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¿Cuándo se frenó la innovación en los 'smartphones' ?
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cuesta encontrar novedades en un teléfono

¿Cuándo se frenó la innovación en los 'smartphones' ?

HTC, LG, Samsung o Apple. Son muchos los fabricantes que compiten por tener el mejor 'smartphone' del mercado, pero lo cierto es que la mayoría no consigue innovar. ¿Son todos los móviles iguales?

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"Un déjà vu, está todo visto". El análisis de The Verge del HTC One M9 fue demoledor, y que nadie piense que fue por un pobre rendimiento o alguna función decepcionante. Fue simplemente por algo que cada vez estamos padeciendo más en el mercado: los móviles son todos iguales.

Sí, uno puede considerar que el nuevo iPhone cuenta con sensor de huella o el último grito de Xiaomiecha el resto en lo que se refiere a capacidad de procesador, pero lo cierto es que hace ya tiempo que los móviles han dejado de sorprender al usuario. Parece que los fabricantes han llegado al límite en lo que a innovación se refiere y ahora los esfuerzos pasan por afinar el rendimiento y prestaciones para ofrecer una experiencia óptima de uso al comprador.

En realidad, con los smartphones sucede algo que hemos visto ya en otro tipo de productos, en lo que romper moldes resulta tan arriesgado que prácticamente nadie se la juega.

Pero lo cierto es que el móvil se ha convertido ya en una commodity y las mejoras que se van incorporando con las sucesivas versiones son simplemente evoluciones incrementales de las prestaciones del equipo. IDC se hizo eco de este extremo en un informe en el que destacaba que la innovación en el segmento de los móviles no sólo había decrecido, sino que parecía haberse situado en una extraña línea plana.

Los fabricantes han llegado al límite en lo que a innovación se refiere y ahora los esfuerzos pasan por afinar el rendimiento

Sin embargo, el consumidor es un devorador de novedades insaciable y los fabricantes se han visto obligados a dejar que la imaginación se extienda en aquellos productos que se conectan con un móvil que parece haberse quedado en vía muerta. Un buen ejemplo de esto ha sido el timorato arranque de los wearables, unos dispositivos que aportan un gran valor añadido a unos smartphones ya sin capacidad de evolución.

Samsung contra todos

La reciente edición del Mobile World Congress (MWC)de Barcelona ha sido un buen exponente de la conversión de los móviles en un elemento anodino, necesario pero anodino. Mejoras en cámara, procesador, sistemas de identificación… pero realmente nada nuevo que marque la diferencia. Hasta Apple, que en esto parece jugar en otra liga, ha conseguido que sus diferentes versiones sean una exitosas evoluciones de lo anterior, aunque su cliente las recibe con los brazos abierto.

Mencionábamos antes el MWC porque precisamente en ese certamen un fabricante ha dado la voz disonante con un smartphone que ha roto moldes: el Galaxy S6 Edge. El arriesgado equipo de los coreanos se llevó de calle el título de “mejor móvil” del certamen, en una extraña combinación entre la renuncia de sus rivales a pelear en el campo de la innovacióny los evidentes méritos propios de quien apuesta fuerte en este terreno.

En este sentido, Eduardo Rodríguez, Director de Consumo de IT de Samsung España acusa de esta atonía en el mercado a lo que él califica como “ensambladores de productos”. Según el directivo, se trata de “empresas que compran componentes, los ensamblan y lanzan al mercado de forma muy similar entre ellos. Esta tendencia permite ofrecer diversas alternativas pero sin incorporar grandes novedades ni diferenciaciones”.

Esta sea posiblemente una buena explicación de por qué todos los móviles son tan parecidos cuando se sostienen en las manos. Aunque otra de peso, y mucho además, es la cuestión económica: innovar es caro, muy caro, y son pocas las marcas con el suficiente músculo financiero para aventurarse en estas aguas.

El S6 Edge ha destacado precisamente sobre el resto porque en su configuración aporta savia nueva a los consumidores, o como apunta el directivo, “una auténtica revolución en la industria”. Y el esfuerzo no ha resultado barato. Rodríguez reconoce que los costes de desarrollo únicamente se podrán rentabilizar si hay “ventas millonarias” del producto para alcanzar el codiciado break-even. El gigante coreano se jugaba sus cuartos ante el riesgo de terminar como un fabricante más de dispositivos Android, pero ha optado por la evolución tecnológica como camino de futuro, y la buena noticia es que muchos de los avances han sorprendido.

“Todo el sistema de cámara incluyendo ópticas, sensor osoftware, toda la parte de gestión de batería, de eficiencia de procesador, de soluciones de carga, van a ser unas características que se irán incorporando en la familia Samsung en productos posteriores”, desvela a Teknautas el directivo de la firma coreana.

¿Serán finalmente todos los móviles del futuro iguales? Hemos comprobado que el equipo de Samsung es una buena muestra de que nuevos modelos son posibles, pero por el momento parece poco probable que el resto de los fabricantes se apunten a este costoso esfuerzo. Hay otro elemento más en su contra: las patentes. IPWatchdog pone el dedo en la herida al evidenciar una realidad: es tal la vigilancia mutua existente en el mercado y las ganas de hacer dinero fácil a cuenta de una vulneración de patentes, que los fabricantes van optando por lo seguro. Desarrollar móviles sin compromisos y mejorando poco a poco sus prestaciones.

"Un déjà vu, está todo visto". El análisis de The Verge del HTC One M9 fue demoledor, y que nadie piense que fue por un pobre rendimiento o alguna función decepcionante. Fue simplemente por algo que cada vez estamos padeciendo más en el mercado: los móviles son todos iguales.

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