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Chris Dancy es el hombre más conectado del mundo
  1. Tecnología
monitoriza sus hábitos, su cuerpo y su trabajo

Chris Dancy es el hombre más conectado del mundo

Chris Dancy utiliza todos los 'gadgets' y sistemas inteligentes que pilla para medir todo lo que puede de su día a día. Y quiere que todos hagamos igual

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Pulseras que miden la actividad física, apps para registrar cada caloría que ingerimos, sensores para controlar nuestro ritmo cardiaco, gadgets que monitorizan la calidad del sueño. Una nueva generación de dispositivos ha llegado para quedarse, surgida de la unión de dos tendencias que han ido ganando peso en los últimos años: la obsesión por el bienestar y la pasión por los nuevos dispositivos tecnológicos.

Ahora todo el mundo puede llevar un detallado registro de su actividad física en su sentido más amplio, algo que está dando como resultado un movimiento de rebote: hay quien considera innecesario e incluso un poco agobiante el hecho de recoger cada detalle de su día a día. ¿De verdad necesitas saber cuántas calorías exactas has ingerido en el día? ¿Y necesitas saberlo cada?

Utiliza varios 'wereables', entre ellos unas Google Glass, una pulsera Fitbit y un 'smartwatch' Pebble. Los electrodomésticos en su casa son inteligentes, como la báscula, el sistema de iluminación y la nevera. En su cama hay una colcha con sensores que mantiene registros de sus movimientos mientras duerme

No es el caso de Chris Dancy, un estadounidense de 45 años que se hace llamar el hombre más conectado del mundo. Dancy ha convertido la monitorización de su cuerpo y actividad diaria en una forma de vida: decenas de sistemas distintos registran prácticamente cada uno de sus movimientos durante todo el día el tiempo real.

Utiliza varios wereables, entre ellos unas Google Glass, una pulsera Fitbit y un smartwatch Pebble. Los electrodomésticos en su casa son inteligentes, como la báscula, el sistema de iluminación y la nevera. En su cama hay una colcha con sensores que mantiene registros de sus movimientos mientras duerme. Incluso su perro lleva un localizador que registra todo lo que hace.

Lo mismo ocurre con su actividad profesional. Gracias a protocolos online como IFTTT, guarda todo lo que publica y lee en internet, y luego puede utilizar herramientas de Google para buscar lo que quiera en esos archivos. Utiliza programas para rastrear toda su actividad en redes sociales, y para no perderse nada de lo que se dice sobre él.

Puede resultar extravagante y exagerado ese control absoluto sobre los parámetros propios, Dancy considera que lo que él hace no es en realidad tan poco común. Aunque sin llegar a esos niveles de control, hay empresas que han hecho saltar la polémica debido a los sistemas de monitorización que imponen a sus empleados.

"Si alguien va a medirlo, mejor que seas tú"

Es el caso de Tesco, acusada por un extrabajador de poner brazaletes electrónicos a sus empleados para medir su productividad. Según contó esa fuente a The Independent, se puntúa a los trabajadores según las mediciones de estos dispositivos, en un intento por motivarles a que den el máximo de sí mismos. El control llegaba a tal extremo que una visita a los servicios no programada podía ser motivo de una bronca del supervisor.

Si se puede medir, alguien lo hará. Y es mejor que ese alguien seas tú

Sistemas de gamificación en los servicios de atención al cliente para acelerar el despacho de las llamadas, medición de la reputación online para animar a los trabajadores a ser embajadores de la marca en la red, herramientas para detectar a empleados descontentos que puedan suponer una brecha en la seguridad de la empresa… La medición en base a parámetros de la actividad diaria es una realidad cotidiana en muchas empresas.

Para Dancy, esto es un motivo más para registrar cada paso que da. “Si se puede medir, alguien lo hará. Y es mejor que ese alguien seas tú”.

