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Así es el Mi Note Pro, la nueva bestia de Xiaomi
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procesador potente y pantalla de gran tamaño

Así es el Mi Note Pro, la nueva bestia de Xiaomi

El fabricante chino supera la barrera de los 2.000 yuanes (280 euros) y busca atraer al público más exigente con un toque 'premium' que le habla de tú a tú a Apple y Samsung

Foto: Fotografía: Zigor Aldama
Fotografía: Zigor Aldama

Sólo hay que ver la caja en la que se presenta para confirmar que el Mi Note Pro no es para Xiaomi un teléfono cualquiera. Por primera vez, el fabricante chino no utiliza el característico cartón marrón que se ha convertido ya en marca de la casa. Esta vez el estuche es negro, más elegante, y con el Mi de la marca grabado en letras metalizadas. Quiere darle un toque premium, algo lógico si se tiene en cuenta que es el primer terminal de la marca que rompe la barrera psicológica de los 2.000 yuanes (280 euros) en su versión más básica

La que lleva el apellido Pro, que es la que ha probado Teknautas, se va hasta los 2.999 yuanes (425 euros). Es la apuesta de Xiaomi para convencer, a quienes normalmente han optado por un iPhone o por un Galaxy S6, de que no hay que rascarse tanto el bolsillo para disfrutar de una bestia tecnológica.

A primera vista, el diseño resulta atractivo, pero nada asombroso. Es, de hecho, una versión grande, casi gigante, del Xiaomi Mi4. Es algo más fino que su predecesor y los bordes curvados logran que lo parezca todavía mucho más. Eso sí, para quienes no sean amantes de los destellos dorados no hay alternativa. A diferencia de la versión básica, que sí está disponible en plata, en negro, y en un rosa que daña la vista, el Mi Note Pro parece que se haya fabricado exclusivamente con los usuarios asiáticos en mente, porque el canto metálico es oro sí o sí.

Los aficionados a los juegos disfrutarán de la combinación de un procesador potente y una pantalla de gran calidad y tamaño

Afortunadamente, la cubierta trasera de serie es blanca. De plástico, pero de calidad. En general, gracias también a su casi inexistente bisel en torno a la pantalla, la primera impresión es la de un smarphonede alta gama muy sólido, capaz de competir con cualquiera.

Todavía más si se tienen en cuenta las especificaciones técnicas del hardware. El terminal monta un procesador Qualcomm Snapdragon 210 de ocho núcleos a 2 Ghz., uno de los más rápidos del mercado, y viene acompañado de 4 contundentes gigas de memoria RAM. Para el almacenamiento interno cuenta con 64 GB que se quedan en unos 57GB útiles.

La pantalla IPS es de 5,7 pulgadas con una resolución de 2K (2560x1440 píxeles), y las cámaras cuentan con ópticas excepcionales y una resolución de 13 megapíxeles (posterior) y 4 MPX (anterior). La batería es de 3.010 mAh. Por fin, el aparato viene en China con las bandas 4G tanto de China Mobile (TDD-LTE) como de China Unicom (FDD-LTE), lo cual permite cambiar de operador sin tener que caer al 2G y asegura también una cobertura mundial envidiable. Eso último, además, se potencia con la doble SIM (Micro y Nano).

Así, no es de extrañar que el teléfono corra sin pestañear. La velocidad a la que trabaja impresiona. Y los aficionados a los juegos disfrutarán de la excelente combinación de un procesador potente y una pantalla de gran calidad y tamaño generoso.

Otra de las ventajas con las que cuenta, como cualquier otro Xiaomi, es su sistema operativo: MIUI. El aparato que ha probado Teknautas tenía instalada la versión beta basada ya en Android 5 y no en 4.4. Y, sin duda, es una de las mejores máscaras del mercado. Resulta limpia e intuitiva, y permite personalizar hasta el último detalle, incluida la resolución de la pantalla o, en su defecto, la densidad de píxeles -515 ppi es el máximo- en funcionamiento. No es sencillo hacerlo, pero con un breve tutorial se puede reducir el 2K a un FHD, con el consecuente ahorro de batería que ello conlleva. Al fin y al cabo, el ojo humano no nota la diferencia. Claro que se puede argumentar que con el sistema de carga rápida del aparato, que supera el 50% de batería en media hora, no es necesario meterse en las tripas del sistema.

