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Hueveras, anillos para el pene y otros usos absurdos del internet de las cosas
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Hay 13.000 objetos conectados, algunos muy extravagantes

Hueveras, anillos para el pene y otros usos absurdos del internet de las cosas

Más de 13.000 millones de objetos están conectados a internet, según datos de Cisco. Entre ellos, algunos que parecen un tanto extravagantes. ¿Cómo se les ocurrió la idea a sus autores?

Foto: SexFit, el gadget monitorizador de relaciones sexuales que ha presentado Bondara
SexFit, el gadget monitorizador de relaciones sexuales que ha presentado Bondara

Cada vez hay más objetos conectados a internet: juguetes que permiten interactuar a padres e hijos, raquetas de tenis que monitorizan tus golpes… Según un estudio de Cisco, hay 13.000 millones de aparatos (y cosas) conectados a la red, una cifra que podría elevarse a 50.000 millones en 2020. De aquí a esa fecha, se buscan cuatro millones de programadores que piquen código y preparen las correspondientes apps.

Entre todos ellos, algunos son verdaderas maravillas, mientras que de otros nos cuesta creer que hayan sido pensados para tener una función internetera. De hecho, la consultora Gartner afirmó a mediados de 2014 que habíamos llegado al punto máximo de expectación creada a cuenta de estos gadgets. El nivel de creatividad es tal que hasta existe una página, The Internet of Useless Things, que recoge de forma satírica el boom. Así, hay tazas del váter que analizan quién hace más visitas al cuarto de baño o cucharas que te informan de tu velocidad a la hora de comer.

Hemos visto cómo hueveras, cepillos de dientes e incluso anillos para el pene cuentan con atractivas aplicaciones que les dan una vuelta de tuerca inesperada. Estos se suman a pañales que avisan del momento crítico (oler la entrepierna quedó demodé) y tiburones que tuitean cuando se acercan a la costa. Algunos de estos productos tuvieron éxito y otros no. ¿A quién se le ocurrieron tan extravagantes ideas? Hablamos con sus autores.

Una huevera inteligente

Egg Minder no es una huevera cualquiera. Una vez en funcionamiento y con los huevos colocados en sus respectivas posiciones, te avisa con luces de cuáles llevan más tiempo en la nevera para que los consumas antes. Incluso, si estás en el supermercado, puedes echar un vistazo a su app para comprobar si necesitas comprar alguno más.

Quirky, la empresa que fabricó este artilugio, ya no lo produce. Tampoco da cifras de ventas, aunque todavía se puede comprar en Amazon. Para saber un poco más hay que hablar con su creador, Rafael I. Hwang.

Según explica a Teknautas, en un principio no había idea de huevera alguna, sino que comenzó a investigar para descubrir qué productos podrían tener éxito en el mercado. “Tras días de intensa navegación en la web, decidí que mi producto necesitaba estar basado en los siguientes criterios: necesitaba ser una actualización de un producto familiar en Estados Unidos y necesitaba ayudar a eliminar la necesidad de pensar en una tarea rutinaria”. Y desde luego, “necesitaba ser un producto simple”.

Hwang siguió investigando y llegó a la conclusión de que había que unir los objetos de la cocina con la electrónica. De ahí, en 2013, surge Egg Minder, una reinvención de la huevera de toda la vida. Con ella, explica su autor, pretendía cubrir un hueco en los objetos de cocina que todavía estaban sin conectar. Para él, es una idea innovadora, pero cree que que entró demasiado pronto en el mercado: “Entonces, el término internet de las cosas no era muy popular y los dispositivos conectados al smartphone no eran una línea de producto comercializable. El producto era demasiado de nicho”.

De hecho, él es consciente de que “Egg Minder no verá la luz del día nunca más”. Él mismo afirma que no tiene intención de volver a inventar un objeto conectado: “Mis intereses se han desplazado ahora al software”.

Juega con el cepillo de dientes

Mientras te decides a comprar (o no) las últimas hueveras inteligentes en Amazon, también puedes hacerte con un artículo que parece tener un recorrido más amplio: un cepillo de dientes smart. Kolibree hace más fácil una tarea que incomoda a muchos niños pequeños. Conectado a una app, muestra a la criatura si está realizando correctamente el cepillado.

Si dedican a ello el tiempo preciso, este se transforma en minutos para un simpático videojuego. Y cómo no, si en las aplicaciones de running puedes monitorizar tu progreso, aquí no iba a ser menos.

¿A quién se le ocurrió conectar un cepillo de dientes al wifi del salón? La idea fue de Thomas Serval, un emprendedor francés que tiene que lidiar con sus tres hijos en el cuarto de baño. “Diariamente pelea viéndoles cepillarse los dientes”, nos explica el vicepresidente ejecutivo de la compañía, Christophe Dissaux. Visto el percal que tenía montado en casa, “pensó en desarrollar un dispositivo que llevara a sus hijos por el buen camino”.

Kolibree se presentó en la feria CES de electrónica de consumo en 2014, como un proyecto. Tras ello, lanzaron una campaña de Kickstarter en la que lograron más de 108.000 dólares (más de 95.000 euros) de financiación. Un año después, de nuevo en el CES, fue presentado oficialmente. Estiman que durante este año venderán 25.000 unidades. Padres e hijos se podrán retar para comprobar quién se cepilla mejor la dentadura. Y a ver quién supera a los retoños de Serval.

Un anillo que te orienta

El internet de las cosas llega en algunos casos al paroxismo. Ahora mismo está en desarrollo un anillo para el pene que cuenta las embestidas durante el coito. La empresa que lo está desarrollando es Bondara, un sex shop británico con un amplio catálogo. Según la información que publicaron en su web, SexFit, que así se llama el anillo, se coloca en la base del pene y, además de ayudar a mantener la erección, recoge datos sobre la cópula que transmite al móvil vía Bluetooth.

El usuario puede registrar su rendimiento y comprobar su evolución en las artes amatorias, así como observar un cálculo de las calorías quemadas. Además, tiene la opción de vincular su perfil en la aplicación con el de su pareja y recibir consejos de un SexFit Personal Trainer. Y por su puesto, compartir sus resultados en las redes sociales.

Cuando se anunció el proyecto, una trabajadora de la empresa justificó este anillo diciendo que “históricamente, los juguetes sexuales siempre han estado relacionados con la tecnología. Nuestro dispositivo es el siguiente paso natural, con el beneficio añadido de mejorar la salud sexual del individuo”.

Desde Bondara nos explican que SexFit sigue en desarrollo para abaratar el precio final (según ellos, el hardware y software de monitorización es “prohibitivamente caro”), por lo que habrá que aguardar para tenerlo en nuestras casas.

Son muchos los objetos que tienen conexión a internet o están en ello y, como podemos comprobar, algunos son bien curiosos. La pregunta ahora es qué nos deparará el futuro y si veremos aplicaciones aún más extravagantes que estas. Bueno, y otra: ¿el internet de las cosas se nos está yendo de las manos?

Cada vez hay más objetos conectados a internet: juguetes que permiten interactuar a padres e hijos, raquetas de tenis que monitorizan tus golpes… Según un estudio de Cisco, hay 13.000 millones de aparatos (y cosas) conectados a la red, una cifra que podría elevarse a 50.000 millones en 2020. De aquí a esa fecha, se buscan cuatro millones de programadores que piquen código y preparen las correspondientes apps.

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