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Cómo saqué provecho a mis vacaciones con unas pocas 'apps' y redes sociales
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booking, viago, foursquare...

Cómo saqué provecho a mis vacaciones con unas pocas 'apps' y redes sociales

Planificar las vacaciones no es una tarea fácil. Hay que comprar los billetes, elegir un hotel o alquilar un coche. Todo esto se puede hacer mediante internet

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“¡A la playa! ¡A la playa!” Casi ni me había dado tiempo a terminar la pregunta y el griterío de mis hijas dejó claro el destino de nuestras vacaciones. No había nada programado y en realidad decidimos irnos en un hueco inesperado en pleno junio. Una vez escogida la opción de sol y arena, lo siguiente fue escoger la costa y en nuestro caso fue la siempre fiable opción del mediterráneo.

Lo primero, buscar un alojamiento en condiciones y a un precio que no le saliera a uno por el ojo de la cara. Hasta hace no tantola mejor opción para encontrar un hotel en condiciones era dejarse asesorar por amigos o familiares, o bien por las agencias de viaje y de esta manera evitar el disgusto mayúsculo de encontrarse una habitación sucia, con la ducha averiada y descubrir que el hotel está situado justo encima de una discoteca.

Lo mejor del servicio es vincular una tarjeta de crédito para poder hacer así las reservas con un par de toques en la pantalla del móvil. Y así, con el smartphone en la mano, seleccioné la excelente aplicación móvil del servicio, escogí las fechas, el destino y el número de huéspedes y el sistema me mostró en pantalla una serie de alternativas. Entre ellas, la gran mayoría convencionales, pero de repente ahí estaba. Unos apartamentos muy nuevos, a un precio insultantemente económicoy lo que es más importante, el grueso de los usuarios lo habían puntuado con 4 de las 5 estrellas posibles. El verdadero poder de las redes sociales.

El poder de las redes sociales

Aquello tenía todos los visos de ser un bueno, bonito, barato sin trampa ni cartón y que además permitía reservar con posibilidad de cancelación sin costes. Click en la pantalla del móvil y reserva confirmada. Tan fácil como eso. Pero pese el voluminoso número de votos positivos del lugar, aquello era tan chollo que la suspicacia sobrevolaba mi cabeza, así que me apoyé en otra gran pata para los más trotamundos: Tripadvisor.

Esta red social de viajeros ofrece el poder de los votos descarnados para dar una idea real de lo que el usuario se encuentra en cuanto llega a la habitación: si hay pelos en la bañera o manchas de humedad en la pared, aquí lo sabremos sin género de dudas. Así que nuevamente abrí la aplicación móvil del servicio e introduje el nombre de los misteriosos apartamentos y la sombra de la sospecha se difuminó en cuestión de segundos. Una nueva avalancha de votos positivos y excelentes críticas acompañadas de fotos eliminaban todo atisbo de duda y confirmaba que nuestra decisión había sido adecuada.

Lo mejor del asunto es que ni siquiera es necesario imprimir la reserva ya que la propia aplicación de Booking tiene una carteravirtual en la que encontraremos nuestras reservas con todos los detalles de las mismas, día de llegada, salida, precio y teléfono de asistencia y por descontado del hotel. Los usuarios del iPhone podrán además añadir su reserva a Passbook, la aplicación de Apple en la que cada vez se pueden añadir más servicios.

Y llegó el día de emprender la ruta. Carretera y manta. Todavía se acuerda uno de cuando viajaba en familia y mi madre con el inmenso plano en mano gritando “¡a la izquierda!”… Por fortuna aquellos días de estrés y caos en la carretera han dado paso a una conducción mucho más relajada de la mano de los navegadores GPS.

Ahora ya sabemos de antemano la ruta óptima (que no siempre es la más corta, como apuntan los desarrolladores de la aplicación), las incidencias de tráfico en el camino, radares y demás. El mundo de los navegadores vivió un importante revulsivo con la entrada a trompicones de Google convirtiendo en gratis lo que antes se cobraba y poniendo en una complicada situación a aquellas empresas que vivían exclusivamente de la venta de sistemas de navegación.

La revolución delos navegadores

Aquello parecía el fin, pero tanto TomTom como Garmin, los dos grandes que hasta entonces se repartían el grueso de la tarta, parecen haber sabido reconvertirse a tiempo centrando sus fuerzas en el boyante mercado de los smartphones ofreciendo una serie de funciones extra en sus aplicaciones.

Los usuarios habituales de los navegadores GPS se habrán encontrado en más de una ocasión en una autopista de cinco carriles y la lacónica voz anunciando “gire a la derecha en 200 metros”, y encontrarse ante sus retinas con el clásico scalextric con varias bifurcaciones y hacerse un lógico lío. Pues bien, parece que los grandes se esfuerzan ahora en facilitar este proceso, y Garmin, acaba de presentar Víago, una interesante alternativa de pago en este segmento.

Estas vacaciones fueron la prueba de fuego para esta nueva aplicación que cuenta con un curioso escalado de precios: la aplicación básica cuesta menos de un euro y con ella ya se puede navegar sin problemas, aunque para disfrutar de la verdadera magia del sistema hay que pasar por caja en diferentes paquetes que pueden ser comprados desde la propia aplicación de forma que uno compone el navegador GPS a medida.

A medida que fui utilizando Víago me fui entusiasmando con la limpia interfaz y en menos que canta un gallo había adquirido el grueso de los paquetes premium que incluyen el tráfico en tiempo real, pero sobre todo, el sistema de notificaciones de bifurcaciones que lo hacen realmente especial: adiós a los líos de no saber dónde salir ya que Garmin nos prepara con tiempo en la autopista para que nos vayamos colocando en los carriles correspondientes y luego despliegue una imagen fidedigna del cartel de salida de forma que no haya lugar a errores.

Pero lo que resulta realmente novedoso es el paquete que incluye las Real Directions, unas indicaciones que humanizan de alguna manera las instrucciones con frases como “gire a la derecha una vez pasada la iglesia”, y efectivamente, ver ahí el mencionado edificio. Uno se hace pronto a este navegador que consume, además, muy pocos recursos y al que le falta apenas la integración con Foursquare para ser perfecto.

Y ahora que hablamos de la red social de los checkins, esta escapada ha terminado de reconciliarme con Foursquare encontrando la verdadera utilidad al servicio cuando uno viaja como turista. Una vez en el hotel y organizando de alguna manera los planes de ocio en los días venideros la respuesta al “qué hacer” estaba también en nuestro bolsillo: una consulta a Foursquare de lo mejor de la zona nos dio una buena colección de propuestas, votadas además por los usuarios, para mayor garantía del plan.

Así organizamos visitas, excursiones, y cómo no, comidas: en esta red social en el móvil pudimos visitarde antemano los restaurantes de la zona con mejores votos, ver las fotografías y escogerlos con antelación leyendo las críticas de los usuarios. Lo mejor es que desde la propia aplicación se pueden obtener las indicaciones para abrir el navegador y que nos lleve directamente ahí. Madre mía, si perdiéramos el móvil...

“¡A la playa! ¡A la playa!” Casi ni me había dado tiempo a terminar la pregunta y el griterío de mis hijas dejó claro el destino de nuestras vacaciones. No había nada programado y en realidad decidimos irnos en un hueco inesperado en pleno junio. Una vez escogida la opción de sol y arena, lo siguiente fue escoger la costa y en nuestro caso fue la siempre fiable opción del mediterráneo.

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