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El hombre que derrotó a Google: "No quiero dinero, yo soy más tirando a Quijote"
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COSTEJA HA CREADO JURISPRUDENCIA EUROPEA

El hombre que derrotó a Google: "No quiero dinero, yo soy más tirando a Quijote"

Nadie, nunca, había vencido en solitario a Google. El primero ha sido el español Mario Costeja, que ha conseguido reglamentar el derecho al olvido en la red

Foto: Mario Costeja posa en su despacho en La Coruña. (EFE)
Mario Costeja posa en su despacho en La Coruña. (EFE)

Hasta ayer nadie, nunca, había vencido a Google en una causa promovida personalmente. El primero ha sido el español Mario Costeja, que después de un litigio de seis años ha logrado que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) reconozca el derecho de los usuarios a reclamar que determinadas informaciones sean eliminadas del buscador. Se trata de una sentencia histórica en tanto que regula la relación de Google con los más de 550 millones de la Unión Europea, con potencial para sentar jurisprudencia en el resto de territorios.

Costeja es hoy portada de todos los periódicos del mundo. Sin excepción. De él dicen que "ha cortado los tentáculos de Google" (The Guardian), que "ha ordenado el caos" (Welt) o que "ha impuesto el honor" en las búsquedas (New York Times). "Estoy contento, claro que estoy contento. Después de tantos años de lucha ha vencido la coherencia", comenta a Teknautas. Aunque no ha podido atender a la infinidad de medios que se han interesado por su versión de los hechos, sí guarda unas palabras de agradecimiento para los que le ayudaron: "Agradezco mucho el apoyo a medios como El Confidencial, que siguieron la historia desde el primer momento. Vosotros habéis sido mi lobby, necesario para plantar cara a una empresa tan poderosa como Google".

Nunca pensé en dejarlo. Yo soy de los que se adscriben a ese aforismo que dice 'resiste y vencerás'

Su epopeya comenzó el 19 de enero de 1998, el día que La Vanguardia publicó su nombre, junto al de su socia, en un anuncio de embargo inmobiliario. Aunque la deuda no era suya, su nombre profesional quedó empañado cuando la edición de papel fue digitalizada para la hemeroteca. "En su momento pedí que se retirase la información, pero La Vanguardia adujo que era un anuncio de obligada publicación. Y veo bien la existencia de hemerotecas, a las que la gente llega en un proceso de investigación. Lo que no podía permitir es que mi nombre apareciese entre los primeros resultados de Google, porque mis clientes lo buscan y aparecía como un moroso", dice Costeja.

El siguiente paso fue acudir a Google, que le recibió con cajas destempladas; de una a otra instancia hasta terminar instándole a comunicarse directamente con Mountain View. "Cuando nos dirigimos a ellos [Costeja y su abogado] tan sólo se limitaron a decirnos de forma distante y seca que hablásemos con la sede en EEUU. No nos dieron la oportunidad ni de explicarnos. Es como si me compro un Volkswagen aquí y me dicen que reclame en Alemania. ¿Tanto les cuesta ser un poco más comprensivos?". Es en este punto donde Costeja se armó de valor y optó por agotar la vía legal. Cualquiera habría desistido en un proceso que ha demorado seis años y que se ha llevado por delante una parte de sus ahorros, pero no este perito calígrafo: "Nunca pensé en dejarlo. Yo soy de los que se adscriben a ese aforismo que dice 'resiste y vencerás'".

No obstante, hubo momentos de pesadumbre durante el proceso. Cuando Teknautas le entrevistó en junio del pasado año, Costeja consideraba que Google "ganará siempre, porque tiene tentáculos en todas partes". También advertía que no estaba "todo perdido", y que aún quedaba la resolución del TJUE. Estaba en lo cierto. "Siempre he tenido una gran confianza en la justicia", explica. Hoy no guarda rencor a Google, sino todo lo contrario: "Eran una herramienta muy buena y ahora son una herramienta perfecta. Google es una gran defensora de la libertad de expresión y me tendrá a su lado siempre en esta tarea", indica el español.

Apoyo decisivo de la AEPD

En su cruzada ha contado con la ayuda de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), cuya aportación ha sido "fantástica", en opinión de Costeja. De hecho es la Agencia la que se ha personado en el juicio contra el gigante de internet, hasta el punto de que su implicación llegó a tal extremo que una sentencia en contra, como entraba en todos los pronósticos, habría significado un menoscabo colosal para su prestigio.

Soy una persona sencilla que no busca fama ni dinero

Afortunadamente, la AEPD ha salido reforzada del trance, si bien la sentencia de Luxemburgo no repara los daños y perjuicios que Google ocasionó a Costeja. Ni falta que hace: "Ni he pedido nunca una compensación ni la pediré. Si fuese americano ahora iniciaría otro proceso, pero soy español, y más tirando a Quijote. Soy una persona sencilla que no busca fama ni dinero. Me doy por satisfecho con saber que ahora los ciudadanos tienen una nueva vía para comunicarse con Google, que hay una ley que les protege, sobre todo a los más jóvenes". Es precisamente esta idea, la de defender a los jóvenes de sus propias imprudencias, la que ha motivado durante el proceso a Costeja.

El español quiere aclarar, sobre todo, que su guerra nunca ha sido por el derecho al olvido, sino por la supresión de datos que lesionen los Derechos Humanos, la dignidad o la honra. "De hecho, hay aspectos que me preocupan sobre el derecho al olvido, especialmente su separación de la libertad de expresión. Es una línea muy fina: ¿qué pasa si un político mete mano en la caja, es condenado, y luego pide que se eliminen sus datos de internet? ¿Tendrá derecho? Yo entiendo la libertad de expresión como se expuso en la Ilustración, como la libre difusión de las ideas".

Al final del día, mientras su nombre rutila en la prensa internacional, Costeja prefiere salir del foco y continuar con su vida. "¿Un héroe? En absoluto lo soy. Un héroe es el que está picando en la mina o al que le van a quitar la casa porque no tiene trabajo", concluye.

Hasta ayer nadie, nunca, había vencido a Google en una causa promovida personalmente. El primero ha sido el español Mario Costeja, que después de un litigio de seis años ha logrado que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) reconozca el derecho de los usuarios a reclamar que determinadas informaciones sean eliminadas del buscador. Se trata de una sentencia histórica en tanto que regula la relación de Google con los más de 550 millones de la Unión Europea, con potencial para sentar jurisprudencia en el resto de territorios.

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