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'Boom' de las 'startups' cannábicas: ya tienen su propio Uber, Instagram... y hasta Tinder
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aplicaciones como weedmaps, en auge

'Boom' de las 'startups' cannábicas: ya tienen su propio Uber, Instagram... y hasta Tinder

A finales del pasado año, los estados de Oregón, Alaska y Washington D.C dieron luz verde a la posesión y venta de marihuana. Una regularización que ha inspirado a muchos inversores

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A principios de año, Founders Fund, la firma de capital riesgo del cofundador de PayPal, Peter Thiel, destinó 75 millones de dólares (unos 66 millones de euros) a un fondo de Privateer Holdings, una compañía famosa por sus inversiones en startups cannábicas. En este caso, los recursos fueron a parar a las arcas de Leafly, un servicio (web y aplicaciones móviles) que permite a los consumidores de marihuana opinar, recomendar y valorar las distintas variedades de semillas y los dispensarios donde se venden.

Una app al estilo Yelp que se suma a otras como Eaze, el Uber de la marihuana (que cuenta entre sus inversores con el rapero estadounidense Snoop Dogg); MassRoots, una red social parecida a Instagram; o HighThere!, el Tinder donde los fumetas pueden encontrar a su media naranja.

Privateer Holdings no es la única entidad de capital riesgo que ha sabido ver el gran mercado que se abre tras la legalización de la planta. Desde 2012, Dutchess Capital, una compañía de inversión con sede en Boston, apoya con financiación a startups que comparten un mismo público objetivo.

Con experiencia en el mundo del capital riesgo desde 1995, a la hora de invertir, la compañía tiene en cuenta los mismos factores que aplicarían a cualquier otra startup. “Buscamos compañías que puedan tener éxito en la industria y nuevas ideas que solucionen todo tipo de problemas”, explica a Teknautas Doug Leighton, uno de sus fundadores.

'Buscamos compañías que puedan tener éxito en la industria y nuevas ideas que solucionen todo tipo de problemas'

La innovación es clave, pero a veces el mejor negocio es ese que ya existe (y el que funciona). Según Leighton, también apoyan a startups que adaptan ideas preexistentes al sector de la marihuana. Es el caso de MassRoots, una de las 18 compañías que cuentan ahora mismo con financiación de la entidad de capital riesgo. Nacida en 2013, la red social presume ya de 275.000 usuarios registrados y ofrece espacio publicitario a más de 100 dispensarios estadounidenses.

Sus fundadores pretenden reunir a todos esos amantes de la marihuana que no se sienten demasiado cómodos compartiendo su afición en Facebook o Twitter. De hecho, uno de sus fundadores, Isaac Dietrich, nos cuenta que siguen un modelo de negocio bastante similar al de las redes sociales convencionales, “que consiste primero en conseguir una masa crítica de usuarios y después monetizarlo, una vez que todo el mundo esté utilizando la app”.

El servicio se encuentra disponible en los 23 estados de EEUUque han legalizado o regularizado el consumo de cannabis -medicinal o recreativo -, así como en Canadá, aunque sus responsables no descartan aterrizar en otros que “también están relajando sus regulaciones”.

El peso de la fama

El dinero ha sido un problema para los emprendedores de este ramo. “Al principio, los inversores no creían en el negocio”, afirma Dietrich. “No querían invertir en este tipo de compañías y se han aprovechado de ello una vez que se ha legalizado la marihuana en algunos estados”.

De acuerdo con el responsable de MassRoots, además de la falta de financiación, otro de los retos a los que tuvo que enfrentarse su empresa fue la publicidad. “No fue hasta noviembre de 2014 cuando pudimos empezar a colocar anuncios y cuando en la tienda de aplicaciones de Apple pudimos lanzar la app”. Era un paso fundamental para el negocio: según el fundador, el 80% de sus usuarios tienen un iPhone. La firma de la manzana mordida no lo ha puesto fácil, pero en febrero de este mismo año abrió por fin las puertas de su tienda a las aplicaciones vinculadas con el cannabis.

El fundador de Dutchess Capital coincide en lo fundamental con Dietrich. A su juicio, “el que haya gente que tiene un punto de vista diferente hacia este sector y la existencia de diferentes regulaciones en diferentes estados” son los principales problemas a los que se enfrentan las startups cannábicas.

Sin embargo, afirma que “también hay bastantes oportunidades”, como una cifra cada vez mayor de potenciales clientes. Según un informe de Naciones Unidas, el consumo de cannabis en Estados Unidos, el mayor mercado a nivel mundial, “ha seguido una tendencia al alza” en los cinco últimos años.

Cruzando fronteras

A pesar de las trabas legalesalguna de estas compañías logran aterrizar en otros países. Un ejemplo de ello es Weedmaps, un buscador de dispensarios, médicos y lugares de venta cuya versión española está disponible desde el pasado mes de marzo.

Además de la app móvil, Weedmaps ofrece software de gestión para dispensarios y clubes de cannabis, labor que realizaba en exclusiva hasta hace poco Weedmaps España. Según nos cuenta su responsable, José Ángel Magliarisi, se han decidido a lanzar en nuestro país el buscador “cuando parece que el tema se está consolidando un poco más y no estamos poniendo a los dispensarios en riesgo de que vaya la Guardia Civil y cierre el negocio”.

Los profesionales del sector consideran que las startups cannábicas seguirán cruzando fronteras en un futuro próximo

Ya se han atrevido a dar el paso, pero los obstáculos no acaban ahí. En Estados Unidos, la aplicación permite consultar las peculiaridades y valorar la calidad y los efectos de las distintas variedades de cannabis, una información que en España “se puede considerar incitación al consumo”. A este lado del Atlántico, todavía hay muchos muros que derribar.

En cualquier caso, los profesionales del sector consideran que las startups cannábicas seguirán cruzando fronteras en un futuro próximo, a medida que vayan despuntando en el mercado estadounidense y los países europeos relajen sus restrictivas leyes. Allí la fiebre del oro verde causa estragos; aquí, seguramente, no tardará en llegar. ¿Estamos preparados?

A principios de año, Founders Fund, la firma de capital riesgo del cofundador de PayPal, Peter Thiel, destinó 75 millones de dólares (unos 66 millones de euros) a un fondo de Privateer Holdings, una compañía famosa por sus inversiones en startups cannábicas. En este caso, los recursos fueron a parar a las arcas de Leafly, un servicio (web y aplicaciones móviles) que permite a los consumidores de marihuana opinar, recomendar y valorar las distintas variedades de semillas y los dispensarios donde se venden.

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