil

Aproximadamente, el 17% de los niños de la República Democrática del Congo de entre 5 y 14 años trabajan aquí. Se trata de una de las 200 minas de coltán existentes en el país africano. Con unas condiciones propias de la esclavitud, los trabajadores de estas explotaciones extraen un mineral esencial para alimentar las tripas de nuestros teléfonos y tabletas. La tecnología tiene un precio, y en este caso empieza a pagarse en la infancia congoleña.

Pocas mujeres y con poca ropa

No pueden faltar en ninguna feria tecnológica. Son jóvenes, guapas y su ropa deja poco lugar a la imaginación. Las ‘booth babes’ son las azafatas que representan, con escuetos vestidos, a las compañías, que las ponen ahí sabiendo que nada mejor que mujeres casi desnudas en un evento lleno de hombres para llamar la atención. No obstante, la imagen que dan fuera del palacio de congresos de turno deja bastante que desear.

El caos de tus pedidos

Tener entre las manos algo que has comprado por internet hace unas 24 horas es maravilloso: la barrera de la pantalla se ha roto y tus pedidos viajan a la velocidad de la luz. Sin embargo, para ello, no pocos empleados trabajan bajo una presión insoportable. La reciente polémica de Amazon y el supuesto maltrato a sus empleados deja bien claro que la velocidad de los paquetes no es arte de magia.

Suicidios sin solución

La presión en una gran compañía como Amazon o Apple puede llegar a ser demencial, pero los empleados que trabajan para empresas subcontratadas por la manzana mordida lo tienen mucho peor. Es el caso de la empresa taiwanesa Foxconn, que protagoniza desde hace años una polémica que parece no tener fin: decenas de sus trabajadores han terminado suicidándose, y a pesar de que la corporación ha intentado acabar con la tendencia (con la colocación de redes en las ventanas de las precarias viviendas de los empleados o prohibiéndoselo directamente por contrato), algunos logran, desgraciadamente, quitarse la vida. Los 17 dólares de salario al día (algo menos de 15 euros) y las 70 horas de trabajo semanal fabricando componentes para Apple y compañía pueden más que cualquier red.

Un cementerio en llamas

El pasado año se generaron 41,8 millones de toneladas de residuos electrónicos. ¿A dónde va a parar semejante cantidad de cacharros inservibles? A lugares como Agbogbloshie, un cementerio de chatarra situado en la ciudad más poblada de Ghana en el que se acumulan y arden sin control alguno restos de ordenadores, electrodomésticos y todo tipo de aparatos, con el daño al medio ambiente que ello supone. Mientras tanto, multitud de jóvenes rondan estos cementerios en busca de chatarra para ganar algo de dinero, poniendo en riesgo su salud.

El lago tóxico más grande del mundo

Lo que sale de las tuberías huele a azufre y hace que el aire sea prácticamente irrespirable. Se trata del lago tóxico más grande del mundo, todo un crimen cometido contra el medio ambiente en la ciudad china de Baotou, en Mongolia. Es el resultado de la explotación minera de tierras raras, un conjunto de elementos químicos utilizados para la fabricación de los componentes electrónicos de smartphones y pantallas. En Baotou se encuentran el 70% de las reservas mundiales de tierras raras y la explotación está matando está región del planeta.

El futuro Baotou

Si el medio ambiente sufre en esta zona de Mongolia, puede que la próxima región natural atropellada por la tecnología esté en el triángulo de Chile, Bolivia y Argentina. Ahí se encuentra más del 50% de las reservas mundiales de litio, en los salares que se han convertido ya en verdaderas minas de oro blanco y cuyo frágil ecosistema corre peligro. Una vez más, la tecnología amenaza con acabar con los derechos laborales y la naturaleza de una parte del mundo.

A golpes contra Google

Más allá del daño al medio ambiente o la explotación infantil, en Occidente también hay motivos de sobra para mirar con recelo el avance a pasos agigantados de la tecnología. Es lo que sucede, por ejemplo, en las ciudades en las que se instalan las grandes compañías, que traen consigo la temida gentrificación. Casas infinitamente más caras, residentes habituales obligados a desplazarse, precios disparatados… Que Google llegue a tu ciudad no tiene por qué ser bueno y, de hecho, en San Francisco son habituales las protestas de vecinos contra las prebendas de los empleados de los titanes de la tecnología (como los lujosos autobuses en los que van a trabajar).

No solo crean puestos de trabajo

Las tecnológicas, cuando su ciclo se acaba y otras empresas más innovadoras vienen a sustituirlas, pueden arruinar la economía de una ciudad o un país entero. Es lo que ha sucedido con Blackberry en Canadá o con Nokia en Finlandia. La crisis de la compañía finesa, ahora propiedad de Microsoft, se ha saldado con cerca de 20.000 despidos en todo el mundo. En la imagen, un grupo de manifestantes protestan ante el posible cierre de la Nokia Fundation en Brasil.

¿Una burbuja 2.0?

Nada mejor que un gráfico para resumir otra situación que las tecnológicas preferirán que la opinión pública ignore. Sucedió hace 15 años y sus efectos fueron devastadores: la burbuja puntocom. No solo del ladrillo vive la especulación, y las empresas del sector tecnológico lo saben de sobra desde que el mercado estallara tras su insostenible crecimiento. Cerca de 5.000 empresas de internet desaparecieron, con lo que ello supone. ¿Se acercará la segunda versión de esta burbuja con Google, Facebook y Twitter pululando por el parqué y las 'startups' más famosas valoradas en miles o decenas de miles de millones?

Son las abanderadas de la innovación, pero también tienen sus oscuros secretos. Han logrado ponernos un trasto inteligente en la muñeca, hacer que consultemos una pantalla antes de ir a dormir y que compremos con un ratón. Sin embargo, debajo de sus alfombras esconden demasiado polvo: hay cosas que las grandes tecnológicas prefieren que nadie sepa.

Tecnología
El redactor recomienda