El español que se postula para morir en Marte: "Si tuviera que salir mañana, no iría"

Ser uno de los primeros seres humanos en establecerse en otro planeta. Y también morir en él. Es un todo o nada lo que ofrece la empresa privada Mars One: viajar a Marte, establecer una base allí y trabajar para mantenerla hasta el final de tus días.

Allá por 2024, cuando está previsto que comience la misión, 24 personas tendrán el honor de pasar a la historia como los colonos de Marte. Entre los 705 preseleccionados hay un astrofísico valenciano, José Vicente Díaz, que ha superado dos cortes de entre más de 200.000 voluntarios. Consistió en un test psicológico, la entrega de un CV y la elaboración de un vídeo explicando sus motivaciones para viajar al planeta rojo. Quedaron 1.059, que más tarde volverían a ser cribadostras un examen médico. "No buscan atletas ni un físico especial,sólo que la salud general sea buena. Yo no bebo ni fumo, así que no tuve problemas", explica el físico, de 41 años, a Teknautas.

La última prueba, una entrevista personal, tendrá lugar a finales de este año o principios del que viene. Buscan, sobre todo, buena predisposición entrelos candidatos. De ahí saldrá la lista definitiva para embarcarse hacia lo desconocido. Antes tendrán que afrontar ocho años de entrenamiento, muchos de ellos embutidos en la estructura de supervivencia que ha diseñado el equipo de Mars One. "A partir de 2014 empezarán a partir naves desde la Tierra, con cuatro tripulantes cada una. Serán un total de seis viajes, con lanzamientos cada dos años", dice Díaz, que sostiene que su perfil profesional le está ayudando a avanzar entre los demás candidatos.

Radiaciones cósmicas

De conseguirlo, Díaz viajaría durante siete meses con un billete sin retorno. Abandonaría la Tierra para siempre.Mars One advierte que nadie volverá, debido a los costes, a la tecnología ya las radiaciones cósmicas. Poco sabemos de su origen y menos aún de su intensidad en el espacio exterior, dado que la magnetosfera terrestre desvía la mayor parte de ellos. Lo que sí conocemos de los rayos cósmicos es que producen cáncer y que viajar a Marte supondría para el organismo un castigo semejante a someterlo a 30.000 radiografías. Un hipotético regreso duplicaría la dosis radioactiva.Naturalmente, los planes no pasan por instalar una clínica oncológica en Marte, de modo que cualquier problema de este tipo tendría funestas consecuencias.

Otro de los problemas para repatriar a los colonos tiene que ver con la tecnología. Las naves que se empleen quedarán inutilizadas tras el amartizaje porque, de otra manera, los costes del viaje serían inasumibles. "Tenemos la tecnología para ir a Marte, sólo necesitan desarrollarla con la ayuda de inversores. Serán naves pequeñas, para cuatro tripulantes. Para volver las naves tendrían que ser más grandes, con más provisiones... por ahora no se puede", sostiene el físico valenciano.

Díaz no tiene hijos ni pareja, pero sí padres. "Ellos lo ven como algo muy lejano, casi de ciencia-ficción. En el fondo creen que no voy a ir. Y, si te digo la verdad, si hubiera que salir mañana creo que no iría", comenta. De salir agraciado, tendrá una década para pensárselo. Para pensarse si acabará sus días en un habitáculo de 150 metros cuadrados, enganchado a un traje espacial y con la compañía de los mismos 23 individuos (en el mejor de los casos). Pero también sabe que hará una muesca en la historia de la humanidad. "Ver el amanecer marciano, o Júpiter desde Marte... ¡es el sueño de cualquier astrofísico".

Mars One ha enviado un SMS recientemente a los candidados: "La paciencia es la mejor virtud de los marcianos". Parece claro que Marte será colonizado por una empresa privada; sólo queda por ver si es esta o se les adelanta el genioElon Musk.