Del ninguneo al miedo: la banca española espabila para que internet no le 'robe' negocio
Empezaron ignorándolas e incluso ninguneándolas, pero la cosa ha cambiado. Los grandes bancos españoles ya vigilan de cerca a las 'startups' tecnológicas y luchan por entrar en su accionariado
Desde que las startups tecnológicas se adentrasen en el mundo de la economía digital, no hay un solo año en que no surjan varias iniciativas que se (auto)definan como "la tecnología que acabará con los bancos".
Más allá de lo ilusorio de la afirmación, lo que sí es cierto es que las entidades bancarias han venido sufriendo en los últimos años una especie de metamorfosis en cuanto a su relación con los negocios digitales que tocan alguno de sus ámbitos de actuación.
Y es que, si en su momento los grandes bancos permanecieron impertérritos ante este tipo de iniciativas, a las que incluso llegaron a mirar con sorna y algo de desprecio, a día de hoy ya están empezando a permanecer atentos y precavidos ante toda esta gama de proyectos tecnológicos que, aunque no devastarán su negocio, sí podrían llegar a quitarles un (ligero) trozo de la tarta.
La banca española, aunque haya llegado algo tarde, no es una excepción. Por ello, las grandes entidades españolas ya han empezado a mover ficha en torno a varios de los sectores tecnológicos que, como poco, les hacen levantar la ceja de la sospecha.
Bitcoin: el nuevo El Dorado
Una de las últimas tendencias que han conquistado a los bancos. Las criptomonedas se enmarcan dentro de un sector que en los últimos años ha levantado tanta admiración como dudas, sospechas e incluso algún caso aislado de estafa.
En cualquier caso, y más allá de los posibles claroscuros (aparentemente presentes en casi cualquier sector), los grandes bancos españoles se han lanzado al asalto de este sector para, al menos, tener presencia en él, poder prever riesgos y adelantarse a la posible intromisión de este tipo de startups en el núcleo del negocio bancario.
El primero en hacerlo fue Bankinter, que en noviembre de 2014 realizó una inversión (cuya cantidad se desconoce) en Coinffeine, una compañía española que, según asegura, posee un software que garantiza el intercambio seguro y directo (peer to peer) de bitcoin entre personas sin necesidad de ningún tipo de intermediario. La intención de Bankinter pasa no sólo por formar parte del accionariado de Coinffeine, sino también por ser uno de sus primeros clientes y por aplicar su modelo a otro tipo de productos.
Pero no ha sido el único: BBVA Ventures (el vehículo de inversión tecnológica de BBVA) hizo lo propio en enero de este año, cuando se sumó a la ronda de financiación de Coinbase, una startup americana que ya cuenta con más de 100 millones de dólares de financiación y que permite a sus usuarios realizar todo tipo de transacciones con esta criptomoneda. Una inversión con la que el banco realiza su primera andadura en un sector en el que lleva ya un tiempo queriendo influir.
Otro que intenta no perder comba es el Santander. Y es que la entidad comandada por Ana Botín no sólo ficho en su momento a una experta mundial en criptomonedas, sino que, además, podría estar a punto de invertir en alguna startup del ramo, según Business Insider.
Pago móvil: 'show me the money'!
Otra de las iniciativas dentro del sector fintech es la de los pagos móviles, una tendencia que, frente al enigma que parece representar el bitcoin, sí está instalándose en el mercado y avanzando a un ritmo más que significativo.
Y en este sentido son varios los bancos españoles que han apostado por todo lo que tenga que ver con la posibilida de realizar pagos a través del móvil. Quizá el proyecto más destacado sea Yaap, la iniciativa lanzada conjuntamente por Telefónica, CaixaBank y el banco Santander.
También BBVA se atrevió en su momento con su propia aplicación: se trata de BBVA Wallet, el servicio de monedero electrónico con la que el banco pretende hacerse hueco en este nicho. Bankinter también se animó en este sentido con su propia Tarjeta Virtual Móvil.
Pero, además de lanzar sus propias aplicaciones, los bancos también han optado, al igual que con el bitcoin, por invertir en otras compañías tecnológicas. Es el caso del Santander con MyCheck y Cyanogen o el BBVA con SumUp, entre varias iniciativas más.
'Crowdfunding': mucho por hacer
Es otra de las amenazas al sistema bancario tradicional. El crowdfunding, en cualquiera de sus vertientes (crowdfunding tradicional, equity crowdfunding o crowdlending), representa un modelo alternativo de financiación, ya sea para pequeñas empresas, ciudadanos aislados o proyectos de cualquier tipo.
En cualquier caso, y más allá de que este sistema no parezca representar una amenaza real para el sector bancario, lo cierto es que las entidades financieras han intentado no perderlo mucho de vista, aunque, a la hora de actuar, sólo lo ha hecho una.
Se trata de BBVA, que en su momento ya lanzó un estudio en el que comenzó a establecer algunas conclusiones acerca de la eclosión del crowdfunding, del que decía que "es una tecnología disruptiva para la industria bancaria" y que, por tanto, "existe el riesgo real de que los bancos dejen de ser la fuente de financiación principal para los préstamos personales y las pequeñas empresas".
Así, hace tiempo que el BBVA hizo un primer intento lanzando BBVA Friends&Family, una iniciativa propia de crowdfunding entre particulares que, aunque fracasó, acabó derivando en BBVA Suma, una plataforma de financiación colectiva para causas solidarias.
Y en cuanto a inversión, su apuesta definitiva llegó en abril de este año, cuando invirtió en Prosper Marketplace, una plataforma americana de crowdlending que levantó una ronda de financiación de 165 millones de dólares gracias al capital aportado por varios grandes bancos europeos.
Desde que las startups tecnológicas se adentrasen en el mundo de la economía digital, no hay un solo año en que no surjan varias iniciativas que se (auto)definan como "la tecnología que acabará con los bancos".