Es noticia
Desarrollan un chip que administra medicamentos sin necesidad de inyecciones
  1. Tecnología
se coloca bajo la piel y puede durar 16 años

Desarrollan un chip que administra medicamentos sin necesidad de inyecciones

El dispositivo ha sido desarrollado por un 'spin-off' del MIT y en un chasis plano del tamaño inferior al de la yema de un dedo es capaz de almacenar cientos de dosis del medicamento a administrar

Foto:

Un mal trago, un rato desagradable, o abiertamente, una experiencia traumática. Que a uno le pinchen bien sea para una vacuna o un anti-inflamatorio es siempre una experiencia que la mayoría desearía evitar. Pero fobias aparte, el suministro de medicamentos, y en especial, para los pacientes crónicos es algo más que un mal momento y supone un problema diario, no sólo para los afectados, sino para todo el sistema sanitario, que tiene que hacer frente a los elevados costes de la incorrecta administración de medicamentos.

Sin embargo, esta pesadilla para muchos y mal necesario para otros podría tener sus días contados gracias a un chip creado por el MIT y que en un futuro cercano se encargará de suministrar la dosis adecuada en el momento preciso, sin intervención del paciente.

El dispositivo ha sido desarrollado por Microchips Biotech, un spin-off del Massachusetts Institute of Technology y en un chasis plano del tamaño inferior al de la yema de un dedo es capaz de almacenar cientos de dosis del medicamento a administrar. Este chip se introduce bajo la piel del paciente (sin necesidad de pasar por el quirófano) y libera la dosis exacta del medicamento a suministrar en el momento adecuado. Sin errores ni olvidos, y lo que es más importante, librando al paciente de la responsabilidad de tomar las pastillas o ponerse la inyección a la hora correspondiente.

El dispositivo está pensado en especial para pacientes crónicos, y ha sido testado ya con éxito en afectados por diabetes, cáncer, osteoporosis o esclerosis múltiple, siendo capaz de suministrar la dosis correcta durante tratamientos de hasta dieciséis años de duración sin necesidad de ser remplazado.

Inversión millonaria

Sobre el papel, la idea y ejecución parecen impecables y los beneficios son evidentes ¿demasiado bueno para ser real? Julio Mayol, director de innovación del Hospital Clínico San Carlos, se muestra cauto ante el entusiasmo generado por el dispositivo: “se trata de una buena idea, pero el sistema todavía es primitivo”, sostiene. Sin embargo, esta situación no parece haber sido óbice para que el gigante farmacéutico TEVA haya adquirido en un pago inicial de 35 millones de dólares el sistema, lo que acerca más si cabe el horizonte de su lanzamiento.

El doctor Mayol advierte también sobre la posibilidad de una reacción del organismo ante un elemento extraño, ya que éste “tiende a encapsularlo” con el tiempo, perdiendo la efectividad, y alerta al mismo tiempo sobre los efectos a largo plazo del dispositivo, ya que “no se sabe cómo reaccionará el cuerpo” con el paso del tiempo.

El chip liberaría a los pacientes crónicos de la pesada carga de seguir unas pautas y de tener que inyectarse el medicamento cada pocas horas

Sin embargo, y si todo va según lo planificado, el chip liberaría a los pacientes crónicos de la pesada carga de seguir unas pautas y de tener que inyectarse el medicamento cada pocas horas. Otra ventaja del dispositivo además es que puede ser regulado por el médico de forma inalámbrica, adaptando las dosis según la necesidad, y ya se está trabajando en una versión que libere la dosis en respuesta a las reacciones metabólicas o físicas del paciente.

Pero si el chip supone un avance de calado para los pacientes, no lo es menos para el sistema sanitario, que cada año tiene que hacer frente a los costos millonarios del incumplimiento adecuado de los enfermos al tratamiento. La no adherenciacuesta a la sanidad estadounidense la friolera de 289.000 millones de dólares al año producidos por visitas innecesarias a urgencias y atenciones derivadas de un incorrecto tratamiento. Todavía no hay fechas para la comercialización del chip, pero su impacto lo ha situado ya bajo el radar de Bill y Melinda Gates, que lo ven como un sistema de contracepción idóneo para los países más desfavorecidos.

Un mal trago, un rato desagradable, o abiertamente, una experiencia traumática. Que a uno le pinchen bien sea para una vacuna o un anti-inflamatorio es siempre una experiencia que la mayoría desearía evitar. Pero fobias aparte, el suministro de medicamentos, y en especial, para los pacientes crónicos es algo más que un mal momento y supone un problema diario, no sólo para los afectados, sino para todo el sistema sanitario, que tiene que hacer frente a los elevados costes de la incorrecta administración de medicamentos.

Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)
El redactor recomienda