En un día cualquiera, mantiene registros constantes de su ritmo cardiaco, la temperatura de su piel, sus ciclos de sueño además de tomar imágenes de su trabajo, cada reunión a la que va, cada documento que crea, cada tuit que publica… Cada uno de esos datos se registra en Google Calendar, de forma que mantiene un archivo completo de toda su vida.

Una motivación: aprender sobre sí mismo

Y no parece que esto le resulte especialmente agobiante. De hecho, según ha contado a Mashable, es más bien una motivación para él. “Empecé a hacerlo hace cinco años, cuando me di cuenta de que a mi médico le costaba mantener al día mis fichas médicas. Más o menos en la misma época, estaba preocupado porque todo el trabajo que hacía en internet se perdiese si había una caída del servicio. Para guardar esa información, empecé a buscar formas de recoger estos datos cuando no tenía tiempo de apuntarlos”.

Y desde entonces, asegura, ha usado esos datos para aprender más sobre sí mismo y mejorar determinados aspectos de su vida: “He adelgazado 100 libras (45 kilos) y he aprendido a meditar”. Ahora sigue hábitos de vida más saludables y, gracias a todo el feedback que recolecta sobre sí mismo, sabe cómo responde a determinadas situaciones y ha conseguido controlarlas mejor.

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“Siempre me ha gustado medirme”, un gusto que empezó cuando era pequeño, con la costumbre de su padre de medir su crecimiento cada año marcando su altura con un lápiz en el canto de la puerta. Una escena habitual que a él se le hacía insuficiente. Comenzó a marcar su altura él mismo más a menudo, y al cumplir los 20 llevaba un escrupuloso recuento de sus ingresos y sus gastos.

Ahora mide todo lo que pilla, aunque no le vea una utilidad inmediata, porque quizá sí la tenga más adelante. “Si tengo una llamada y mi voz supera los 50 decibelios, mi móvil me lo notifica. Después de una llamada de negocios me mido el pulso, porque eso me da información sobre cómo ha ido la conversación y mis sentimientos sobre ella”.

Predicando las virtudes del autoanálisis

Pero no solo utiliza su afición para medirse, sino que también ha montado una vía de negocio en torno a ello. Dedicado al sector de las IT desde siempre, Dancy se quedó sin trabajo cuando la compañía para la que trabajaba fue adquirida por otra mayor. Se sintió algo obsoleto, lo que le hizo pensar cómo el sector y la industria estaban cambiando. "No creí que fuese a tener la más mínima oportunidad de tener trabajo en esto para 2015", cuenta a Wired.

Uso la información como simples datos. Eso me deshumaniza en cierta forma, pero también me ayuda a distanciarme

Pero el auge de los dispositivos personales y una nueva forma de entender las tecnologías de la información, más orientadas al consumidor final, que tiene todo el poder en sus manos, le dio una pista sobre cómo utilizar su peculiar habilidad. Dancy se anuncia ahora como cartógrafo de datos freelance para compartir sus experiencias incorporando la analítica a su vida cotidiana, el impacto que esos análisis tienen sobre la productividad y “la promesa de una vida cuantitativamente más sana y llena”. Una suerte de predicador tecnológico.

¿Es posible reunir toda esta información y no perder la perspectiva? El truco, asegura Dancy, es el equilibrio. “Una vez me dije: Esto podría romper a una persona. Se supone, no solo que no deberías ser capaz de conocer todo esto, sino que no deberías poder grabarlo”. Su solución es mirarlo como si no fuese con él. “Uso la información como simples datos. Eso me deshumaniza en cierta forma, pero también me ayuda a distanciarme”.

Pulseras que miden la actividad física, apps para registrar cada caloría que ingerimos, sensores para controlar nuestro ritmo cardiaco, gadgets que monitorizan la calidad del sueño. Una nueva generación de dispositivos ha llegado para quedarse, surgida de la unión de dos tendencias que han ido ganando peso en los últimos años: la obsesión por el bienestar y la pasión por los nuevos dispositivos tecnológicos.

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