Apadrina un científico: los investigadores se venden para denunciar los recortes

El Colectivo Ciencia con futuro ha puesto en marcha este martes la campaña Apadrina a un científico. Científicos que hacen tareas domésticas a cambio de fondos para investigar, una acción en clave de humor que pretende denunciar la situación en la que se encuentra la I+D en España por los recortes.

Ciencia con futuro, colectivo que nació en 2012 impulsado por trabajadores de varios centros de investigación andaluces, quiere con esta nueva campaña volver a colocar en el debate a la ciencia."Queremos volver a traer al debate la ciencia y los recortes presupuestarios", ha señaladoJulio Rodríguez, uno de los portavoces de este colectivo e investigador en química orgánica.

La campaña propone a los investigadores denunciar en clave de humor su situación y para ello les invita a venderse.Lo pueden hacer a través de la web www.apadrinauncientifico.com o Twitter, bajo la etiqueta #apadriname.

"Estudio el párkinson a cambio de consejos matrimoniales"

Así, por ejemplo, se ofrece un investigador en cristalografía para limpiar cristales de hogares y automóviles para "ganar un dinerillo" y defender su tesis, una psicóloga para estudiar el párkinson a cambio de consejos matrimoniales y un físico teórico que hace la declaración de la renta a cambio de fondos para investigar.

Sus impulsores recuerdan que la realidad que viven muchos científicos es consecuencia de la 'extremadamente penosa situación a la que nos están llevando las políticas científicas actuales'

Esta campaña durará en principio 48 horas y es una acción en clave de sátira -los apadrinamientos de los científicos no se llevan en realidad a cabo-, por lo que supone una llamada de atención.Sus impulsores recuerdan que la realidad que viven muchos científicos es consecuencia de la "extremadamente penosa situación a la que nos están llevando las políticas científicas actuales".

Aseguran que el principal motor de financiación de la ciencia debe ser la inversión pública y lamentan que España está aún muy lejos de Europa en materia de financiación tanto pública como privada.