Es un gran teléfono que cuenta con una potencia más propia de un PC que de un móvil... aunque se calienta demasiado

También se agradece en MIUI la gestión personalizada de las autorizaciones que queremos dar a cada aplicación y, entre las características interesantes del sistema está, por ejemplo, la posibilidad de convertir el teléfono en un terminal de 3,5, 4 o 4,5 pulgadas para ser utilizado con una sola mano: basta con deslizar el dedo por los botones inferiores del aparato para que el espacio de trabajo se reduzca en la pantalla y sea mucho más sencillo utilizar el teléfono cuando sólo hay una mano libre.

Por si fuese poco, está el amplio catálogo de temas que ofrece MIUI, muchos de ellos gratuitos, que permiten combinar fondos, tipos de iconos… Puede parecer una nimiedad, pero con un mercado cada vez más saturado de móviles que apenas se diferencian entre sí, cualquier posibilidad de personalización se agradece.

Mención aparte merece la cámara. Al igual que Apple o HTC, Xiaomi ha preferido mantener el número de megapíxeles en una cantidad discreta y mejorar su calidad. Es lo que denomina UltraPixel, y funciona. El objetivo principal, con una apertura 2.0, ofrece imágenes nítidas en casi todas las situaciones, y el sistema de enfoque resulta especialmente rápido. Además, captura las imágenes con una profundidad de color de 14 bits que mejora el rango.

La cámara de selfies, con su gran angular, consigue que nadie en un grupo quede fuera de la imagen, aunque en los autorretratos solitarios deforma un poco las líneas. Por su parte, el altavoz inferior hará las delicias de los usuarios más ruidosos, aunque como mejor se disfruta el nuevo sistema de alta definición de Xiaomi es con unos buenos auriculares.

Nadie es perfecto

Claro que nada es perfecto. El Note Pro, equipado con el Smartdragon 810, se calienta. No hace falta darle tareas extenuantes para sentir el aumento de la temperatura en la parte superior del teléfono. Aparentemente no es nada grave, perono resulta cómodo cuando se tiene en la mano. Y, lógicamente, con su tamaño tampoco es fácil de agarrar para quien no tenga unas manos de gigante. De hecho, hay otros aparatos, sobre todo el OnePlus One que, a pesar de tener un tamaño muy similar, resultan más ergonómicos por su forma y por el material antideslizante utilizado en la tapa trasera. Curiosamente, OnePlus ya ha anunciado que para el Two utilizará una versión que no se calienta del mismo procesador que el Mi Note Pro.

En resumen, el Mi Note Pro es un gran teléfono que cuenta con una potencia más propia de un PC que de un móvil. Además, no hay con su precio quien le pueda plantar cara. De hecho, Xiaomi demuestra que no es sólo un fabricante low cost, y que ya trata de tú a los buques insignia de Apple y Samsung. Ya sólo falta que sus aparatos se puedan conseguir de forma global sin tener que acudir a páginas web de dudosa legalidad para hacerlo. Pero, de momento, no hay alternativa. La marca china ha dado pasos interesantes en su internacionalización con iniciativas como el lanzamiento en India de una versión internacional del Mi4, el Mi4i, ya ha anunciado su desembarco en América Latina, y no descarta llegar a Estados Unidos y a Europa en un futuro no muy lejano, pero el Mi Note Pro todavía sólo está disponible en China.

Sólo hay que ver la caja en la que se presenta para confirmar que el Mi Note Pro no es para Xiaomi un teléfono cualquiera. Por primera vez, el fabricante chino no utiliza el característico cartón marrón que se ha convertido ya en marca de la casa. Esta vez el estuche es negro, más elegante, y con el Mi de la marca grabado en letras metalizadas. Quiere darle un toque premium, algo lógico si se tiene en cuenta que es el primer terminal de la marca que rompe la barrera psicológica de los 2.000 yuanes (280 euros) en su versión más básica

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