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Llega 'Last of us', el primer gran 'vendeconsolas' de PlayStation 4
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SE TRATA DE UN 'REMAKE' DEL JUEGO ORIGINAL

Llega 'Last of us', el primer gran 'vendeconsolas' de PlayStation 4

Sostienen las teorías de marketing que lo que decide al usuario a comprarse una consola son determinados juegos. 'Last of us' es uno de ellos

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Sostienen las teorías del marketing que lo que decide a un usuario a comprarse una consola no son sus capacidades técnicas ni las promesas de llevar el juego a otro nivel, sino alguno de sus títulos. Se los denomina en argot como vendeconsolas y, lo crean o no, son videojuegos que terminan por sacarle 400 euros del bolsillo a los consumidores.

El problema es que los vendeconsolas, como las exenciones fiscales, se prodigan poco. Por eso los fabricantes buscan en el fondo del armario: Nintendo lleva casi dos décadas sublimando esa saga maravillosa que conocemos como Mario Kart, mientras Microsoft se aferra, una y otra vez, a las franquicias Forza Motorsport y Halo para colocar sus máquinas. Sony lo intentó sin éxitocon Killzone para PlayStation 4, un shooter de calidad demasiado metido en el nicho, para posteriormente refugiarse en Last of us y la garantía que ofrecen sus seis millones de copias vendidas.

Nadanuevo, todo bueno

Porque Last of us no es un juego nuevo, ni siquiera una nueva entrega de una serie. Se trata del mismo juego que deslumbró el verano pasado a los analistas en PS3, con un capa de barniz para adaptarlo a la nueva generación. La resolución ahora llega a los 1080 puntos, se han añadido melodías -y se han integrado mejor en la acción- y se aprovechan algunas capacidades características de PS4, como el hecho de que algunos sonidos, como los gritos o la recarga de las armas, se escuchen en el mando. Incluye además los contenidos descargables que se ha publicado desde el lanzamiento del juego, más otros inéditos de interés, como los comentarios del director durantes las -abundantes- escenas cinemáticas.

Tampoco busquen nada novedoso en el argumento de Last of us. Un extraño virus se ha propagado por el planeta y convierte a los infectados en zombis devoradores de carne. En pocos días los disturbios y la amenaza al contagio colapsa la civilización, dando paso a una sociedad armada que no duda en matar con tal de seguir un día más con vida. ¿Les suena? Podría hablar de Guerra Mundial Z, de The walking dead, de Soy leyenda, de Resident Evil o de cualquiera de los subproductos audiovisualesque se estilan estos días. Ya saben que los zombis que se levantan de sus tumbas para asustar a un pueblecito quedaron atrás; ahora son infectados de cariz global, dotados de una fuerza y velocidades sobrehumanas, capaces de extender una cepa vírica allende los mares.

Enemigos, muchos enemigos

Que un producto tan sofisticado como Last of us se adscriba a esta moda pasajera es, quizá, el mayor de sus pecados. Lo demás, en líneas generales, roza la excelencia. La historia no se centra tanto en los infectados como en la difícil coyuntura que se plantea a los supervivientes en un estado de sitio, dominado por unos militares a cargo degobiernoscuya prioridad es detener el contagio. ¿Cómo vivir cuando todos los seres vivos son una potencial amenaza?

Así, el punto fuerte de Last of us no es el objetivo -conseguir una vacuna, por supuesto- sino el camino. Se ha reflejado con maestría el apocalipsis en las grandes ciudades de Estados Unidos, de forma que la inversión en el juego puede ser rentabilizada solo con la mera observación del entorno y las secuencias cinemáticas. No en vano el título de Naugthy Dog se acerca más a una película interectiva que a un videojuego al uso, tomando del cine los usos y la estructura narrativa. Nos encontramos ante un argumento lineal salpicando de vídeos explicativos, una circunstancia que sirve para enrolar a muchos jugadores ocasionales pero que suele levantar ampollas entre los parroquianos. Podríamos decir que, de las 16 horas que dura el juego, en torno a un 30% se dedican a mirar lo que sucede en pantalla sin posibilidad de interacción.

En cuanto a la parte lúdica, Last of us es un juego de sigilo y recursos limitadísimos, por contra de otros títulos que cargan las tintas en la puntería del jugador. Pasaremos la mayor parte del tiempo explorando ruinas con un ojo puesto en las pocas balas y menos salud que nos quedan. Los enemigos son todos: los infectados, los soldados y las facciones rivales. Prácticamente cualquier organismo antropomorfo es susceptible de ser disparado, siempre controlando los efectos que el ruido de los disparos pueda tener en el resto de personajes. En muchas ocasiones la mejor opción será agacharse y pasar inadvertidos entre cajas y coches volcados. El juego, por su parte, no ofrece ninguna ayuda a la hora de apuntar, lo que complicará, y mucho, la vida a aquellos que no manejen con destreza las palancas del mado de la consola.

Una obra maestra

Y llegamos a la pregunta del millón: ¿merece la pena volver a comprar el juego si ya se disfrutó en PlayStation 3?Depende. Los fanáticos del juego encontrarán en esta remasterización suficientes alicientes como para justificar el desembolso, como las ampliaciones, los comentarios del director y los actores de doblajey los retoques técnicos, todos ellos realizados con gran mimo para ampliar la experiencia sin modificarla en esencia. Ahora bien, los que no quedaron muy impresionadosel año pasado, difícilmente lo estarán con esta revisión.

De lo que no me cabe duda es que los demás deben probar Last of us. Raramente encontrarán una producción tan cuidada, tan medida en tiempos y estilos narrativos, capaz de compararse con películas de gran presupuesto. La aventura de Joel y Ellie -que es Ellen Page, aunque no se reconozca- es larga, inmersiva y variada en cuanto a misiones y escenarios. Si esta generación de consolas va de experiencias audiovisuales complejas, con Last of us han tocado techo. Una obra maestra que culmina la integración de dos artes, el del cine y el del videojuego, con su consecuente punto de inflexión. Disfruten con Last of us y, después, exijamos un lenguaje propio a una industria que hace tiempo adelantó al cine en volumen de negocio.

Sostienen las teorías del marketing que lo que decide a un usuario a comprarse una consola no son sus capacidades técnicas ni las promesas de llevar el juego a otro nivel, sino alguno de sus títulos. Se los denomina en argot como vendeconsolas y, lo crean o no, son videojuegos que terminan por sacarle 400 euros del bolsillo a los consumidores.

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