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Un armario inteligente que evita el robo de toallas en los hoteles
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desarrollado por una empresa canaria

Un armario inteligente que evita el robo de toallas en los hoteles

No son pocos los huéspedes que aprovechan un paso por un hotel para renovar las toallas de casa. Con este invento, lo van a tener mucho más difícil

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Por si a alguno nos fallaba la picaresca, en un capítulo de la popular serie Friends se impartía todo un cursillo acelerado sobre qué cosas se puede uno llevar como souvenir al dejar la habitación de un hotel y cuáles no: las pilas del mando a distancia, los rollos de papel higiénico, las muestras de jabón... Los más atrevidos llenan las maletas de toallas y albornoces antes de pasar por recepción disimulando el botín.

Más allá de la broma, esta costumbre es un quebradero de cabeza para muchas cadenas de hoteles que pierden al año hasta 200.000 euros por este tipo de hurtos. Y no solo en las habitaciones: si el hotel tiene una piscina, spa o gimnasio, las toallas vuelan. Una empresa canariaha decidido poner fin a este problema diseñando un armario inteligente que siga la pista de cada toalla.

"Aquí en Canarias el sector turístico es primordial, y este problema es importante. Se pusieron en contacto con nosotros para ver si se nos ocurría una solución", cuenta Mateo Gutiérrez, vicepresidente de Seedwind. Su compañía se dedica a procesos relacionados con la ingeniería industrial, y por eso recurrieron a ellos, en busca de un invento que pudiese poner fin al problema.

A cada huésped, su toalla

Su armario inteligente consta con dos módulos distintos. El primero de ellos es en el que se guardan las toallas limpias. Cada huéspedtiene una tarjeta personal con un identificador, similar al que llevan las tarjetas de transporte público o las que utilizan los trabajadores para acceder a sus oficinas en algunas empresas. Con esa tarjeta abren el armario y retiran las toallas que quieran. Cada una de ellas lleva un microchip, resistente a lavados y planchados, que se asocian a la tarjeta del cliente. De esta forma, el sistema siempre sabe cuántas toallas (y cuáles) se ha llevado cada uno.

El segundo módulo sirve para depositar las toallas una vez terminado su uso. De esta forma, leyendo los microchips se puede hacer inventario en tiempo real y detectar si falta alguna y quién la tiene. Esta información se puede enviar a recepción y aparecería de forma automática a la hora del check-out del cliente, pudiéndosele reclamar la devolución o el pago de las toallas.

De momento, cuenta Gutiérrez, la idea es implementar estos dispositivos en las zonas comunes de los hoteles, como piscinas, zonas de spa o gimnasios, o en cualquiera de estos establecimientos independientes, pero no en las habitaciones, "aunque se podría hacer, si un cliente nos lo pide". Comenta la posibilidad de instalar uno en cada planta, y que los huéspedes tomen de ahí las toallas que necesiten.

Seedwind se encuentra en estos momentos en la fase de pedidos y fabricación de estos armarios inteligentes, según las especificaciones de cada establecimiento. Gutiérrez no se aventura a señalarun precio por unidad, ya que "depende de su tamaño, y de cuándas toallas vaya a manejar. Podrían ser entre 10.000 y 20.000 euros". Explica que su idea es alquilarlos.

Y asegura que el invento está despertando mucho interés en el sector. Seedwind ya harecibido peticiones de varias grandes cadenas así como de establecimientos más pequeños, tanto en España como a nivel internacional, sobre todo de Latinoamédica, para los que la sustracción de toallas es un auténtico problema. "Hay grupos medianos, de dos o tres hoteles, que pueden llegar a perder hasta 30.000 euros anuales", asegura Gutiérrez. "Algunosestablecimientosponen a disposición de los huéspedes productos de muy buena calidad que tienen que reponer constantemente"

Por si a alguno nos fallaba la picaresca, en un capítulo de la popular serie Friends se impartía todo un cursillo acelerado sobre qué cosas se puede uno llevar como souvenir al dejar la habitación de un hotel y cuáles no: las pilas del mando a distancia, los rollos de papel higiénico, las muestras de jabón... Los más atrevidos llenan las maletas de toallas y albornoces antes de pasar por recepción disimulando el botín.

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