La 'máquina del sexo' vasca
“Aquí la llamamos la máquina del sexo”, bromean, pero su nombre oficial es menos erótico: robot de sexado de caballa. Verlo en acción es hipnótico
“Aquí la llamamos la máquina del sexo”, bromea un investigador señalando un sofisticado artilugio en una sala del centro tecnológico AZTI-Tecnalia, en Derio (Bizkaia). Pero su nombre oficial es menos erótico: robot de sexado de caballa. Verlo en acción sorprende e hipnotiza. La máquina integra el brazo manipulador más rápido del mundo, el Quattro, cuya capacidad de aceleración y frenada es cinco veces superior a la de un Fórmula 1, según publicita la empresa vasca. Y, gracias a ese brazo, la máquina del sexoes capaz de discernir el sexo de las caballas a una velocidad endiablada de dos peces por segundo.
“No hay más sistemas como este a nivel mundial”, explica la ingeniera química Rakel Rodríguez, de AZTI-Tecnalia, una compañía dedicada a la investigación marina y alimentaria situada en el puesto número 41 entre las 20.500 empresas españolas que más invierten en I+D+i, según datos de 2012 del Instituto Nacional de Estadística. El robot, explica Rodríguez, surge de una necesidad en el mercado de la caballa o verdel. “Los machos no tienen el valor añadido de las hembras. Las huevas, que se consumen como caviar o fritas, entre otras maneras, pueden costar hasta 12 veces más que la carne”, detalla.
El robot de sexado, aseguran en la empresa vasca, permite pasar de 4.800 peces sexados por hora a 6.300, posibilitando además que los trabajadores que antes se ocupaban de esta tarea se dediquen a otra función, como el fileteado. “Antes trabajaban de pie, en un ambiente húmedo, con mucho ruido, con movimientos repetitivos, cortes y otros riesgos asociados. Cuando has sexado 2.000 peces ya no sabes ni lo que estás mirando”, expone Rodríguez.
Un aumento de la productividad del 1.500%
En la manera tradicional, el sexado de la caballa se hace con los trabajadores al pie de una cinta transportadora por la que viaja el pescado. Cada ejemplar se aprieta a la altura del abdomen y el sexo se infiere por el color del líquido que asoma por su ano. Si es blanco, es semen, así que pertenece a un macho. Si tiene un tono amarillento o anaranjado, se trata de huevas, así que es una hembra. Ahora, la máquina del sexo, protegida por dos patentes, puede hacer esta tarea repetitiva de manera mucho más rápida y eficiente.
El aumento de la productividad del proceso, según presume la empresa, alcanza el 1.500%. El porcentaje de éxito del robot supera el 95%. Su infalibilidad se debe a la tecnología de AZTI-Tecnalia, basada en la colorimetría. El robot, a toda velocidad, hace un pequeño orificio de 1,5 milímetros de diámetro en la tripa de cada pescado y mide su color, lanzando los ejemplares a un cesto o a otro en función de su sexo. Por fuera, los cestos parecen iguales, porque la caballa no presenta diferencias morfológicas entre sexos. Sin embargo, una cesta está llena de machos y otra, de hembras.
Por este robot de sexado, la mutua Mutualia concedió en 2012 su premio a la innovación en prevención de riesgos laborales a AZTI-Tecnalia.
Adaptable a otras especies
La patente del robot sexador está licenciada a Roboconcept, una ingeniería de Irún nacida como spin-off de la Corporación Tecnalia, y a Optimar, una empresa noruega que instaló hace más de 40 años, por primera vez en el mundo, maquinaria industrial de procesado de pescado a bordo de un barco de arrastre.
“El robot se puede adaptar a otras especies”, afirma Rodríguez. De momento, la máquina se ha instalado en la Cofradía de Hondarribia, pero actualmente está parada, según lamenta la ingeniera. En 2009, la flota española podía pescar unas 25.500 toneladas de caballa, pero acabó admitiendo casi 91.000. Por esta sobrepesca, la Comisión Europea decidió castigar a España con reducciones de su cuota de capturas hasta 2023. Y esa reducción de la pesca ha hecho que el pescado se venda más caro y ya no compense tanto sexarlo. Rodríguez espera que en 2015 se vuelva a retomar el procedimiento.
“Aquí la llamamos la máquina del sexo”, bromea un investigador señalando un sofisticado artilugio en una sala del centro tecnológico AZTI-Tecnalia, en Derio (Bizkaia). Pero su nombre oficial es menos erótico: robot de sexado de caballa. Verlo en acción sorprende e hipnotiza. La máquina integra el brazo manipulador más rápido del mundo, el Quattro, cuya capacidad de aceleración y frenada es cinco veces superior a la de un Fórmula 1, según publicita la empresa vasca. Y, gracias a ese brazo, la máquina del sexoes capaz de discernir el sexo de las caballas a una velocidad endiablada de dos peces por segundo.
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