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Así vivían dinosaurios y cocodrilos en Cuenca
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un estudio reconstruye su día a día

Así vivían dinosaurios y cocodrilos en Cuenca

Hace 70 millones de años, los cocodrilos que habitaban el yacimiento de Lo Hueco comían presas de agua salada aunque la bebían dulce, y los saurópodos se alimentaban de arbustos y plantas

Foto: Reconstrucción de Lo Hueco (Óscar Sanisidro)
Reconstrucción de Lo Hueco (Óscar Sanisidro)

En el entorno del yacimiento de Lo Hueco en Cuenca abundaban árboles, arbustos, hierbas y plantas con flores, de las que se habrían alimentado los grandes saurópodos. Los cocodrilos comían presas de aguas salobres y las tortugas se nutrían de vegetación e invertebrados acuáticos y terrestres. Estas son algunas de las principales conclusiones de un estudio que se publica en la revistaPLOS.

El equipo de investigación, liderado por la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Geociencias (centro mixto CSIC-UCM), en colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad Autónoma de Madrid, ha determinado las condiciones climáticas y ecológicas de este ecosistema del Cretácico superior, mediante análisis geoquímicos, de isótopos estables de carbono y oxígeno en dientes y huesos fósiles de dinosaurios, cocodrilos, peces y tortugas del yacimiento.

“La investigación ha permitido, por primera vez, comparar los valores isotópicos del carbono en dinosaurios carnívoros y herbívoros”, explica Laura Domingo, investigadora de Paleontología de la UCM y del Instituto de Geociencias CSIC-UCM y autora principal del estudio.

En aquel período, Europa era un gran archipiélago, formado por numerosas islas. La Península se hallaba en una posición más cercana al Ecuador y el yacimiento de Lo Hueco se encontraba en la latitud 31ºN, al sur del 40ºN actual. Era una zona de canales arenosos, bañada por aguas dulces y saladas, que se situaba muy cerca de la costa en esos momentos.

El estudio ha permitido reconstruir las condiciones climáticas, la dieta y el modo de vida de algunos animales durante el Cretácico superior

“En aquella época, el clima de la Tierra se caracterizaba por presentar temperaturas más elevadas que en la actualidad, con una elevada concentración de CO2 atmosférico y ausencia de casquetes polares permanentes”, indica Domingo.

El análisis de los isótopos estables de oxígeno en muestras óseas de los animales del yacimiento revela que la variabilidad térmica estacional –calculada como la diferencia entre la temperatura de los meses más cálidos y la temperatura media anual– era similar a la actual.

El equipo llegó a esta conclusión tras cotejar los datos con los registrados hoy en estaciones meteorológicas costeras situadas en una latitud similar a la del yacimiento.“Las temperaturas no permanecían más constantes a lo largo del año que en la actualidad, como sí se ha observado en épocas previas y más cálidas del Cretácico”, compara la científica.

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La dieta de los saurópodos

Para averiguar cómo era el medio vegetal y de qué forman se relacionaban los seres vivos con el entorno, los investigadores analizaron también los isótopos de carbono en las muestras seleccionadas, incluyendo materia orgánica fósil.

Los análisis revelan que pudo existir una cubierta vegetal compuesta por árboles, arbustos y hierbas. Además, en este momento ya eran abundantes las plantas con flores, que podrían haber constituido el principal alimento para los saurópodos analizados.

Comparar estas muestras en dinosaurios carnívoros y herbívoros da pistas sobre sus propias relaciones y su posición en la cadena trófica. “La gran diferencia en el tamaño corporal entre los dromeosaúridos (carnívoros con plumas) y los saurópodos (herbívoros de grandes proporciones) indica que estos últimos no fueron presas factibles para los primeros”, asegura Domingo.

Para saber cómo era la dieta del cocodrilo, los científicos cotejaron los registros obtenidos en Lo Hueco con datos isotópicos actuales de cocodrilos de Luisiana y Florida en EE UU.

En el entorno del yacimiento de Lo Hueco en Cuenca abundaban árboles, arbustos, hierbas y plantas con flores, de las que se habrían alimentado los grandes saurópodos. Los cocodrilos comían presas de aguas salobres y las tortugas se nutrían de vegetación e invertebrados acuáticos y terrestres. Estas son algunas de las principales conclusiones de un estudio que se publica en la revistaPLOS.

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